AUMENTA LA IRA EN TURQUÍA POR LA LEY DE GENOCIDIO FRANCESAmartes 24 de enero de 2012
PARÍS/ANKARA (Reuters) - Francia instó a Turquía el martes a no exagerar después de que el Parlamento galo aprobara una ley que ilegaliza negar que el asesinato masivo de armenios a manos de turcos otomanos hace casi un siglo fue un genocidio.
Pero el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, calificó la ley de "discriminatoria y racista", y dijo que Turquía implementaría medidas contra Francia, aliado en la OTAN, "paso a paso".
Turquía considera que la ley es un insulto a su nación, una tergiversación de la historia y una vulneración de los principios de libertad de expresión.
En declaraciones a Canal+ televisión, el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, que personalmente estaba en contra de la medida, dijo que la ley había llegado "en un mal momento" pero pidió a Ankara que mantuviera la calma.
"Tenemos buenas relaciones y necesitamos superar esta fase excesiva", dijo Juppé. "Tenemos lazos económicos y comerciales muy importantes. Espero que la realidad de la situación no sea usurpada por emociones".
Algunos diarios turcos citaron las posibles medidas que Ankara podría adoptar. Incluyen la retirada del embajador en París y pedir al embajador francés que abandone el país, reducir las relaciones diplomáticas a nivel de encargado de negocios y cerrar el espacio aéreo turco y las aguas territoriales a Francia.
Varias empresas francesas se arriesgan a perder concursos de contratos de defensa y otros grandes proyectos como la construcción de centrales nucleares.
Turquía también podría difundir acusaciones de que las acciones francesas en Argelia en los años 50 y 60 del siglo XX también fueron equivalente de genocidio.
Los titulares de la prensa turca tenían todos los elementos excepto la calma. "Una guillotina a la libertad de expresión", dijo el Star, mientras que Aksam describió la iniciativa francesa como "una guillotina a la historia".
"Avergüénzate, Francia" dijo el diario Vatan. Mientras que Sozcu, un pequeño periódico que habitualmente dirige sus críticas a Erdogan, encontró un nuevo objetivo: "Satán Sarkozy".
Armenia, respaldada por muchos historiadores y parlamentos, dice que unos 1,5 millones de armenios cristianos murieron en lo que ahora es el este de Turquía durante la I Guerra Mundial en una política deliberada de genocidio ordenada por el Gobierno otomano.
El imperio otomano se desintegró al finalizar la guerra, pero los sucesivos gobiernos turcos y la gran mayoría de turcos sienten que el cargo de genocidio es un insulto directo a su nación. Ankara argumenta que hubo un gran número de fallecidos en ambos lados durante los combates en la zona.
En declaraciones a Canal+ televisión, el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, que personalmente estaba en contra de la medida, dijo que la ley había llegado "en un mal momento" pero pidió a Ankara que mantuviera la calma.
"Tenemos buenas relaciones y necesitamos superar esta fase excesiva", dijo Juppé. "Tenemos lazos económicos y comerciales muy importantes. Espero que la realidad de la situación no sea usurpada por emociones".
Algunos diarios turcos citaron las posibles medidas que Ankara podría adoptar. Incluyen la retirada del embajador en París y pedir al embajador francés que abandone el país, reducir las relaciones diplomáticas a nivel de encargado de negocios y cerrar el espacio aéreo turco y las aguas territoriales a Francia.
Varias empresas francesas se arriesgan a perder concursos de contratos de defensa y otros grandes proyectos como la construcción de centrales nucleares.
Turquía también podría difundir acusaciones de que las acciones francesas en Argelia en los años 50 y 60 del siglo XX también fueron equivalente de genocidio.
Los titulares de la prensa turca tenían todos los elementos excepto la calma. "Una guillotina a la libertad de expresión", dijo el Star, mientras que Aksam describió la iniciativa francesa como "una guillotina a la historia".
"Avergüénzate, Francia" dijo el diario Vatan. Mientras que Sozcu, un pequeño periódico que habitualmente dirige sus críticas a Erdogan, encontró un nuevo objetivo: "Satán Sarkozy".
Armenia, respaldada por muchos historiadores y parlamentos, dice que unos 1,5 millones de armenios cristianos murieron en lo que ahora es el este de Turquía durante la I Guerra Mundial en una política deliberada de genocidio ordenada por el Gobierno otomano.
El imperio otomano se desintegró al finalizar la guerra, pero los sucesivos gobiernos turcos y la gran mayoría de turcos sienten que el cargo de genocidio es un insulto directo a su nación. Ankara argumenta que hubo un gran número de fallecidos en ambos lados durante los combates en la zona.