Pin It
18guerraseconomicasEL 2013 SERÁ UN AÑO DE "GUERRAS" ECONÓMICAS
23/12/12
La crisis lleva al proteccionismo y la competencia por los mercados a una incesante deslocalización en pos de mano de obra barata. China deja de ser el “taller del mundo” pero se lanza a una nueva batalla
Pasan cosas insólitas en el mundo en materia de competencia económica. Argentina es uno de los países que más medidas proteccionistas ha tomado. China se ha vuelto “cara” y varias empresas levantan campamento en busca de mercados más competitivos. Europa, que por años vio partir a sus industrias, hoy es destino de algunas de estas re-localizaciones. El gigante asiático busca hacer valer su fuerza en el organismo que elabora los estándares técnicos.
Éstas son algunas de las observaciones contenidas en un interesantísimo informe del semanario económico L’Expansion (Francia) . El estancamiento europeo, el agotamiento chino y la incertidumbre norteamericana trazan un cuadro de perspectivas sombrías para el crecimiento mundial y exacerban por lo tanto las tensiones determinando un escenario de “enfrentamiento mundializado”, dice la revista.
La vuelta del proteccionismo
 Durante la campaña electoral, el presidente y candidato Barack Obama anuló la compra por un grupo chino, Ralls Corp, de granjas eólicas en el estado de Oregon. Para ello, desempolvó una legislación de 1950 (el argumento fue la cercanía con una base naval). La réplica –inédita en la historia de los EEUU, subraya L’Expansion- fue la presentación de una demanda de la firma china contra el propio presidente estadounidense.
Como ha sucedido otras veces en la historia, el virus del proteccionismo se extiende con la crisis. Eso explica los récords de duelos comerciales que se verifican en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El número de conflictos planteados ante el organismo en los 11 primeros meses de 2012 se triplicó en comparación con el del año anterior. Global Trade Alert (una organización independiente que en América Latina es coordinada por Flacso) contabilizó 1.639 medidas proteccionistas -barreras arancelarias, leyes antidumping y cupos de exportación- desde noviembre de 2008, lo que da un promedio de una por día.
“El mundo camina por la cornisa de una guerra comercial”, concluye L’Expansion. No significa que no hay comercio, pero sí que éste está minado por las trampitas que los países se hacen unos a otros.  “Argentina, por ejemplo, -dice el informe- tomó 112 medidas proteccionistas contra China, la que replicó 10 veces”.
Los esfuerzos por la reindustrialización
Un efecto de la globalización es que cuando la economía mundial se estanca, cada uno pelea por retener parte de la torta. Y la mejor forma es la reindustrialización. Eso explica la escalada de medidas proteccionistas iniciada en noviembre de 2008. “Todos los países quieren volver a levantar, o al menos a conservar, sus fábricas”, explica Sylvie Matelly, del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS, por sus siglas en francés).
En los años '80 China era el taller del mundo y Occidente el consumidor final. “En los países desarrollados, la utopía de un futuro sin usinas se ha quebrado contra el muro del desempleo masivo –dice el informe. En todas partes, se exhiben los méritos de las chimeneas humeantes y de las cadenas de montaje ricas en mano de obra. Y a la batalla Norte-Sur se superpone una nueva guerra, quizá más solapada, porque se juega en el seno mismo de los bloques”.
Detrás de supuestos entendimientos, como el BRIC, los emergentes se hacen la guerra comercial. El incremento de los salarios en China -en el sector manufacturero han crecido a un ritmo de 10% anual- ha permitido a México recuperar parte del mercado estadounidense perdido antes por la competencia china. La parte mexicana en las importaciones de EEUU ha pasado de 11% en 2005 a 15% ahora.
Para mejorar la competitividad del Brasil, Dilma Rousseff ha lanzado un plan shock: reducción de los sueldos estatales, reforma de las jubilaciones y, sobre todo, drástica baja de los aportes patronales.
