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acapulcoACAPULCO, DEL PARAÍSO DEL TURISMO AL INFIERNO NARCO
La ciudad balnearia es disputada por varios carteles de la droga
Florencia Pereira Cabrera
Para LA NACION
CIUDAD DE MEXICO.- "Todos los días hay balazos, muertos, asesinados, secuestros. Es horrible. Cada vez que salimos nos persignamos y no sabemos si regresaremos a casa", cuenta a La Nacion Guadalupe Aguirre, una maestra jubilada que desde hace 47 años vive en Acapulco, uno de los destinos turísticos más populares de México, que hoy se ha convertido en una zona de disputa de los carteles de la droga.
Los retenes militares, los descabezados y las balas se mezclan con los turistas que van en busca del sol y la playa que el balneario ofrece todo el año. Lejos quedaron las imágenes del paraíso apacible que atraía a estrellas de Hollywood como Elizabeth Taylor o Brigitte Bardot, o que inspiraba a los italianos a visitarlo con aquella versión setentista de Al Bano y Romina Power de un romance en la noche tropical acapulqueña.
La decapitación y las narcomantas se han convertido en una práctica frecuente de los carteles en su lucha por las plazas estratégicas, y Acapulco no ha quedado ajena a esta guerra que ha dejado más de 34.000 muertos desde 2006, cuando el presidente Felipe Calderón inició el combate contra el narcotráfico.
"Cuando te encuentras con estas escenas, te sientes sorprendido e indefenso, porque realmente llegas a la conclusión de que le puede tocar a cualquiera", cuenta Marcelo, un argentino que emigró a México en la década del 70 y vive desde hace diez años en Acapulco.
Tras la muerte de Arturo Beltrán Leyva, líder del cartel de Sinaloa, ocurrida en diciembre de 2009, a manos del ejército, la otrora joya del Pacífico mexicano es disputada por varios carteles de la droga, entre ellos el de la Familia Michoacana y el del Golfo.
"El puerto de Acapulco es estratégico por la introducción de precursores químicos desde Asia para la fabricación de las drogas sintéticas. Además, también es, junto a otros puertos de la costa pacífica, punto de arribo de la cocaína proveniente de América del Sur", afirma Martín Barrón, especialista del Instituto Nacional de Ciencias Penales.
Esta disputa dejó en los primeros días del año 32 personas ejecutadas en Acapulco, 15 de las cuales fueron decapitadas, entre las cuales figuraban menores de edad.
Los niños, de hecho, no están ajenos a lo que ocurre: en noviembre, varias escuelas cerraron ante el rumor de posibles secuestros y tiroteos en los establecimientos escolares. La psicosis hizo que los padres recogieran a sus hijos y que algunos decidieran no enviarlos y exigieran a las autoridades implementar simulacros de tiroteos en las escuelas.
"Yo creo que no hay una persona en el puerto a la que no le haya tocado un hecho de violencia en el transcurso de un año; hasta los niños hablan de eso", afirma una periodista que reside en el puerto y prefirió omitir su nombre, ya que el ejercicio de la profesión en la ciudad se ha vuelto altamente peligroso. El periódico en el que trabaja fue atacado recientemente por desconocidos y sus periodistas, amenazados.
"Tuve que cambiar hábitos, rutas; reducir las salidas nocturnas; tener cuidado con quien hablar sobre temas relacionados al narcotráfico ya que los halcones [informantes] están en todos lados", dice.
La tensión y el miedo se respiran junto con el aire cálido del puerto, y aunque la gente intenta seguir con su vida normal, los retenes militares y operativos recuerdan que la ciudad está inmersa en una escalada difícil de detener.
"A dos cuadras de mi casa mataron a cuatro en un auto. Lamentablemente, te acostumbras a convivir con la violencia porque tienes que seguir con tu vida", afirma Rosalía Mondragón, artesana y terapeuta de 58 años.
Aunque la actividad turística en el puerto no se detiene gracias a los visitantes que llegan principalmente de Ciudad de México, los operadores del sector están preocupados, ya que se siente una baja en la llegada de los extranjeros debido a que varios gobiernos, como los de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá e Italia, han emitido alertas respecto a viajar a Acapulco.
Según cifras del sector, el turismo extranjero en el puerto se ha reducido en un 90% y los trabajadores mexicanos resienten la merma. "Hay cada vez más gente vendiendo y menos comprando", cuenta Rosalía.
En medio de la violencia, el estado de Guerrero, donde está ubicada Acapulco, elegirá el 30 de enero a un nuevo gobernador. Las autoridades aseguraron que blindarán los comicios mediante un vasto operativo de seguridad. Sin embargo, esto puede no ser suficiente para combatir el ausentimo, ya que se teme que en el estado se registre un escenario similar al que vivió Tamaulipas el año pasado, donde un 70% de la población no votó, ante la ola de violencia.
Lunes 24 de enero de 2011
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1344015

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