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gadaffi_01LIBIA QUEDÓ AL BORDE DE LA GUERRA CIVIL
El régimen reconoció que la "situación es muy difícil" y advirtió que "no permitirá el caos"; los choques llegaron a Trípoli, la capital
TRIPOLI.- Masacres en funerales, hospitales saturados por la enorme cantidad de heridos, fuerzas de seguridad que reprimen con armas de fuego y un bloqueo total a la información. Las manifestaciones en Libia contra el régimen de Muammar Khadafy, que ayer por primera vez se hicieron sentir en Trípoli, se convirtieron en las más sangrientas de toda la ola de protestas que sacude al mundo árabe y dejaron al país al borde de la guerra civil.
La ONG Human Rights Watch (HRW) estimó ayer que 233 personas murieron en Libia desde el comienzo de las protestas, el martes pasado, como consecuencia de la feroz represión. No obstante, algunos señalaban que los muertos eran más de 300.
En ese contexto, uno de los hijos del líder libio, Saif al-Islam Khadafy, admitió ayer en cadena nacional que el país se encuentra "en una situación muy difícil" y en peligro de "guerra civil", pero advirtió que "no permitirán el caos" y que el ejército "permanece y permanecerá fiel" a su padre y al régimen.
El hijo del dictador reconoció, sin embargo, que la policía y el ejército cometieron "errores" en la represión de las manifestaciones, y admitió que las fuerzas de seguridad perdieron tanques y artillería a manos de los civiles. "En este momento los tanques se desplazan en Benghazi conducidos por civiles. En Al Baida la gente tiene fusiles y numerosos depósitos de municiones fueron saqueados. Tenemos armas, el ejército tiene armas, las fuerzas que quieren destruir a Libia tiene armas", advirtió
Además, prometió que el régimen discutirá a partir de hoy una agenda "clara" de reformas.
Pero las palabras de Saif al-Islam Khadafy no fueron suficientes para calmar la ira de los libios. Anoche se podían escuchar intensos tiroteos en las calles de Trípoli, la capital del país, que ayer por primera vez fue escenario de las protestas.
"Oímos ráfagas de tiros por todas partes", señaló por vía telefónica a la agencia AFP un residente del barrio residencial Al Andalus. "Hay manifestaciones. Se oyen consignas contra el régimen y tiros. El gas lacrimógeno invadió la casa."
Represión
La mayoría de las muertes no tuvieron lugar en Trípoli sino en la ciudad de Benghazi, la segunda del país, donde comenzaron las protestas. En esta ciudad ubicada en el este de Libia, se registraron los enfrentamientos más sangrientos con las fuerzas de seguridad.
Ayer, miembros de una unidad militar dijeron que habían desertado y "liberado" a la ciudad de las fuerzas leales a Khadafy. El anunció ocurrió luego de que el canal de noticias Al-Jazeera declarara que la situación en la ciudad había cobrado dimensiones de "guerra civil". Algunos testigos también relataron que la ciudad se había convertido en una "zona de guerra" y que todos los cadáveres presentaban heridas de bala en la cabeza o en el pecho.
Un testigo, el abogado Mohamed Abdallah, señaló que los muertos en Benghazi "superan los 200" y que miembros de los servicios de seguridad libios ayudados por "mercenarios africanos" cometieron una verdadera matanza. Otros testigos indicaron que los "cascos amarillos", como se conoce a los mercenarios africanos, "han perpetrado un genocidio" en la ciudad de Derna, también en el este del país, donde había cadáveres calcinados en las rutas.
Pese al clima de terror que se vive en Libia, decenas de miles de personas salieron ayer a la calle para exigir la caída del régimen de Khadafy, en el poder desde hace 42 años.
En Trípoli, decenas de abogados, jueces y profesores universitarios se concentraron frente al tribunal de justicia para pedir que cese la matanza. En Benghazi, más de 20.000 personas salieron a la calle a manifestar su descontento, lo mismo que ocurrió en la ciudad de Musratha, 200 kilómetros al este de la capital. En Zouia, un testigo identificado como Rabi Chrait aseguró que los oficiales militares también se habían unido al movimiento de protesta.
Ante la enorme escalada de violencia y el silencio del gobierno de Trípoli, finalmente el premier, Al-Baghdadi al-Mahmudi, declaró que Libia "tiene derecho a tomar las medidas para preservar la estabilidad del país", según indicó la agencia estatal Jana.
En su declaración, el primer ministro reafirmó una teoría que ya había sido difundida por el gobierno mediante un comunicado, que establecía que una "red de conspiradores extranjeros" estaba detrás de los disturbios en Libia para "destruir la unidad" del país.
Sin embargo, el régimen empezó ayer a mostrar las primeras fisuras, cuando su representante ante la Liga Arabe, Abdel Monheim al-Honi, anunció su renuncia para "unirse a la revolución" y protestar contra la "represión".
Estados Unidos y la Unión Europea condenaron ayer el uso de la violencia contra los manifestantes y pidieron que se retome el diálogo en Libia.
Lunes 21 de febrero de 2011
http://www.lanacion.com.ar/1351683-libia-quedo-al-borde-de-la-guerra-civil

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