LOS “IMPUTADOS”
De Antonella Randazzo
De todo. Incluso ser definido “terrorista”. ¿Pensáis que no es posible?
Es precísamente esto lo que le ha sucedido a dos de nuestros curas, uno en Italia y otro en una misión en Colombia. Son ejemplos de cómo pueden ser tratadas las personas que intentan ayudar o de volver más conscientes a otras personas.
El poder, a medida que se encuentra en dificultad, se vuelve más feroz encarnizándose hasta con quien está desarmado y trata de hacer algo por el prójimo.
El padre Giacinto Franzoi se encuentra desde hace 18 años en Remolino del Caguán, un lugar perdido dentro de la selva amazónica, donde el calor, la humedad y luchas entre el ejército del gobierno y la guerrilla “revolucionaria” no pueden hacer dudar de que el prelado no haya elegido ese lugar para un sereno veraneo.Su iniciativa está enfocada en alimentar la cultura de la vida contrariamente a la de la droga. Y de hecho, su slogan es “No a la coca, si al cacao”, incentivando la producción de chocolatines vendidos incluso en el extranjero. (ver video)
¿Os parece una historia mas bien común?Puede ser, pero no tiene nada de común que los emprendimientos de Franzoi hayan desencadenado un revuelo en el gobierno colombiano, que lo acusa, imaginad la originalidad, de “terrorismo”. Precísamente, de “connivencia con la Organización narcoterrorista Farc”, sin siquiera aportar una prueba.
Ha sido oficialmente Acción Social quien lo ha acusado, un organismo oficial que depende de la Presidencia de la República, es decir está a cargo de la misma autoridad colombiana, que reprime o asesina a quienes militan por los derechos civiles y embolsan sumas siderales de las autoridades estadounidenses para destruir la economía agrícola, de los campesinos, de la nativos. Es como si Hitler acusase de crímenes a la Madre Teresa de Calcuta.
Franzoi había recibido financiamiento por un lado de la provincia de Trento y además de la misma Acción Social, que evidéntemente ya no quiere desembolsar dinero para proyectos que van a favor de la población.Quizás el prelado no se da cuenta de que es jústamente el suceso de su emprendimiento es lo que ha atraído las acusaciones, si su actividad hubiese sido desastrosa ningún poder inicuo le hubiera temido. De hecho, en Colombia los campesinos están viviendo como en una pesadilla, sufriendo la militarización y la represión. El así llamado “plan Colombia” (intencionado y financiado por los Estados Unidos), prevé la firme militarización del país, el uso de “fumigaciones” que envenenen a los seres humanos, aguas y animales.
El Plan Colombia (militarización del territorio y fumigación indiscriminada de las plantaciones con el herbicida glifosato) tenía la finalidad opuesta con respecto a lo declarado: es decir debía levantar la producción de droga y reprimir dúramente a las poblaciones que reivindican sus propios derechos. De hecho, sobre los datos oficiales de la ONU, Colombia que antes producía el 40% de la cocaína mundial, luego de siete años del plan Colombia, ha llegado a producir alrededor del 70%. (2)
Los campesinos denuncian la destrucción de sus campos de patatas, plátanos, yuca y otros productos que constituyen la base de la economía agrícola y la contaminación de las aguas de los ríos Orú y Catatumbo. Esto para obligar a los campesinos a abandonar las tierras que serían áreas estratégicas para acciones de guerra e importantes desde el punto de vista económico. (3)
Las sustancias lanzadas por los aviones producen varios efectos: inflamaciones gástricas, manchas en la piel, disfunciones en el aparato reproductivo y posibles efectos cancerígenos.
Hace algunos años que algunos grupos de ciudadanos colombianos (en Colombia existen 84 etnias), luchan por los derechos humanos y son reprimidos dúramente por el gobierno, con el pretexto de que cada sublevación es organizada por las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Muchos militantes por los derechos humanos y sindicalistas han sido asesinados.
Las autoridades sabían que el pueblo habría empobrecido ulteriórmente, a consecuencia de la aprobación del Tratado de Libre Comercio, firmado a puertas cerradas con los Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea y prepararon represiones para una eventual rebelión.
