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02tragedia en una fiesta electronicaDetalles de los operativos de control, donde los agentes se enteran de sus objetivos cuando están en el lugar para evitar el "preaviso" a cambio de una coima; qué declararán los tres controladores que estuvieron en la Time Warp
Pablo TominoLA NACION

JUEVES 21 DE ABRIL DE 2016
 vieron nada. Ni que vendieran droga en la Time Warp, ni que consumieran pastillas, ni que los organizadores cortaran el agua en los baños de Costa Salguero para comercializar mejor las misteriosas botellitas Block, de dudosa procedencia.

Gustavo Alberto Herms, Néstor Ricardo Cella y Pablo Germán Fontanellas, los tres inspectores de la Dirección General de Fiscalización y Control de la ciudad, del a Gerencia de Eventos Masivos, fueron citados por el juez Sebastián Casanello para contar qué observaron la noche de la tragedia, cuando verificaron el lugar hasta entrada la madrugada. Pero ellos no vieron nada.
Constataron que había 10.950 personas en base a dos coordenadas: la cantidad de entradas vendidas por la organización, más un cálculo de las dimensiones del lugar y las personas que había por metro cuadrado. Se agregó también los espacios libres y un promedio de gente que pudo haber ocupado los tres bloques de baños. Bingo: había 10.950 personas en un lugar habilitado para 13.000. También cumplía con los requisitos de asistencia en la emergencia. Para la Ciudad, la fiesta estuvo enmarcada dentro de las normativas que le competen controlar.
¿Irregularidades?
¿Entonces, nada irregular sucedió en la Time Warp, donde murieron cinco personas y otras tres siguen internadas? Según investiga la Justicia, sí. El delito de venta de drogale compete a la Prefectura Argentina, que tiene 19 agentes citados a indagatoria.
Los inspectores porteños bien podrían haber actuado como denunciantes, pero ya se explicó: no vieron nada, según pudo reconstruir LA NACION. Tiene una explicación: nadie consume o vende drogas delante de agentes equipados con un chaleco, una carpeta y un handy. "Para ellos los inspectores son la policía. Y si viéramos algo hubiésemos hecho la denuncia, como lo hicimos decenas de veces", confió un funcionario porteño.
Algo falló -y falla- en la cadena de responsabilidades de quienes deben controlar qué ocurre en la movida nocturna porteña. La tragedia de Cromagnon, en 2004, fue un punto de quiebre para las inspecciones teñidas de coimas, falencias y corrupción. Los controles mejoraron, es cierto, pero aún no hay un sistema aceitado garante de que la normativa se cumpla.
Plantel de inspectores
La Ciudad tiene un plantel con 72 inspectores -algunos son arquitectos- para controlar la noche. Están divididos en equipos y hacen un promedio de más de 100 operativos un día sábado. En la ciudad hay, al menos, más de 1500 objetivos para vigilar, entre pubs, quioscos, boliches (locales bailables de clase C), estadios, y complejos.
Los inspectores constatan si los locales tienen salidas de emergencias, matafuegos, si están habilitados para actividad de baile o si venden alcohol a menores, entre decenas de requerimientos. Ellos se enteran de su objetivo minutos antes de subirse a la camioneta que los llevará a destino. La razón: evitar que el inspector advierta al dueño del local a cambio de una coima. El preaviso funciona desde hace tiempo, sobre todo en locales que violaban la prohibición de tener actividad de baile. Un llamado evitaba cualquier problema futuro.
Según dos dueños de boliches consultado por este medio, el servicio de "preaviso" sigue vigente. Puede costar desde 9000 pesos, según la magnitud y las ganancias del local. Otros empresarios, en cambio, indicaron que nunca fueron tentados con una coima.
"La cometa funcionaba mucho para que te habiliten el lugar, pero como ahora es todo digital, eso se cortó. Pero si una noche vos labuás por 50 lucas y pagar 9 lucas de cometa para que no te clausuren, en un negocio redondo. Peor es tener el lugar cerrado", confió a LA NACION a un empresario de la noche. Al consultar a la Agencia Gubernamental de Control (AGC), indicaron que si detectan a un inspector que recibe una denuncia por coima se abre una investigación. Y en caso de ser culpable, es expulsado.
El último inspector que quedó bajo la mira fue en febrero último, aunque no sospechado de corrupción. Le abrieron un sumario por habilitar un sauna que tuvo un problema eléctrico y se incendió. "Afortunadamente, el hecho sucedió de noche y no había personas dentro. Creemos que fue por negligencia", confió una fuente. A un inspector sumariado se le quita la credencial y no puede cumplir con su trabajo en la calle. Pasa a cumplir tareas administrativas, temporarias.
Eventos masivos
Además de los 72 agentes que vigilan la noche, la AGC tiene un equipo destinado a los eventos masivos, conformado por 64 inspectores. Esta gerencia es la que estuvo al frente en la trágica noche de la Time Warp. Los tres inspectores citados por la Justicia estuvieron en el lugar casi 24 horas, desde las 19 del viernes pasado, hasta las 15.50 del día siguiente.
En marzo último, la Gerencia de Eventos Masivos vigiló 171 shows y recitales, y 114 espectáculos deportivos que se hicieron de día y de noche. "En algunos de estos eventos se dio intervención a la fiscalía cuando se detectó, por ejemplo, venta de drogas o se detectaron delitos que no nos competen. Estamos atentos a todos. Por eso los inspectores son los tipos más odiados de la noche", contó un funcionario de la ciudad.
Pese a que en marzo hubo más de mil clausuras a locales por distintas irregularidades, la mayoría violaron la prohibición de funcionar. En ese caso, la Ciudad ya no puede actuar para desalojen el lugar: notifica a la fiscalía, que debe proceder al desalojo con la policía.
El día después de la tragedia de la Time Warp la Ciudad hizo 128 inspecciones; clausuró 15 locales por irregularidades y se constató que seis violaron la clausura. Fue horas después de que la ciudad se conmocionara con la muerte de cinco jóvenes muertos en una noche de descontrol...
Los pasos legales para sancionar a un empresario que violó la clausura no son tan veloces como requiere el riesgo latente de una posible tragedia. Puede tardar días, semanas. Y las multas para los reincidentes suelen ser más económicas que una noche con las puerta cerradas, sin vender bebidas, alcohol y hasta drogas.
http://www.lanacion.com.ar/1891418-como-se-controla-la-movida-nocturna-en-la-ciudad-con-solo-72-inspectores

 

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