DIEZ MUERTOS EN UN SAQUEO A LA AYUDA ALIMENTARIA EN SOMALIA
Viernes 5 de agosto de 2011
MOGADISCIO (Reuters) - Al menos 10 somalíes, incluyendo algunos refugiados, murieron el viernes en un tiroteo iniciado en Mogadiscio cuando tropas y residentes saquearon camiones de comida dirigidos a las víctimas de la hambruna, según varios testigos.
Las tropas del Gobierno abrieron fuego y descargaron comida en carretillas y minibuses, y los residentes se llevaron sacos de comida a hombros, poco después de que una organización humanitaria local empezara a distribuir comida a miles de refugiados somalíes.
Viernes 5 de agosto de 2011
MOGADISCIO (Reuters) - Al menos 10 somalíes, incluyendo algunos refugiados, murieron el viernes en un tiroteo iniciado en Mogadiscio cuando tropas y residentes saquearon camiones de comida dirigidos a las víctimas de la hambruna, según varios testigos.
Las tropas del Gobierno abrieron fuego y descargaron comida en carretillas y minibuses, y los residentes se llevaron sacos de comida a hombros, poco después de que una organización humanitaria local empezara a distribuir comida a miles de refugiados somalíes.
El incidente pone de relieve los peligros a los que se enfrentan los grupos de ayuda, que luchan por trabajar en un país anárquico golpeado por años de sequía y un ciclo de violencia sin fin.
El suceso se produjo en Badbaado, un endeble campamento improvisado que acoge a 30.000 refugiados, según confirmó el Programa Mundial de Alimentos (WFP, en sus siglas en inglés) de la ONU, que señaló que en el lugar había disponibles 290 toneladas de maíz y aceite.
"Al menos 10 personas murieron y otras 15 resultaron heridas" dijo a Reuters Aden Kusow, un refugiado, desde el campo.
"Siete de ellos murieron en el campamento. Los otros tres murieron fuera al huir. La mayoría de los que murieron son refugiados", dijo.
"AYUDA MUY APETITOSA"
Otro testigo había dicho antes a Reuters que había visto un soldado muerto cuando huyó del campamento con sus tres hijos al iniciarse los disparos.
"Tengo suerte de que mi familia esté a salvo. No sé a dónde voy. Corro por mi vida", dijo Aliyow Husein, de 40 años, en una calle fuera del campamento.
Unos 37 millones de somalíes corren peligro de morir de hambre, la mayoría de ellos en el sur, lo que ha llevado a cientos de miles a hacer el peligroso viaje a Mogadiscio y sus áreas circundantes en busca de comida.
Unos 100.000 refugiados han llegado a la capital en los últimos dos meses, y cientos más llegan cada día a la ciudad, pese a las amenazas de ataque del grupo armado islamista al Shabaab, que controla la mayoría de las zonas más golpeadas por la sequía.
El recién nombrado primer ministro del país, Abdiweli Mohamed Ali, dijo que su Administración trabajará para asegurar que no se repite este episodio violento.
"Tomaremos medidas contra los que estén detrás del caos", dijo a la prensa durante una visita al campamento.
Pero dadas las noticias contradictorias sobre quién era el responsable de la violencia, es difícil saber cómo podrían las tropas del Gobierno -que están luchando por arrebatar el control de la capital a los milicianos de Shabaab y en ocasiones han peleado entre ellos en años de guerra civil- llevar a los responsables ante la justicia.
Sacdia Kassim, una trabajadora humanitaria somalí empleada en una organización benéfica local asociada al WFP, dijo a Reuters que los saqueos se están convirtiendo en algo común en Mogadiscio.
"A menudo vemos a las fuerzas del Gobierno y a los habitantes saqueando comida para los desplazados", dijo.
"Sabíamos que esos camiones de comida serían saqueados algún día. Eran muy jugosos para la milicia del gobierno. Desgraciadamente, de camino al campo vi refugiados y a otros corriendo con la comida humanitaria", añadió.
TODOS LOS SOMALÍES TIENEN HAMBRE
El portavoz de WFP David Orr dijo a Reuters que la distribución de comida en Badbaado había empezado en algún momento después de las 6 de la mañana (03:GMT) y prosiguió sin dificultades durante unas dos horas.
"Según todos los informes, se desmandó. Se puso un poco caótico, y empezó el saqueo de la comida", dijo.
"Parece que todo lo que quedaba se perdió", añadió.
El WFP indicó que los grupos humanitarios no pueden llegar a más de dos millones de somalíes en las zonas más afectadas porque los combatientes Shabaab han bloqueado el acceso a la mayoría de las agencias.