Este cuadro también explica la exacerbación de tendencias separatistas como la de Cataluña. “En esta carrera sin fin y suicida, al menos en lo fiscal y social, y con fondo de sequía presupuestaria, los mecanismos que aseguran la solidaridad nacional, los cimientos de nuestras viejas naciones, están amenazados, dice el informe. ¿Cómo explicar si no las tentaciones secesionistas de las regiones ricas (…) cansadas de las transferencias fiscales masivas hacia otros territorios menos provistos?”
Deslocalización sin fin
Una nueva ola de traslados de plantas industriales se viene verificando en el mundo y se acentuará en 2013. El motivo es que los tradicionales destinos de quienes buscaban sacarle
ventaja a sus competidores achicando costos están conociendo aumentos salariales sostenidos y reduciendo por lo tanto los márgenes que atraían a industrias extranjeras.
Los asalariados de países que ya “emergieron” -tunecinos, rumanos, chinos- y que por lo tanto empiezan a levantar cabeza y logran mejoras en sus ingresos se ven de pronto amenazados por la deslocalización hacia un vecino más pobre, todavía “emergente”. “Es el low cost amenazado por el super low cost”, dice L’Expansión.
Se vienen por lo tanto las deslocalizaciones de segunda generación: hacia destinos cada vez más exóticos, como Vietnam, Indonesia o Camboya. Pero hay incluso quienes ya consideran demasiado caro al sudeste asiático y ponen proa hacia otros posibles “talleres del mundo”: Bulgaria, Bangladesh y por qué no África. ¿Quién da más?
De deslocalización en deslocalización, esta incansable búsqueda de mano de obra barata tiene el efecto perverso de sacar a algunas zonas de la extrema pobreza pero impedir luego la emergencia de una clase media ya que, superado cierto nivel de salario, la firma en cuestión busca otros horizontes dejando una estela de trabajadores “aburguesados” pero desempleados.
El informe cita un caso ilustrativo. Leman Industrie, un autopartista francés, está dudando entre Moldavia y Macedonia como destino de su futura deslocalización. Desde hace 10 años está instalado en los suburbios de Túnez, pero ya no le da los mismos rendimientos. La Primavera Árabe dio protagonismo a los sindicatos, antes casi inexistentes. Resultado: los sueldos ya aumentaron un 25%. Leman también está instalado en Rumania, pero el salario mínimo ya aumentó 30% desde 2005, año de su instalación en ese país del Este europeo por efecto precisamente de la llegada de muchas firmas atraídas por ventajas comparativas que se van evaporando. En China, el tercer país donde está implantado Leman, el costo laboral se eleva a razón de 12% anual. “Habrá que encontrar el próximo Eldorado salarial”, ironiza el informe.
Bangladesh fue por años el país por excelencia de implantación de fábricas de indumentaria, pero allí también llegó la agitación social y el país vio partir a grandes marcas de ropa como Zara o H&M.
El fenómeno no se limita al textil y automotor, también alcanza a la electrónica. La coreana LG había instalado su centro de investigación y desarrollo en Túnez hace tres años pero ya está haciendo las valijas para mudarse a Polonia. Nokia, el gigante finlandés de la telefonía, que en 2008 escandalizó al cerrar su planta en Alemania para instalarse en Jucu, Rumania –una bendición para ese país empobrecido por años de comunismo-, 3 años después repite la historia y ahora la deslocalización es hacia Vietnam, dejando 2000 trabajadores rumanos en la calle.
China ya no es más un país low cost. Hace 10 años el costo de un obrero era de 150 a 200 euros por mes. Hoy hay que gastar el doble”, dice Margaux Fildier, responsable de compras de Delta Plus que fabrica ropa de trabajo a 80 km de Shanghai. Los obreros chinos empezaron a despertarse y reclamar mejoras salariales. La ola de suicidios de Foxconn, subcontratista de Apple, obligó a duplicar los salarios.
Adidas decidió levantar campamento de China para ir a fabricar sus zapatillas a Vietnam. El salario promedio de un obrero en Ho Chi Minh Ville en 2011 es el que se pagaba en China 10 años antes. Pero también en Vietnam los salarios crecen. ¿Qué queda? Filipinas, donde el salario mínimo sólo aumentó 5% en diez años; o Birmania, o Bulgaria, con un sueldo promedio de 350 euros mensuales, es decir dos veces menos que en Hungría y tres veces menos que en Croacia.
