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29cuentagotasCrece la preocupación. El director del Centro Científico y Tecnológico cree que "se terminó el tiempo de bonanza" que tuvo a la plaza local como la "niña mimada".
La llegada de los dineros para el funcionamiento "a cuentagotas" y la paralización de la construcción de dos edificios en el predio del Centro Científico y Tecnológico (CCT) del Conicet Rosario, en Ocampo y Esmeralda, mantienen a los investigadores "con la guardia alta y muy expectantes", dijo Roberto Rivarola, docente, investigador, director del Instituto de Física Rosario (Ifir) y también al frente del centro científico rosarino.

"Los 13 institutos están abiertos y trabajando, pero el dinero para funcionar llega muy lentamente", planteó el funcionario, que a la demora en las partidas sumó días atrás las dificultades que tendrían para afrontar los servicios, sobre todo una factura de luz que pasó de 90 mil pesos a 380 mil. Si bien en materia de personal indicó que "no hubo recortes en los contratos", sí remarcó su "preocupación por el cierre de los grandes proyectos de investigación" a nivel nacional. "Pensar que los proyectos científicos y tecnológicos sólo son viables si se autofinancian es una barbaridad", afirmó.
Para Rivarola, que atravesó todos los vaivenes de la ciencia en democracia, "los tiempos de bonanza que tuvieron al centro de investigación de Rosario como la niña mimada de los últimos años se terminaron" con el cambio de gestión nacional.
La gran expansión. Es que la última década significó la incorporación en la ciudad de más de 300 investigadores y la construcción de casi 10 mil metros cuadrados de infraestructura, con una inversión de 100 millones de pesos por parte de la Nación, 37 millones de pesos que llegaron a través del BID y 62 millones aportados por el Conicet.
Si bien el macrismo mantuvo a Lino Barañao como ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, el director del CCT Rosario apuntó claramente a las responsabilidades del también ex ministro kirchnerista.
"Fue elegido por su eficiencia en el desarrollo de un proyecto nacional de ciencia y tecnología, pero ahora vemos que se cierran puertas fundamentales, como el programa nuclear argentino, y que se frenó la construcción del Arsat III. Yo soy de los que exigimos que cumpla con eso para cual se lo designó", cerró.
Bolsillos flacos. Lo cierto es que el cambio de política ya repercute en los presupuestos. "Los dineros han enflaquecido, financieramente falta dinero y el flujo de llegada es muy lento, lo que hace que haya que elegir qué aspectos de los gastos se cubren y marcar prioridades", explicó Rivarola, y detalló que "parte del presupuesto total de funcionamiento para el CCT EM_DASHque es de 6,8 millones de pesosEM_DASH fue llegando, pero aún no hubo nada para el funcionamiento de los institutos".
Así, las partidas llegan a cuentagotas. Y lo mismo está sucediendo con los dos edificios, un total de 6.900 metros cuadrados, que aún deberían estar en marcha en el predio de Esmeralda y Ocampo (ver aparte).
"Eso nos preocupa, las obras efectivamente se pararon", relató el director del centro, e indicó que "las partidas están, pero el dinero no llega y no se ven obreros en el último tiempo".
La expectativa sobre el final de las obras no es menor.
Allí se mudarán, una vez terminados los dos edificios, el Instituto de Química Rosario (Iquir), el Instituto de Fisiología Experimental (Ifise) y el Centro de Estudios Fotosintéticos y Bioquímicos (Cefobi).
http://www.lacapital.com.ar/la-ciudad/El-Conicet-Rosario-esta-en-alerta-porque-los-fondos-llegan-a-cuentagotas-20160418-0019.html

 

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