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25avesmuertasplasticosEL PLÁSTICO NUESTRO DE CADA DÍA
04 JUL 2011 06:43
¿Recuerdan la escena de la película El Graduado, cuando Mr. McGuire (Walter Brooke) le dice a Benjamin Braddock (Dustin Hoffman), “Plastics”. Corría el año 1967. El plástico era el futuro. 
Desde entonces el plástico ha revolucionado la industria. Nos han vendido el plástico para todo, y nos lo estamos comiendo con patatas, literalmente. Una investigación realizada por el Instituto de Oceanografía Scripps, de la Universidad de California, San Diego, ha encontrado plástico en los estómagos de casi el 10% de los peces en los alrededores de la llamada “Gran Isla de Basura del Pacífico”, que más que isla es una sopa de plástico, con una superficie tres veces mayor que la Península Ibérica, con más de tres millones de toneladas de plástico, cantidad que se ha duplicado en cinco años. En algunas zonas hay seis veces más plástico que plancton.
El plástico que consumimos en nuestra vida diaria, en envases, bolsas, zapatillas, cepillos de dientes, mecheros, juguetes, globos… nada en nuestros ríos y acaba su vida en el mar. Mejor dicho, la continúa en el mar, porque no se descompone, simplemente se rompe en trocitos más pequeños. Y, como el "agüita amarilla" de la canción de los Toreros Muertos, nuestra sopita de plástico "juega con los pececillos y con las medusas y la beben las merluzas que tu te comes".
Numerosas playas del Pacífico, desde Hawai hasta los atolones Midway, donde el fotógrafo Chris Jordan está trabajando en un largometraje, están viendo su arena reemplazada por trocitos diminutos de plástico. Las fotos de Jordan, con cuerpos de aves en descomposición con mecheros, piezas de lego y chanclas en sus entrañas, son conmovedoras y espeluznantes.
Según los investigadores de Scripps y la Expedición de Acumulación Ambiental de Plástico (SEAPLEX por sus siglas en inglés), decenas de miles de toneladas de basura son ingeridas por peces en el Pacífico Norte Subtropical.
Peter Davison y Rebecca Asch, autores del estudio publicado el pasado 27 de junio en el diario Marine Ecology Progress Series, calculan que los peces de esta región consumen entre 11.000 y 22.000 toneladas de plástico al año, plástico que proviene de todas partes del mundo, llevado al mar por el viento y las aguas que fluyen al mar.
De los 141 peces de 27 especies recogidos por estudiantes y voluntarios en agosto de 2009, un 9,2 por ciento tenía plástico en su estómago, en su mayoría en trocitos más pequeños que una cabeza de alfiler, tan diminutos que ni siquiera era reconocible su origen.
"Un nueve por ciento de los peces examinados tenían plástico en el estómago, pero esta cifra es menor que el índice real de ingestión de plásticos por peces, pues puede que algunos hayan expulsado el plástico con sus heces o bien hayan muerto a resultas de la ingestión. No hemos medido estas cifras. No hemos medido estas cifras, así que nuestro nueve por ciento es demasiado bajo", dijo Davison.

De todas formas, se han realizado otros estudios que dan como resultado mayores concentraciones de plástico ingerido por peces. El estudio de Scripps se realizó con sistemas de captura que minimizan la posibilidad de que los peces se contaminen con plástico durante la pesca.
Pero el plástico no es el único problema relacionado con el pescado. También
está el envenenamiento por ingestión excesiva de mercurio y cadmio. La contaminación de mercurio proviene principalmente del consumo de carbón como combustible y de la elaboración industrial del cloro. Afortunadamente, existen nuevos procesos de fabricación de cloro que no requieren el uso del mercurio. Desafortunadamente, la Unión Europea ha extendido el uso de mercurio en la fabricación del cloro-alcalí hasta 2020.
(Entrevista a Sylvia Earle con subtítulos en YouTube)
Sylvia Earle ya nos avisó del peligro de consumir peces grandes, no sólo por el mercurio que llevan dentro, sino también porque si seguimos comiendo estos peces al ritmo actual, dentro de unos años no tendremos ni atún ni pez espada. "Dadles un descanso", dice la científica. "Por cada kilo de atún que nos comemos se necesitan cientos de miles de kilos de plantas. Por cada kilo de pollo sólo dos kilos de plantas".
Cuanto más arriba de la cadena alimenticia se encuentra un pez más peligro de contaminación. Ahora la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda a niños y mujeres embarazadas no comer atún rojo ni pez espada por su alto contenido de mercurio. De hecho, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) conocía desde el 2003 el alto nivel de mercurio en el marrajo (cazón), el pez espada (emperador) y la tintorera, pero lo había ocultado, según ha descubierto la organización ecologista Oceana.
Y aunque la AESAN no lo haga oficial, todos los pescados grandes tienen contenidos altos de mercurio, porque comen todo lo que se comen los otros peces de los océanos (recuerden que el pez grande se come al chico), siendo nosotros el pez más grande. Nos alimentamos de lo mismo, hasta de esos trocitos de plástico casi invisibles.
De una manera u otra nos comemos el plástico. Una página web de PlasticsEurope dice que no existe riesgo en el consumo de BPA, un químico utilizado en la creación de muchos plásticos, citando un estudio de la Unión Europea de 2008. Pero, a partir de marzo de 2011, la UE ha prohibido su uso en biberones, y según un estudio de la Universidad de Missouri-Columbia, publicado la semana pasada en la revista Time, el BPA hace que los ratones sean menos "machos" y menos atractivos a ratones del sexo opuesto.
Quizás el BPA en el plástico sea la solución más viable para frenar el crecimiento de la basura en los océanos haciendo que reduzcamos nuestro consumo de plástico, así como el mercurio en los atunes, peces espada y otros grandes peces podría frenar nuestro apetito devastador y darle un respiro al mar.
Existen otras soluciones, a veces a cargo de los gobiernos. Varias ciudades han frenado el consumo de bolsas de plástico para reducir su impacto ambiental (San Francisco fue la primera ciudad estadounidense en prohibirlas). Pero no debemos depender sólo del gobierno, pues al final votamos con lo que compramos.
Nos queda mucho más por hacer para evitar que las playas del futuro sean de plástico. Pero todos podemos poner nuestro granito de arena, pensando antes de consumir.
El plástico es el futuro y "se esparcirá por el mundo", como dirían los Toreros Muertos. O no, si Sylvia tiene razón: "Todavía tenemos una oportunidad, de hecho esta es la mejor oportunidad de todos los tiempos".

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/cronicasdesdeeeuu/2011/07/04/el-plastico-nuestro-de-cada-dia.html

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