LA AUSTERIDAD DE LOS LÍDERES EUROPEOS12-07-2012
Por Julieta Nassau, en La Nación
Tardaron en encontrarse, perdidos entre el gran contingente de funcionarios y asesores que los acompañaban. Pero allí estaban, los presidentes español y francés, Mariano Rajoy y François Hollande, en un andén de París esperando el tren que los llevaría a Bruselas, en medio de la maratón de reuniones para intentar frenar la debacle económica europea.
En la noche de ese 22 de mayo, un avión transportó a Rajoy hacia Madrid. En cambio, Hollande regresó a Francia en una comitiva de siete autos. Según el Elíseo, aquel viaje le costó al gobierno francés cerca de 7500 dólares, diez veces menos de lo que hubiese costado hacerlo en un jet presidencial, la opción preferida del ex presidente Nicolas Sarkozy.
En la noche de ese 22 de mayo, un avión transportó a Rajoy hacia Madrid. En cambio, Hollande regresó a Francia en una comitiva de siete autos. Según el Elíseo, aquel viaje le costó al gobierno francés cerca de 7500 dólares, diez veces menos de lo que hubiese costado hacerlo en un jet presidencial, la opción preferida del ex presidente Nicolas Sarkozy.
Aquel encuentro en la estación no fue una señal del destino. Fue el símbolo de un cambio de hábitos. La austeridad, esa palabra presente en cada cumbre europea, comenzó a sentirse también en la propia vida de los gobernantes.
Hollande es la cara más visible de esa tendencia. En su primer consejo de ministros, lanzó el primer golpe de efecto para demostrar su intención de ser un presidente ‘normal‘. Además de reducir el 30% su sueldo y el de su gabinete -que bajó el salario presidencial a 16.000 dólares-, sorprendió a los funcionarios con un estricto código deontológico. Propone, por ejemplo, al tren como medio de transporte en viajes de menos de tres horas. En los primeros días de gestión, Hollande terminaba sus jornadas en el departamento del Barrio 15 de París, donde vivía junto a su pareja, Valérie Trierweiler. ‘Mientras no seamos un problema para el barrio o para la seguridad, nos quedaremos acá‘, dijo, a poco de asumir.
Pero el equipo de seguridad presidencial ya manifestó sus objeciones. Le recomendaron que se mudara al Elíseo y aún no dan con una manera eficaz para cuidar a Hollande o a los funcionarios en sus viajes en tren. O, en el caso de la ministra de Justicia, Christiane Taubira, en bicicleta.
Por su parte, Angela Merkel, que se caracterizó por defender a rajatabla la austeridad para enfrentar la crisis, lo hizo con recetas caseras, que adquirió durante los 35 años que vivió en la Alemania comunista.
La líder conservadora se jacta de ir al supermercado para hacer las compras y de pagarlas de su propio bolsillo, una actitud que la distingue de otros líderes del mundo.
La ajetreada agenda de los últimos meses no le impidió mantener estos hábitos. Una foto reciente mostró a la canciller en la fila de un supermercado en Bruselas, con la misma ropa que en la cumbre a la que había asistido poco antes. Su imagen de austeridad, sin embargo, tambaleó en mayo, al aumentar 6% su salario y el de los funcionarios del gobierno. Cuando se complete la suba, en agosto de 2013, Merkel cobrará 21.300 dólares por mes, la cifra más alta en la región.
El alza fue a contramano de las reducciones y congelamientos de sueldos de los gobernantes europeos. O directamente la renuncia al salario, como pasó en Grecia.
En un próximo viaje en tren, Hollande y Rajoy podrían encontrarse con el italiano, Mario Monti. El tecnócrata que aplicó fuertes políticas de austeridad replicó esas medidas en su estilo de vida. En primer lugar, resignó dos de los tres sueldos que le corresponden como premier, como titular de la cartera de Economía y como senador vitalicio. Actualmente, recibe 12.500 dólares mensuales que le dejó su paso por el Parlamento.
