Escrito por ALEJANDRO ZEGADA/EL PAÍS eN Ene 31, 2016
Mientras el presidente Mauricio Macri visitaba el Foro Económico Mundial en Davos -con el objetivo de “seducir el poder mundial”, según el economista argentino Julio Gambina-, el Ministerio de Energía y Minería del vecino país trabajaba en una resolución para aumentar las tarifas eléctricas entre un 200 y 500 por ciento, que fue aprobada esta semana.
De acuerdo con Gambina, el gobierno argentino está intentando mandar señales “positivas” al gobierno de EEUU, Inglaterra, al FMI y ejecutivos de las transnacionales “ávidas de negocios con segura rentabilidad”.
Entre los compromisos ofrecidos por Macri en Davos está el de terminar con la cesación de pagos declarada en 2001 (acepta pagar una deuda considerada ilegítima), buscando llegar a acuerdos con los “fondos buitres”, que tienen sentencia de cobro en la justicia estadounidense.
Por otra parte, la resolución ministerial 6/2016, publicada el miércoles en el Boletín Oficial, establece un aumento de tarifas eléctricas superior al 200 por ciento para el Mercado Mayorista (las empresas proveedoras del servicio tendrán que pagar más y por tanto cobrar más) y un incremento escalonado para los usuarios residenciales.
El decreto habla de una Reprogramación Trimestral Definitiva para el período febrero-abril de 2016, por lo que los analistas temen nuevos aumentos.
El presidente de la asociación Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO), Pedro Bussetti, advirtió esta semana que el impacto de la medida se sentirá en todo el país, y que éste puede ser aún mayor en las boletas finales por la suma de los valores de transporte y distribución eléctrica.
“¿El servicio de distribución va a mejorar inmediatamente tras el aumento? ¿Quién paga los daños sufridos la semana pasada, cuando 800 mil usuarios se quedaron sin servicio?”. “Esto se viene produciendo desde 2011 y nunca fuimos retribuidos, ahora en vez de una compensación hay un castigo”, denunció Busseti, y aseguró que en breve habrá que esperar otro tarifazo para el servicio de gas natural.
El Ministerio de Energía argentino justificó el aumento de tarifas, pues afirma que con ello se está previniendo “un impacto negativo en la economía nacional” y que además “afianza las condiciones propicias para la incorporación de inversiones privadas”.
Cobrar adentro, pagar afuera
El aumento de tarifas eléctricas se da justo después de que el gobierno argentino manifestara su intención de pagar la deuda y los fondos buitre.
Esto constituye un giro con respecto al anterior gobierno, que consideraba que ceder a la presión de estos holdouts sería “el peor error” de la historia argentina. El gobierno de Macri no lo ve así, pues tras el Foro de Davos se habilitó al FMI para que vuelva a auditar las cuentas de Argentina.
La apertura hacia el FMI y los acreedores buitres buscan que los dólares vuelvan a fluir hacia Argentina, aunque el economista argentino no es optimista al respecto.
“Las restricciones externas para préstamos al país empezaron a flexibilizarse con el rumbo económico del gobierno Macri”, explica Gambina, “aunque las divisas no terminan de ingresar”.
“La colocación del Bonar 2020 en estos días y el canje de Bonos con vencimiento en 2017 (bonos soberanos, una forma de prestarse dólares) tuvieron escaso impacto y pone en evidencia que no alcanza con buena voluntad y profesión de fe por la iniciativa privada para que se concreten ingresos de dólares a la Argentina”, detalla el economista argentino.
Y es que la situación de la economía mundial en este momento no acompaña las expectativas de los empresarios gobernantes del vecino país.
La realidad es que los capitales globales (salvo ofertas excepcionales de rápida rentabilidad), prefieren la seguridad de los mercados tradicionales, especialmente EEUU, que además ha anunciado que subirá sus tasas de interés, justamente buscando que los capitales fluyan hacia ese país.
Adicionalmente, Gambina considera que “la disputa por el ingreso y la riqueza se concentra en la redistribución regresiva hacia el interior de la Argentina. Por eso se cuentan por miles los desempleados del Estado y el sector privado, la cara visible del ajuste prometido y ejecutado”.
El presidente Macri, por el contrario, considera que “cuanto más intercambio haya con el mundo, mejores oportunidades va a haber para los argentinos”. A quién realmente favorecerán las condiciones de ese intercambio, sin embargo, es otro tema a ser analizado por la sociedad argentina.
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