Pin It
01democraciasyautoritarismoDEMOCRACIAS Y AUTORITARISMOS
04-08-2012
VISION DE AMERICA LATINA
El diario norteamericano The Washington Post calificó de “nuevos autoritarismos” a algunas democracias de la región. Altos índices de pobreza y de desigualdad social. La búsqueda permanente de la reelección. Excepto en pocos países, el uso de recursos públicos para beneficio de los gobiernos es una práctica habitual. Gobernar por decreto y asumir facultades parlamentarias también lo es.
Por Dante Caputo (*)
El diario estadounidense publicó esta semana un extenso artículo sobre la situación política en nuestra región. La nota que aparece en una página central se titula “Los nuevos autoritarismos en América latina”.
El hecho es importante porque ese diario es probablemente el que tiene mayor impacto en el mundo político de la capital de Estados Unidos. No creo que haya sido leído por una masa ávida de información sobre nuestra región.
 Sí, en cambio, debió haber sido visto con cuidado por todos aquellos cuyas decisiones o actuaciones políticas tienen que ver con el área y que, en algunos casos, tienen impacto en nuestra región. Es muy poco frecuente que se publiquen análisis sobre Latinoamérica y menos aún de esta extensión.
La calidad de la nota, mediana, no es lo relevante. Como muchos dichos y escritos de la política, lo importante no es sólo lo que se dice, sino sobre todo quién lo dice y dónde se dice. Este artículo es relevante en la formación de la opinión sobre América latina en la capital del país más poderoso.
La idea central que se sostiene es la aparición de líderes electos democráticamente que ejercen el poder de forma a menudo autoritaria y que tienden, a través de las reformas constitucionales, a perpetuarse en el gobierno.
El carácter autoritario les es atribuido por sus trabas a la libertad de expresión, la persecución a la oposición, el uso masivo de los recursos públicos para la propaganda gubernamental y partidaria, el debilitamiento de los Congresos asumiendo parte de sus funciones y una creciente tendencia a gobernar por decreto.
El artículo señala que no llegaron al poder por un golpe. Admite que son elegidos y reelegidos, y que no practican las represiones sangrientas de los autoritarismos del pasado. En síntesis, electos en democracia, gobiernan autoritariamente.
El posible abandono del sistema regional de derechos humanos, monitoreado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, es mostrado como prueba del temor que sus actos de gobierno sean observados.
El núcleo de estas “democracias autoritarias” estaría formado por Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador. Lógicamente, el caso venezolano ocupa un tercio de la nota. Esta es la sustancia del argumento que en la práctica se convierte en una descripción de la democracia latinoamericana, con el impacto que anoté al comienzo.
Muchos de los “cargos” que se enumeran son probablemente ciertos y graves. Pero no son exclusivos de esos países ni aparecen sólo en este período. Ignorar esto es un error mayor. No se trata de casos individuales, sino de déficits graves que desde hace décadas presentan, en diverso grado, muchas de nuestras democracias.
Excepto en pocos países, el uso de recursos públicos para beneficio de los gobiernos es una práctica habitual. Gobernar por decreto y asumir facultades parlamentarias también lo es. Hoy, en 2012, la mitad de los Poderes Ejecutivos de la región han absorbido funciones esenciales del Legislativo, como es el caso del presupuesto.
Otro argumento que agrega el autor es el uso de las reformas constitucionales para habilitar las reelecciones y perpetuarse en el poder. Tampoco esto es excepcional. Desde 1990 ha sucedido en 11 países de la región.
Sobre la decisión de retirarse del sistema interamericano de derechos humanos, no debería olvidarse que Estados Unidos nunca ratificó el Pacto de San José de Costa Rica, instrumento básico de nuestro sistema de protección de esos derechos. Por lo tanto, las democracias autoritarias en esta materia estarían reuniéndose con la posición estadounidense.
Lector, lejos de mí está insinuar que esto excusa la gravedad del hecho. Sólo indico que no existe la excepcionalidad señalada por el autor. Creo que los déficit señalados de nuestras democracias son, sin duda, temas mayores.
Pero aquí me permito corregir al autor. Esto no es producto de una democracia autoritaria sino de la ausencia de república, es decir, de la falta de independencia de los poderes del Estado, de los mutuos controles y de su autonomía.
La república latinoamericana es raquítica. El poder de los gobiernos, en muchos de nuestros países, carece de control. El autor ni siquiera alude a este tema. Por otro lado, hay situaciones flagrantes sobre libertades civiles y políticas en otros países que no son mencionadas, como el derecho a la información alternativa y las violaciones de derechos humanos. En Guatemala, por ejemplo, todos los canales de televisión pertenecen a un sólo empresario mexicano. A su vez, el estado de excepción (que suspende las garantías constitucionales) fue aplicado en diversos momentos de esta etapa democrática en 11 de los 18 países.
En todo caso, creo que la nota del Washing-ton Post ignora las razones de estas desviaciones serias y preocupantes, que por otra parte afectan más países que los señalados.
Habría sido útil ilustrar a los lectores del artículo sobre el hecho de que en los casi treinta años que lleva la democracia en América latina, las dos primeras décadas significaron para casi todos los países una notoria desmejora de las condiciones de vida: altísima pobreza e indigencia, informalidad laboral y los mayores niveles de desigualdad y de inseguridad del mundo. A la vez, se hicieron reformas económicas en todos nuestros países, en medio de la crisis de la deuda, que significaron grandes sacrificios. Reforma y frustraciones.
Tampoco estaría de más indicar que Venezuela es donde la pobreza y la desigualdad tuvieron la mayor caída del continente en la última década.
Lector, si la democracia no es sólo la promesa de libertad sino también de bienestar, y esto falla, no es raro que se recorran nuevos caminos cuya comprensión va más allá de la personalidad de algunos jefes de Estado.
Este artículo, que insisto formará opinión en Estados Unidos, olvida en su análisis dos problemas: los déficits de la república y del bienestar en América latina.
Cuando se indaga una región compleja, que como ninguna otra en vías de desarrollo busca y lucha por su libertad y democracia, se debe identificar los porqués, en lugar de hacer un catálogo de hechos, sin duda graves, pero que no aumentan nuestro conocimiento ni nuestra capacidad de acción.

(*) Ex Canciller. Nota publicada
en el diario Perfil.


http://www.ellitoral.com.ar/es/articulo/211518/Democracias-y-autoritarismos

REDACTORES

anna.jpgbgeorges.jpgbgiorgio.jpgbjuan.jpgblorenzo1.jpg
Copyright (c) 2009. Antimafia Dos Mil Argentina