CAUSA ILARRAZ: SOLICITARON QUE IMPUTEN A KARLIC POR ENCUBRIMIENTO AGRAVADO
 Fecha: 26/2/13
La querella de una de las víctimas entiende que el cardenal siempre supo de los abusos
El abogado Marcos Rodríguez Allende, representante de una de las víctimas de abuso del cura Justo José Ilarraz, informó que pidió que el cardenal Estanislao Esteban Karlic sea imputado por encubrimiento agravado, delito que se paga con prisión. Si bien Karlic por su edad no podría ir a la cárcel, una imputación de este tipo significaría el ocaso de su carrera. “Hubo corrupción de menores dentro del seminario, por parte de Ilarraz y esto no fue desconocido por Karlic”, señaló Rodríguez Allende en la audiencia in voce que se realizó ayer. Ahora los camaristas Hugo Perotti, Jorge Chemez y Miguel Giorgio decidirán el planteo realizado por la querella.Allende sostuvo que hay responsabilidad penal de parte de Karlic por no haber denunciado a tiempo en la Justicia los abusos a los seminaristas. El letrado entiende que si Karlic hubiese realizado la denuncia penal el 18 de diciembre de 1996 cuando recibió las actuaciones realizadas por el sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, actual párroco de la Catedral de Paraná, hoy no se estaría discutiendo la prescripción de una causa sumamente grave. Es dable que el padre Justo José Ilarraz pueda verse beneficiado por el paso del tiempo, a pesar de las graves denuncias que pesan en su contra, y quedar en libertad.
En la investigación diocesana la Iglesia reconoce los abusos, pero llamativamente Karlic solo le prohibió al padre Ilarraz venir y permanecer en el territorio de la Arquidiócesis de Paraná.
Allende explicó al Tribunal que las actuaciones que el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari le envió al juez Alejandro Grippo dejan en claro que Karlic tomó conocimiento de los abusos en la década del 90. “No solo mandó a investigar, sino que no se hizo en el marco del Derecho Canónico y cuando corroboró los abusos hizo guardar todo”.
“En diciembre de 1996, Karlic debió poner en conocimiento a la Justicia penal, pero no cumplió con su rol siendo la máxima autoridad de la Iglesia”, precisó el profesional.
A su turno, el fiscal de Cámara, Rafael Cotorruelo dijo que no había elementos suficientes para imputarlo a Karlic en la actualidad, pero pidió que se mantenga las reservas del caso. En cinco días se conocerá la resolución del tribunal acerca del planteo de Rodríguez Allende.

Hincapié en la carta

Rodríguez Allende hizo hincapié ayer en la misiva que los sacerdotes de Paraná y Paraná campaña le entregaron en setiembre de 2010 a Mario Maulión reclamándole acciones concretas ante los casos de abusos de menores en la Iglesia local.

La citada nota señala inicialmente: “Uno de los temas abordados con gran preocupación en estas reuniones de Decanato (Decanato III) es el relativo a los abusos cometidos por sacerdotes a menores confiados a su ministerio”. Párrafo seguido, el texto da cuenta del caso de Ilarraz. “Sobre todo nos preocupa la creciente notoriedad que uno de los casos está teniendo entre la gente de nuestras parroquias, que es el caso de Justo Ilarraz, quien fuera formador del Seminario Menor a principios de la década del 90”, indican los ocho curas en la nota de setiembre de 2010, dando cuenta de la preocupación especial que genera “uno de los casos”, en referencia al de Ilarraz.

Dicen: “Nuestra preocupación es doble. Por un lado, por el hecho de que el padre Ilarraz continúe ejerciendo el ministerio sacerdotal sin que se le haya aplicado ninguna sanción canónica, ni haya sido convenientemente investigado y juzgado por la autoridad civil (...)”. En este párrafo, los ocho sacerdotes señalan que nunca existió una causa en el marco del supuesto juicio ante autoridades eclesiales al que se dijo que se había sometido al cura abusador. Mucho menos existió una causa ante la Justicia terrenal. Y sigue: “Es un hecho que quien padece de pedofilia puede cambiar solo con mucha dificultad. En todo caso, es una imprudencia -y es el caso de nuestra Iglesia- que siga ejerciendo el ministerio y estando en contacto con fieles con los cuales puede volver a ocurrir lo mismo que aquí en Paraná”. Sobre el final, otra prueba más del conocimiento que existía en la Iglesia paranaense de los abusos ocurridos. Sobre el otro motivo de preocupación, los curas señalan: “Por otra parte, nos preocupa el hecho de que el silencio de las autoridades eclesiásticas sea interpretado por nuestra feligresía como un acto de encubrimiento o complicidad”. Y advierten luego: “Creemos que tarde o temprano el caso va a salir a la luz y tememos por el impacto negativo que pudiera tener para la fe de nuestros creyentes y la confianza que depositan en nosotros”. Tras ello, viene una recomendación clara a Maulión: “Nos parece que prolongar este silencio, a la larga, puede dañar mucho más la imagen de la Iglesia en Paraná, que reconocer los sucesos y nuestra parte de responsabilidad en los mismos”. Señala la reveladora carta que recibió Maulión en 2010.
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