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egiptoprotesta2SANGRIENTOS CHOQUES EN EGIPTO
Seguidores de Mubarak atacaron a los opositores; hubo tres muertos y 1500 heridos
Crisis en el mundo árabe / Temor a una guerra civil
EL CAIRO.- Charcos de sangre, tres muertos, 1500 heridos, corridas, tiros, hombres con turbantes que galopan sobre camellos que cargan con rebenques contra los manifestantes, bombas molotov, fuego, piedras, palos. El escenario más temido, el estallido de violencia, el baño de sangre, el fantasma de una guerra civil, se hizo realidad ayer en Egipto.
En lo que marca un punto de inflexión en la ola de protestas que desde hace nueve días pide la renuncia del presidente Hosni Mubarak, la plaza Tahrir, símbolo de la revuelta que hasta ahora había sido una plaza pacífica, se transformó ayer en el campo de una cruenta batalla entre manifestantes contrarios al gobierno y simpatizantes de Mubarak. Entrada la noche, con ambulancias que iban y venían de los alrededores de la plaza, donde se oían disparos y se veían edificios en llamas en plena oscuridad, se contabilizaban por lo menos tres muertos y 1500 heridos en brutales choques fratricidas, que abren nuevos interrogantes sobre lo que vendrá.
En un clima de gran alarma, la Casa Blanca condenó la violencia y exigió que la transición comience "inmediatamente", como lo pidió anteayer el presidente Barack Obama.
Bajo la mirada pasiva de los militares, la erupción de la violencia tuvo lugar a media tarde, justo después de que el régimen habilitara Internet, bloqueada desde el viernes pasado. Entonces, en la plaza que anteayer fue escenario de la más impresionante manifestación contra el régimen, ya habían ingresado unos 10.000 partidarios de Mubarak.
Los seguidores del presidente llegaron en auto, a pie, en barcos a vela por el Nilo, a caballo y hasta en camello; tocaban bocinas y hacían la V de la victoria. Se veían hombres y mujeres de todas las edades, familias con chicos, pero también personajes con palos y barras de hierro, con enormes fotos de Mubarak, de 82 años y desde hace tres décadas en el poder. Coreaban: "¡Mubarak, piloto [fue jefe de la fuerza aérea], no dejes incendiar el país!" y "¡Con el alma y con la sangre te vamos a salvar!".
El clima había cambiado drásticamente con respecto al día anterior, en el cual sólo se podía acceder a la plaza después de mostrar documentos. "¡Están dejando entrar a partidarios de Mubarak, que vienen pagados por el gobierno para desalojarnos! -denunció ante La Nacion Nuria Mazar, una joven con velo-. Para poder llegar hasta aquí tuve que fingir ser partidaria de Mubarak."
Miles de jóvenes y familias enteras de opositores habían pasado la noche en la parte central de la plaza Tahrir, símbolo de la protesta, determinados a no moverse hasta la renuncia de "el Faraón". "¡No nos vamos de acá, en todo caso se va Mubarak!", cantaba la gente, que consideró insuficientes las concesiones realizadas la noche anterior por el "rais" en un discurso.
En su alocución, Mubarak anunció que no se presentará en las elecciones de septiembre, prometió reformas y dejó en claro que no piensa huir como su ex par tunecino Zine el Abidine Ben Alí. "Mubarak es la pirámide de Egipto. Si se va, el país se va a convertir en Irak. Los que están en contra de Mubarak habrán sido un millón, pero nosotros somos 86 millones. Necesitamos un Egipto estable, dejemos que Mubarak termine su mandato", dijo a La Nacion Mohammed Nagui, que dijo estar conmovido por el discurso del presidente.
Mientras crecía el número de manifestantes pro Mubarak en el centro de la plaza, no resultó extraño que, pese a que un cordón de civiles y militares intentaba separar a los dos bandos, todo degenerara en un segundo en choques inimaginables.
Llovieron entonces piedras que unos y otros arrancaban del suelo, de las paredes, de los techos. Y la gente empezó a atacar y a defenderse con lo que encontraba a mano: barras, pedazos de cartón, hierros, vallas.
Enseguida comentaron a evacuar a cientos de personas heridas, con contusiones, cortes en el cuerpo y rostros bañados de sangre. En una de las escenas más impresionantes, hombres con túnicas y turbantes a caballo o sobre camellos lograron ingresar en la plaza y atacaban, al galope, a los manifestantes.