Además, en sus primeros 100 días al frente del gobierno, ahorró 43 millones de euros. Más de la mitad debido a la reducción de los vuelos presidenciales, en un 92 por ciento. El tupper de Rajoy En tanto, con el objetivo de apuntalar la imagen de presidente austero, el diario conservador La Razón destacó que Rajoy emprendió un viaje familiar ‘en auto y se llevó los tupper de la Moncloa para no molestar al cocinero de la casa‘. Pero en lugar de aplausos, la noticia generó sarcasmo por los supuestos ‘sacrificios‘ del líder. ‘¿El #tupperdeRajoy habrá viajado en el mismo coche que Mariano o en otro?‘, ironizaron en Twitter.
Mientras el medio de transporte de uso oficial parece ser negociable, las vacaciones fueron impermutables en agosto pasado. Con interrupciones para reuniones por teleconferencia o llamadas de emergencia, Sarkozy pasó sus últimas vacaciones presidenciales en las playas francesas del Mediterráneo y Merkel eligió Italia.
Hollande es la cara más visible de esa tendencia. En su primer consejo de ministros, lanzó el primer golpe de efecto para demostrar su intención de ser un presidente ‘normal‘. Además de reducir el 30% su sueldo y el de su gabinete -que bajó el salario presidencial a 16.000 dólares-, sorprendió a los funcionarios con un estricto código deontológico. Propone, por ejemplo, al tren como medio de transporte en viajes de menos de tres horas. En los primeros días de gestión, Hollande terminaba sus jornadas en el departamento del Barrio 15 de París, donde vivía junto a su pareja, Valérie Trierweiler. ‘Mientras no seamos un problema para el barrio o para la seguridad, nos quedaremos acá‘, dijo, a poco de asumir.
Pero el equipo de seguridad presidencial ya manifestó sus objeciones. Le recomendaron que se mudara al Elíseo y aún no dan con una manera eficaz para cuidar a Hollande o a los funcionarios en sus viajes en tren. O, en el caso de la ministra de Justicia, Christiane Taubira, en bicicleta.
Por su parte, Angela Merkel, que se caracterizó por defender a rajatabla la austeridad para enfrentar la crisis, lo hizo con recetas caseras, que adquirió durante los 35 años que vivió en la Alemania comunista.
La líder conservadora se jacta de ir al supermercado para hacer las compras y de pagarlas de su propio bolsillo, una actitud que la distingue de otros líderes del mundo.
La ajetreada agenda de los últimos meses no le impidió mantener estos hábitos. Una foto reciente mostró a la canciller en la fila de un supermercado en Bruselas, con la misma ropa que en la cumbre a la que había asistido poco antes. Su imagen de austeridad, sin embargo, tambaleó en mayo, al aumentar 6% su salario y el de los funcionarios del gobierno. Cuando se complete la suba, en agosto de 2013, Merkel cobrará 21.300 dólares por mes, la cifra más alta en la región.
El alza fue a contramano de las reducciones y congelamientos de sueldos de los gobernantes europeos. O directamente la renuncia al salario, como pasó en Grecia.
En un próximo viaje en tren, Hollande y Rajoy podrían encontrarse con el italiano, Mario Monti. El tecnócrata que aplicó fuertes políticas de austeridad replicó esas medidas en su estilo de vida. En primer lugar, resignó dos de los tres sueldos que le corresponden como premier, como titular de la cartera de Economía y como senador vitalicio. Actualmente, recibe 12.500 dólares mensuales que le dejó su paso por el Parlamento.
Además, en sus primeros 100 días al frente del gobierno, ahorró 43 millones de euros. Más de la mitad debido a la reducción de los vuelos presidenciales, en un 92 por ciento. El tupper de Rajoy En tanto, con el objetivo de apuntalar la imagen de presidente austero, el diario conservador La Razón destacó que Rajoy emprendió un viaje familiar ‘en auto y se llevó los tupper de la Moncloa para no molestar al cocinero de la casa‘. Pero en lugar de aplausos, la noticia generó sarcasmo por los supuestos ‘sacrificios‘ del líder. ‘¿El #tupperdeRajoy habrá viajado en el mismo coche que Mariano o en otro?‘, ironizaron en Twitter.
Mientras el medio de transporte de uso oficial parece ser negociable, las vacaciones fueron impermutables en agosto pasado. Con interrupciones para reuniones por teleconferencia o llamadas de emergencia, Sarkozy pasó sus últimas vacaciones presidenciales en las playas francesas del Mediterráneo y Merkel eligió Italia.