La agencia de refugiados de la ONU, ACNUR, indicó que enviaría más de 31 toneladas de material de refugio y ayuda a Mogadiscio el lunes, en su primer envío humanitario aéreo a Somalia en más de cinco años.
Con frecuencia, la comida robada termina a la venta en los mercados en manos de los grupos armados.
"Las fuerzas del Gobierno empezaron el juego y nosotros llegamos a lo que es una oportunidad inesperada. Venderé la mitad de esta comida para tener algo de efectivo. No es una sorpresa", dijo a Reuters el habitante de Mogadiscio Hashim Ibrahim, de 30 años, mientras salía aprisa del campamento con una carretilla llena de raciones.
El suceso se produjo en Badbaado, un endeble campamento improvisado que acoge a 30.000 refugiados, según confirmó el Programa Mundial de Alimentos (WFP, en sus siglas en inglés) de la ONU, que señaló que en el lugar había disponibles 290 toneladas de maíz y aceite.
"Al menos 10 personas murieron y otras 15 resultaron heridas" dijo a Reuters Aden Kusow, un refugiado, desde el campo.
"Siete de ellos murieron en el campamento. Los otros tres murieron fuera al huir. La mayoría de los que murieron son refugiados", dijo.
"AYUDA MUY APETITOSA"
Otro testigo había dicho antes a Reuters que había visto un soldado muerto cuando huyó del campamento con sus tres hijos al iniciarse los disparos.
"Tengo suerte de que mi familia esté a salvo. No sé a dónde voy. Corro por mi vida", dijo Aliyow Husein, de 40 años, en una calle fuera del campamento.
Unos 37 millones de somalíes corren peligro de morir de hambre, la mayoría de ellos en el sur, lo que ha llevado a cientos de miles a hacer el peligroso viaje a Mogadiscio y sus áreas circundantes en busca de comida.
Unos 100.000 refugiados han llegado a la capital en los últimos dos meses, y cientos más llegan cada día a la ciudad, pese a las amenazas de ataque del grupo armado islamista al Shabaab, que controla la mayoría de las zonas más golpeadas por la sequía.
El recién nombrado primer ministro del país, Abdiweli Mohamed Ali, dijo que su Administración trabajará para asegurar que no se repite este episodio violento.
"Tomaremos medidas contra los que estén detrás del caos", dijo a la prensa durante una visita al campamento.
Pero dadas las noticias contradictorias sobre quién era el responsable de la violencia, es difícil saber cómo podrían las tropas del Gobierno -que están luchando por arrebatar el control de la capital a los milicianos de Shabaab y en ocasiones han peleado entre ellos en años de guerra civil- llevar a los responsables ante la justicia.
Sacdia Kassim, una trabajadora humanitaria somalí empleada en una organización benéfica local asociada al WFP, dijo a Reuters que los saqueos se están convirtiendo en algo común en Mogadiscio.
"A menudo vemos a las fuerzas del Gobierno y a los habitantes saqueando comida para los desplazados", dijo.
"Sabíamos que esos camiones de comida serían saqueados algún día. Eran muy jugosos para la milicia del gobierno. Desgraciadamente, de camino al campo vi refugiados y a otros corriendo con la comida humanitaria", añadió.
TODOS LOS SOMALÍES TIENEN HAMBRE
El portavoz de WFP David Orr dijo a Reuters que la distribución de comida en Badbaado había empezado en algún momento después de las 6 de la mañana (03:GMT) y prosiguió sin dificultades durante unas dos horas.
"Según todos los informes, se desmandó. Se puso un poco caótico, y empezó el saqueo de la comida", dijo.
"Parece que todo lo que quedaba se perdió", añadió.
El WFP indicó que los grupos humanitarios no pueden llegar a más de dos millones de somalíes en las zonas más afectadas porque los combatientes Shabaab han bloqueado el acceso a la mayoría de las agencias.
La agencia de refugiados de la ONU, ACNUR, indicó que enviaría más de 31 toneladas de material de refugio y ayuda a Mogadiscio el lunes, en su primer envío humanitario aéreo a Somalia en más de cinco años.
Con frecuencia, la comida robada termina a la venta en los mercados en manos de los grupos armados.
"Las fuerzas del Gobierno empezaron el juego y nosotros llegamos a lo que es una oportunidad inesperada. Venderé la mitad de esta comida para tener algo de efectivo. No es una sorpresa", dijo a Reuters el habitante de Mogadiscio Hashim Ibrahim, de 30 años, mientras salía aprisa del campamento con una carretilla llena de raciones.
http://es.reuters.com/article/topNews/idESMAE7740RF20110805?sp=true