La plaza Tahrir
El principal foco de la batalla fue en el acceso a la plaza Tahrir, ubicado frente al Museo Nacional Egipcio, blanco de cócteles molotov que causaron un incendio que más tarde fue extinguido (ver aparte). Desde otros edificios se arrojaban todo tipo de objetos sobre los manifestantes.
Ya en la oscuridad, con el crescendo de la batalla y los incendios causados por bombas molotov, comenzaron a llegar camiones hidrantes y ambulancias. Por su parte, el ejército, inactivo durante tres horas, empezó a disparar al aire y llamó a los manifestantes de uno y otro bando a dejar la plaza.
En medio de una gran confusión, muchos acusaban al régimen de haber orquestado la "contrarrevolución", en una estrategia deliberada para desalojar a los manifestantes. "A mi mujer, que es maestra, le dijeron que fuera a trabajar para llevarla a manifestar. Ella se rehusó y le dijeron que le iban a sacar parte del sueldo", denunció Sayed, intérprete de esta cronista.
Algunos testigos denunciaron haber visto distintivos de la policía entre los simpatizantes de Mubarak, pero el Ministerio del Interior negó cualquier infiltración de agentes.
Antes de que se desatara una verdadera guerra fratricida en la plaza Tahrir, en el barrio El Mohandissen tuvo lugar una masiva manifestación en favor del presidente, al son de las bocinas y al grito de "¡Sí Mubarak!", "¡Gamal decile a tu padre que te amamos!", "¡Perdón, padre!".
"Yo no estaba con Mubarak, pero después del discurso estoy con él porque es un patriota: no nos deja en el caos, sino que se queda para restablecer el orden", dijo a La Nacion Mohammed Atti, un joven que aseguró que muchos amigos suyos también habían cambiado de idea. "Egipto no es Túnez. Ben Alí se escapó con el oro, pero Mubarak no es un delincuente. Para Mubarak sería más fácil irse, pero se queda", dijo Joseph, un sacerdote cristiano copto, aplaudido por la multitud.
"Sin Mubarak no hay seguridad", repetían otros manifestantes, que contaban cómo su vida cotidiana se deterioró con los saqueos, la falta de nafta y descontrol en los últimos días, "por culpa de manifestantes que ya consiguieron mucho".
"En 30 años Mubarak nunca concedió nada, ahora formó una nuevo gobierno y dijo que se va a ir en septiembre: ¿qué más quieren los manifestantes? Se tienen que ir a su casa, son ellos los que están destruyendo el país", clamaban los seguidores del régimen. También los imanes de las mezquitas, en los cinco rezos de la jornada más inquietante desde que comenzó la revuelta, llamaron a la calma. Pero la mecha ya estaba encendida. Y muchos creen que ahora, con un país dividido, donde por primera vez se vio odio entre hermanos, será difícil extinguirla.
OTRO DIA DE REBELION
2 de febrero
•    Punto de inflexión . La plaza Tahrir, símbolo de una revuelta pacífica desde hace nueve días contra Hosni Mubarak, se transformó ayer en el campo de una cruenta batalla entre manifestantes a favor y en contra del régimen.
•    Toque de queda . Las fuerzas armadas egipcias anunciaron ayer la reducción en tres horas del toque de queda, decretado el viernes pasado debido a las violentas protestas contra Mubarak. El toque de queda comenzó ayer a las 17 (hora local) y finaliza a las 7 de hoy.
•    Periodistas en peligro . Los partidarios del presidente Mubarak dirigieron ayer su frustración contra los medios y atacaron a varios periodistas. Además, un reportero belga y otros cuatro israelíes fueron detenidos. El Comité para la Protección de los Periodistas pidió al ejército que los proteja.
•    Más presión sobre Mubarak . El gobierno de Estados Unidos aumentó ayer la presión sobre Mubarak, al indicar que el proceso de transición debe empezar "ya" y "no en septiembre", fecha para la que están previstas las próximas elecciones presidenciales en Egipto. "[Ese proceso] empezó ayer", declaró el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs.
•    No a la reelección. Acorralado por las protestas, el presidente de Yemen, Alí Abdullah Saleh, anunció ayer que renunciará a presentarse a una reelección, tras 32 años en el poder.
Jueves 03 de febrero de 2011
Elisabetta Piqué
Enviada especial

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