15.01.16 | 18:05h. EUROPA PRESS | MADRID
El 17 de enero de 1966 dos aviones estadounidenses B52 realizaban operaciones de recarga de combustible en pleno vuelo y chocaron accidentalmente y, como resultado, cuatro bombas termonucleares de las Fuerzas Armadas estadounidenses cayeron en el sur de España, en Palomares (Almería).
Las bombas, 75 veces más destructivas que las de Hiroshima no provocaron una explosión nuclear, ya que una de ellas no explotó y se recuperó, otra que cayó al mar provocó una operación masiva de búsqueda y las otras dos se rompieron y contaminaron la zona, en un contexto de Guerra Fría, en el que según Rafael Moreno, un autor de un libro sobre esta cuestión, España jugó un papel importante en la vigilancia de Estados Unidos a la Unión Soviética y que el jefe del Estado Francisco Franco era consciente de que podía ser objetivo de ataque nuclear por parte de los rusos.
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ENERGÍA NUCLEAR - INTERNACIONAL
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