Quien ayuda a los campesinos se convierte en “terrorista” y es castigado con el desprestigio o criminizándolo y haciéndole perder la estima y confianza de las que gozaba anteriormente.
Don Giorgio De CapitaniEl otro caso que consideramos, es muy distinto al anterior, pero es igual en las acusaciones, se refiere a un párroco que se encuentra en Italia, precísamente en Rovagnate (Lecco), Don Giorgio De Capitani, culpable de tener un sitio (http://www.dongiorgio.it/) en el que dice lo que piensa sin pelos en la lengua, denunciando a los criminales de cualquier parroquia, incluso de la suya. Por este motivo el párroco ha sido desprestigiado en un artículo publicado en el periódico “La Padania” en febrero de éste año.
Alberto Zangrillo
El 26 de julio pasado, durante el momento de la comunión, se le acercó un hombre y lo tildó de “terrorista”.
El hombre es Alberto Zangrillo, médico personal de Silvio Berlusconi.
Se movilizan incluso las redes Mediaset, para acusar al cura “terrorista”. El 29 de julio pasado el programa “Studio Aperto” (Estudio Abierto), preparó un servicio televisivo para incriminar al cura.
Don Giorgio es descripto a través de esta propaganda como un personaje propenso a insultar a todos por el simple placer de hacerlo, es como un hostigador que hace “sermones al vitriolo de contenido político en vez de la misa dominical” (Studio Aperto 29 de julio 2009). Obviamente se muestran imágenes y palabras que no permiten comprender nada de lo que el cura lleva adelante, por ejemplo la lucha contra la privatización del agua, provocada por Silvio Berlusconi.
El cura es acusado de tener tonos y palabras “poco adecuadas al hábito que porta”, debería ser diligente hacia el poder como Zangrillo, que acusa de terrorista a quien dice la verdad sobre el sistema, defendiendo a quien en cambio ha cometido crímenes verdaderamente.
Se han levantado incluso las autoridades eclesiásticas, que lo habrían suspendido de su rol de párroco.
¿Por qué estas persecuciones en contra de los frailes desarmados y fieles a su misión cristiana?
¿Qué es lo que asusta al poder?
Desde la página web de Don Giorgio leemos: Don Giorgio da miedo a los “papi boys” y a los de la lega (partido político italiano) porque encarna la simplicidad de la gente común y sus mensajes directos sin adornos son fácilmente comprensibles. Da miedo porque está alejado años luz de aquellos políticos enyesados que hablan de una politiquería incomprensible donde aparenta que todos son amigos, donde se ha perdido el sentido del “enemigo”. Da miedo porque está lejano años luz de esos curas aburguesados que han perdido de vista el sentido de su misión, han perdido de vista a los últimos, a los desamparados y que se han conformado pasivamente con complacer a los poderes de turno. Don Giorgio no conoce lo “políticamente correcto”, un delincuente es y sigue siendo un delincuente, un ladrón un ladrón, un racista… Don Giorgio puede llegar allí donde otros no han intentado… Y es de aquí que nace el miedo. El miedo de que una nueva frontera de libertad se esté delineando, que el muro hecho de miedo, de estupideces televisivas por parte del poder esté crujiendo léntamente. El rey está desnudo. El rey tiene miedo de que esto se sepa” (4).
El poder cruje por todas partes, vacila. De otro modo ¿Por qué tendría tanto miedo de los curas que no tienen otro objetivo que hacer el bien?
¿Tal vez Cristo fue un terrorista? 1 de agosto 2009
Estracto de la nueva energia. Blogspot.com
NOTAS
1) http://it.peacereporter.net/articolo/11214/Missionario+italiano+accusato+di+terrorismo
2) http://www.vitatrentina.it/partecipa/blog/scelte_di_fondo/prete_terrorista_non_lasciamolo_solo
3) http://it.peacereporter.net/articolo/15539/Pioggia+di+veleno
4) http://www.dongiorgio.it/principale.php?id=168