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23Energia-nuclearALEMANIA CALCULA LOS COSTES MIENTRAS ENTIERRA SU PASADO NUCLEAR
sábado 21 de julio de 2012
WÜRGASSEN, Alemania (Reuters) - Peter Klimmek ha pasado toda su carrera en una planta nuclear en Alemania. El año que viene se jubilará, sólo unos meses antes de que lo haga su lugar de trabajo.
La planta nuclear en un pequeño y remoto pueblo de Würgassen, a medio camino entre Fráncfort y Hamburgo, ha sido la pasión de Klimmek durante los últimos 37 años.
Pero en 2014 casi no quedará nada de el que fue el primer reactor de agua en ebullición comercial de Alemania. La decisión alemana de cerrar todas las centrales nucleares en 2022, provocada por el desastre de Fukushima ocurrido el año pasado en Japón, es un hecho.
"Te marca para siempre ver como esta planta se desmantelada", dice Klimmek, de 63 años, a sólo unos pasos del inmenso agujero en el suelo donde se encontraba la vasija del reactor.
El desmantelamiento de las centrales supone principalmente retirar y deshacerse del material contaminado así como el desmantelamiento de las propias plantas mientras se vigila que no haya fugas radiactivas.
Gastar el combustible de los reactores requiere que sea recubierto y después transportado a vertederos seguros, mientras que las torres de refrigeración, a menudo consideradas un atentado contra el paisaje, deben ser demolidas.
"Todo lo que quedará son fotos y vídeos, pero por lo demás, sólo manos vacías", añadió rodeado por trabajadores vestidos con uniformes naranjas que se emplean a fondo en la retirada de partes de la central".
Klimmek llegó a la planta nuclear en el pequeño pueblo de Würgassen en 1975, cuando la resistencia pública contra la energía nuclear tan sólo estaba comenzando a tener presencia en Alemania.
Hoy en día, los cuatro operadores de plantas nucleares en Alemania, E.ON, RWE, EnBW y Vattenfall, han hecho unas provisiones totales de más de 30.000 millones de euros para desmantelar las plantas y la deposición de residuos nucleares.
La segunda empresa de Alemania, RWE, estima que desmantelar sus dos reactores en Biblis costará 1.500 millones de euros, sin contar costes de almacenamiento para los residuos nucleares.
E.ON, la mayor empresa eléctrica del país, calcula costos de 1.100 millones de euros por planta en el desmantelamiento y retirada del material radiactivo de cada una.
PERSONAL TRABAJANDO
Pero las estimaciones de los costes totales del desmantelamiento de todas las plantas nucleares de Alemania difiere mucho debido a la compleja naturaleza del proceso. Greenpeace espera al menos 44.000 millones de euros, mientras que la consultora Arthur D. Little ha situado el gasto total en una cifra nunca inferior a los 18.000 millones de euros.
No obstante, un año después del accidente de Fukushima, 50 países continúan con centrales operativas y otras en construcción, pero las medidas adicionales de control de los riesgos impuestas a raíz del desastre están aumentando su coste operativo.
La Asociación Nuclear Mundial estimó en marzo que los operadores estadounidense calculaban un gasto de 1 millón de dólares (815.000 euros) por reactor para adaptarlos a las medidas de seguridad adicional post-Fukushima.
Tras el accidente, Alemania, Suiza y Bélgica decidieron deshacerse de sus plantas nucleares conjuntamente para relanzar en contraposición las economías renovables.
En aquellos países que han elegido abandonar sus programas nucleares, las operadoras no podrán hacer todo el trabajo de desmantelamiento por sí solas, así que actores especializados podrán estar mejor posicionados para hacerse con los beneficios del desarme, un proceso cuya duración se estima que durará décadas.
La francesa Areva, Westinghouse Electric Company LLC (propiedad conjunta de la japonesa Toshiba, la compañía de ingeniería estadounidense Shaw Group e IHI Corp) y la alemana Nukem Technologies, podrían todas ellas satisfacer la necesidad de una mayor experiencia en el campo.
"Tenemos claro que habrá más trabajo en el mercado", dijo Ulf Kutscher, jefe ejecutivo de Nukem Technologies, parte de la empresa nuclear estatal rusa Rosatom.
La empresa está especializada en la deposición de residuos nucleares además de en el desmantelamiento de plantas nucleares y tiene experiencia en varios países europeos, incluido Francia, donde está ayudando con el desarme de la central nuclear de Brennilis.
"Pero no sabemos cuando trabajo se hará finalmente por parte de las propias operadoras. Me puedo imaginar que harán un buen negocio con el desmantelamiento", dijo Kutscher.
Entre otras tareas, la alemana Energiewerke Nord GmbH (REA) planea y lleva a cabo grandes proyectos de desmantelamiento, incluyendo la retirada a distancia de las fuertemente contaminadas, como la vasija del reactor.
"Mientras los combustibles nucleares permanezcan en las plantas, el proceso de desmantelamiento no se puede iniciar", dijo el director gerente de la REDA, Juergen Ramthun, y agregó que podría durar entre 5 y 7 que todos los elementos combustibles se eliminasen y la planta estuviera lista para su desguace.
Fuera del enorme bloque de cemento, los pájaros cantan y las flores están en su punto álgido. Pocos imaginarían que aquí había un central nuclear.
Unos meses después de la jubilación de Klimmek la última parte de la central será retirada.

http://es.reuters.com/article/topNews/idESMAE86K00720120721

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