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20catastrofe"No se trata de una utopía fantástica, por el contrario, una perspectiva realista que pone la persona y su dignidad como punto de partida y hacia donde todo tiene que fluir", ha señalado Francisco en su visita a la Oficina de las Naciones Unidas en Nairobi, Kenia, al hablar de la COP21.

27/11/2015

El Papa ha advertido de que sería "catastrófico" que la Cumbre del Clima de París, que se celebrará del 30 al 11 de noviembre, se cerrara sin acuerdo, al tiempo que ha llamado a los actores políticos y económicos a "replantear y corregir las disfunciones y distorsiones del actual modelo de desarrollo". "No se trata de una utopía fantástica, por el contrario, una perspectiva realista que pone la persona y su dignidad como punto de partida y hacia donde todo tiene que fluir", ha señalado Francisco en su visita a la Oficina de las Naciones Unidas en Nairobi, Kenia, al hablar de la COP21. En el discurso central de su viaje al continente africano, que ha recibido una amplia ovación, ha hecho un llamamiento a no resignarse ante "formas extremas y escandalosas de descarte y de exclusión social, como son las nuevas formas de esclavitud, el tráfico de personas, el trabajo forzado, la prostitución, el tráfico de órganos" y ha alertado del peligro que supone entender la "interdependencia" como un "sinónimo de imposición o sumisión de unos en función de los intereses de los otros, del más débil en función del más fuerte". "Es necesario un diálogo sincero y abierto, con la cooperación responsable de todos: autoridades políticas, comunidad científica, empresas y sociedad civil. No faltan ejemplos positivos que nos demuestran cómo una verdadera colaboración entre la política, la ciencia y la economía es capaz de lograr importantes resultados", ha exclamado ante la sede del organismo internacional. Para el Papa, la Cumbre del Clima es un "paso importante en el proceso de desarrollo de un nuevo sistema energético, que dependa al mínimo de los combustibles fósiles, busque la eficiencia energética y se estructure con el uso de energía con bajo o nulo contenido de carbono". Por ello, ha dejado claro que espera que la COP21 lleve a concluir un "acuerdo global" y "transformador" basado en los principios de solidaridad, justicia, equidad y participación, y orientando a la consecución de tres objetivos, a la vez complejos e interdependientes: el alivio del impacto del cambio climático, la lucha contra la pobreza y el respeto de la dignidad humana. En su discurso, el pontífice ha llamado a cambiar el rumbo y a adoptar un nuevo estilo cultural a través de un "compromiso sustancial por la educación y la formación" porque - según ha señalado- "nada será posible si las soluciones políticas y técnicas no van acompañadas de un proceso de educación que promueva nuevos estilos de vida". Además, ha advertido del aumento de emigrantes climáticos y ha dicho que nadie tiene el derecho a permanecer indiferente. "Son muchas vidas, son muchas historias, son muchos sueños que naufragan en nuestro presente. No podemos permanecer indiferentes ante esto. No tenemos derecho", ha resaltado. El Papa ha dicho que "es necesario poner la economía y la política al servicio de los pueblos" y ha denunciado que, en paralelo al descuido del ambiente, desde hace tiempo se es testigo de un rápido proceso de urbanización que difunde "una trágica rotura de los vínculos de integración y de comunión social". Para el Papa, este fenómeno lleva al "crecimiento de la violencia y al surgimiento de nuevas formas de agresividad social, al narcotráfico y al consumo creciente de drogas entre los más jóvenes, a la pérdida de identidad, al desarraigo y al anonimato social". Así, ha hecho un llamamiento para que los políticos se aseguren de que el proceso de urbanización se convierta en un "instrumento eficaz para el desarrollo y la integración" a fin de garantizar a todos, y "en especial a las personas que viven en barrios marginales, condiciones de vida dignas, garantizando los derechos básicos a la tierra, al techo y al trabajo". "Es necesario fomentar iniciativas de planificación urbana y del cuidado de los espacios públicos que vayan en esta dirección y contemplen la participación de la gente del lugar, tratando de contrarrestar las muchas desigualdades y los bolsones de pobreza urbana, no sólo económicos, sino también y sobre todo sociales y ambientales", ha señalado. En su alocución ante la ONU, el Papa ha denunciado que todavía "no se ha llegado a un sistema comercial internacional equitativo totalmente al servicio de la lucha contra la pobreza y la exclusión". "Las relaciones comerciales entre los Estados, parte indispensable de las relaciones entre los pueblos, pueden servir tanto para dañar el ambiente como para recuperarlo y asegurarlo para las generaciones futuras", ha aseverado. Así, espera que la próxima Conferencia de Nairobi sobre el comercio no sea "un simple equilibrio de intereses contrapuestos, sino un verdadero servicio al cuidado de la casa común y al desarrollo integral de las personas, especialmente de los más postergados". En este sentido, ha mostrado su preocupación sobre la asistencia sanitaria que está ligada a los acuerdos sobre la propiedad intelectual y el acceso a las medicinas y cuidados esenciales de la salud. "Los Tratados de libre comercio regionales sobre la protección de la propiedad intelectual, en particular en materia farmacéutica y de biotecnología, no sólo no deben limitar las facultades ya otorgadas a los Estados por los acuerdos multilaterales, sino que, al contrario, deberían ser un instrumento para asegurar un mínimo de atención sanitaria y de acceso a los remedios básicos para todos", ha especificado. Además, ha reclamado que "las discusiones multilaterales, a su vez, den a los países más pobres el tiempo, la elasticidad y las excepciones necesarias para una adecuación ordenada y no traumática a las normas comerciales". "La interdependencia y la integración de las economías no debe suponer el más mínimo detrimento de los sistemas de salud y de protección social existentes", ha clamado en este sentido. El Papa ha destacado también que "la eliminación de la malaria y la tuberculosis" así como "la cura de las llamadas enfermedades huérfanas y los sectores de la medicina tropical desatendidos", reclaman una atención política "primaria, por encima de cualquier otro interés comercial o político". Francisco ha alertado de que el "patrimonio africano" y el de toda la humanidad sufre un "constante riesgo de destrucción, causado por egoísmos humanos de todo tipo y por el abuso de situaciones de pobreza y exclusión". "En el contexto de las relaciones económicas entre los Estados y los pueblos no se puede dejar de hablar de los tráficos ilegales que crecen en un ambiente de pobreza y que, a su vez alimentan la pobreza y la exclusión", ha resaltado. DIAMANTES Y OTROS RECURSOS 'DE SANGRE' En su discurso, también ha señalado que "el comercio ilegal de diamantes y piedras preciosas, de metales raros o de alto valor estratégico, de maderas y material biológico, y de productos animales, como el caso del tráfico de marfil y la consecuente matanza de elefantes, alimenta la inestabilidad política, el crimen organizado y el terrorismo". "También esta situación es un grito de los hombres y de la tierra que tiene que ser escuchado por la Comunidad Internacional", ha concluido

http://www.ecoticias.com/co2/109490/Papa-Francisco-avisa-enorme-catastrofe-alcanza-acuerdo-Cumbre-Clima-Paris

 

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