Esta competencia lleva hasta a los países europeos en crisis a pensar en cómo bajar el costo salarial para atraer o para no seguir perdiendo industrias. En Grecia, el costo laboral cayó un 11,5% en el primer trimestre de 2012; aún así vio partir a la Coca cola y al Crédit Agricole. En España, el salario cayó 6% en dos años. Y los inversores vuelven. Ford trasladó su usina de Genk (Bélgica) a Valencia. La batalla es también intra-europea.
Lo irónico es que al mismo tiempo que las multinacionales dejan China para ir a buscar en el sudeste asiático una mano de obra más barata aún, los gigantes asiáticos se instalan en Europa para producir electrodomésticos y televisores. Después de Samsung, fue la surcoreana LG la que inauguró una planta de electrodomésticos en Polonia, donde podrá aprovechar una mano de obra barata y ya entrenada por empresas que la antecedieron, como Philips, Bosch y Siemens.
También la china TLC ya arma sus televisores en Polonia en una vieja fábrica de Thomson, mientras que Changhong eligió la República Checa como cabecera de puente para lanzar sus televisores en el viejo continente. Y Haier analiza implantarse en Europa del Este para producir allí parte de su línea de electrodomésticos. El objetivo de estas marcas asiáticas es conquistar el mercado europeo. Esta deslocalización les permite acortar los plazos de entrega de diez semanas a 3 días.
Ofensiva de Pekín en materia de normas
La batalla por los estándares técnicos no es nueva. El país que logra imponer los suyos tendrá ventaja para conquistar mercados. Baste recordar el legendario duelo que enfrentó a PAL contra Secam en los tiempos que ya parecen muy remotos de las videocaseteras. O la más reciente competencia entre DVD-HD y Blu-ray.
Lo nuevo en este campo es que China está colocando representantes en puestos claves en la Organización Internacional de Normalización (ISO por sus siglas en inglés).
La ISO tiene 164 países miembros y una Oficina de Administración Técnica en la cual los únicos miembros permanentes son Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Alemania. Pekín ya pidió la misma categoría y no se la van a poder negar por mucho tiempo más.
Mientras tanto, acumula poder sentando representantes en la mayoría de los comités técnicos que tiene la ISO por área. En todos ellos la presencia china ha crecido en los últimos años. Y en algunos ocupa incluso la presidencia o el secretariado. La potencia asiática está presente en 82% de los comités técnicos, contra 79% Japón y 75% Estados Unidos. Sólo Alemania y Reino Unido siguen por delante de China.
Pekín entendió que la normalización es un arma más en la guerra económica y parece decidida a utilizarla. Actualmente en 30 universidades en toda China se forman ingenieros especializados en estas cuestiones que son extremadamente técnicas.
Desde su creación, en 1947, ISO elaboró unas 19.000 normas que fijan los estándares técnicos válidos en el mundo entero para garantizar la calidad de un producto. Esto lo hace con la participación de expertos de los países miembros que por lo general representan a los industriales del sector interesado en la normativa.
Esta presencia creciente de China en la organización es un signo más de su ascenso como potencia. Detrás de estas normas pueden estar en juego ganancias varias veces millonarias.
Una batalla actualmente en curso en la ISO es la del toma corriente de los autos eléctricos. Debe ser el mismo en todos para que los usuarios puedan recargar sus baterías en cualquier parte, y sea cual sea la marca de su vehículo. Pero Renault y Peugeot tienen diferentes diseños, la primera con respaldo de una firma alemana. Final abierto para esta pelea.
http://www.infobae.com/notas/688019-El-2013-sera-un-ano-de-choques-economicos.html

REDACTORES

anna.jpgbgeorges.jpgbgiorgio.jpgbjuan.jpgblorenzo1.jpg
Copyright (c) 2009. Antimafia Dos Mil Argentina