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05conferencia12 NOV 2018 - 19:04    ART
Hans Zollner, miembro de la comisión para la prevención de abusos a menores del Vaticano y experto en la materia, cree que España puede hacer mucho más en esta cuestión
El jesuita Hans Zollner es uno de los principales expertos en prevención y tratamiento de casos de abusos a menores por parte del clero. Hombre de la máxima confianza del Papa en este asunto, forma parte de la comisión que Francisco creó a su llegada para tratar una cuestión que se ha convertido en el asunto principal de este pontificado. Prueba de ello es la histórica reunión convocada en febrero en el Vaticano con todos los presidentes de las conferencias episcopales del mundo. Zollner no pone paños calientes, cree que algunos países han avanzado mucho y que otros, como España, pueden hacer “mucho más”.

Pregunta. Los abusos son la principal fuente de descrédito de la Iglesia actual. ¿Cuánto cree que tardará en resolver esta crisis?
Respuesta. En algunos países estamos en un buen punto para trabajar en la protección de menores y dar justicia a las víctimas. En otros, por razones culturales y políticas, la cuestión aún no ha llegado al nivel de ser algo evidente en la discusión pública. La Iglesia deberá interesarse por este asunto durante mucho tiempo.
P. ¿Cuáles son los países más avanzados?
R. En EE UU, Canadá y Australia se habla desde hace 35 años. En Irlanda desde hace 20, en Alemania desde hace nueve. Y en esos países, donde ha habido una mayor atención, la Iglesia también se ha tomado más seriamente la asunción de medidas para la prevención y llegan menos denuncias.
P. ¿España ha tomado las medidas necesarias?
R. No conozco bien la situación. Estuve hace tres años y empezamos una mesa de trabajo donde estaba representada toda la Iglesia. Ahora ya se está moviendo alguna cosa, pero queda mucho por hacer.
P. ¿En qué punto se encuentra respecto a Alemania?
R. En la clasificación general los anglosajones y los de Centroeuropa están más avanzados. Y los otros países europeos han, al menos, tomado consciencia. Sé que la Iglesia española se ha comprometido en algunas diócesis. Pero repito, veo que la Conferencia Episcopal tiene mucho que hacer.
P. Han creado una comisión sin víctimas, sin expertos independientes, no hay políticos y la preside alguien acusado de encubrimiento por las vítcimas. ¿Es una comisión o un lifting?
R. La Conferencia Episcopal alemana también creó una comisión que se ocupaba del tema. Fue un paso adelante. Luego lo hicieron los obispos en 2010. Y hace tres años pidieron a un grupo de expertos independientes una investigación de lo sucedido. El resultado se presentó hace siete semanas. Lleva tiempo, pero va acompañado de la toma de conciencia de la sociedad.
P. Y de la Iglesia.
R. Claro. El lenguaje para hablar de sexualidad es importante. Y la capacidad de admitir errores, aunque se pierda credibilidad y te haga quedar mal.
P. ¿Qué más debería hacer la Conferencia Episcopal Española (CEE)?
R. Dar justicia a las víctimas y hacer todo lo posible para que no haya más abusos en el contexto eclesial. Hacer un trabajo de intervención, prevención y acogida a las víctimas. Veo que es necesario dar pasos como han hecho los franceses, una comisión que tratará todas las denuncias y trabajará con las víctimas para escuchar su voz. La Iglesia española tiene muchas instituciones caritativas, sociales, educativas... Y la formación del personal que trabaja con los jóvenes es fundamental.
P. El responsable de finanzas de la CEE dice que el número de abusos de la Iglesia española es irrelevante.
R. No conozco los casos. No sé a qué se refiere. Pero sabemos por la Congregación para la Doctrina de la Fe que las denuncias vienen de todos los países. Así que no es que no haya. No sé lo que considera una referencia para comparar. Además, siempre digo que no podemos hacer comparación con otros ambientes. Un abuso cometido por un sacerdote tiene un peso más grave, representa la confianza en Dios. Y si esa confianza se destruye, es más grave que en otros ambientes.
P. ¿Es importante obligar a los obispos a denunciar a la justicia?
R. La línea de la Iglesia es que se siga la legislación del país donde está. En España no es obligatorio, como en Italia. Pero no hay una obligación legal solo, también moral. En algunos países como Francia sí existe. Yo distinguiría entre un abuso que se consuma en el presente, donde sí creo que habría que hacer todo para se haga justicia en los tribunales. Pero si hablamos, como suele ser en el 95% de los casos, de abusos cometidos hace más de 25 años, hay que poder respetar si la víctima no quiere ir a la policía. Muchas veces no quiere porque sería difícil verificar los hechos ante un tribunal sobre algo que pasó hace tanto. Hay que valorar cómo se respeta la voluntad de la víctima y la necesidad de justicia.
P. Pero donde es obligatorio hay menos casos.
R. No diría tanto. Además, depende de la fiabilidad del sistema judicial. En países donde la policía o el sistema judicial es corrupto, es difícil implantar esa ley.
P. No es el caso de España, donde quizá sería de ayuda.
R. Sí, se puede introducir y hablarlo. Pero será, según muchos expertos, importante salvaguardar el derecho de la víctima de decidir si quiere o no denunciar. Se deben ponderar las medidas.
P. Pero en las líneas guía de 2011 de Benedicto XVI se reconocía esa obligatoriedad.
R. Sí, la de colaborar con las autoridades civiles.
P. Eso no se hace todavía siempre en España.
R. No lo conozco bien, yo creo que sí... Pero es necesario que se haga.
P. El Gobierno ha anunciado que cancelará la prescripción del delito para los abusos a menores. ¿Cree que será útil?
R. Aquí también hay una gran discusión. ¿Por qué solo estos crímenes? En Alemania no sucede y el ministro de justicia se ha pronunciado en contra. El único delito ahí imprescriptible es el asesinato. El sistema judicial de prescripción tiene un sentido. Se puede discutir una prolongación, claro. La Iglesia de hecho, tiene el derecho de levantar esa prescripción en algunos casos. Se podría regular así.

P. ¿Qué debemos esperar del encuentro de febrero de los obispos para hablar de abusos?

R. Espero que trate la cuestión de la responsabilidad y de la transparencia, ya sea del obispo o del provincial. También de la colaboración con el Estado. En resumen, cuál es la responsabilidad de cada uno.
P. ¿Salir sin medidas concretas podría ser visto como un mero acto propagandístico?

R. Espero que haya cosas concretas. Pero no pensemos que esto se resolverá como un milagro de un día para otro. Necesitamos una legislación, una atención a las líneas guía y trabajar para un cambio de cultura. Y eso llevará tiempo. Así que para mí lo principal es qué pasos se seguirían después del encuentro.

P. Los conservadores de la Iglesia dicen que hay una relación entre el alto número de homosexuales que hay en la Iglesia y los abusos.

R. La cuestión es el abuso de poder. Y el Papa lo hizo presente en su Carta al Pueblo de Dios. Es el núcleo. Si es homosexual o heterosexual no lleva al abuso. Y eso lo dicen todos los psiquiatras, psicólogos o terapeutas como yo. Tampoco el celibato. La pregunta principal es cómo vives las relaciones con las otras personas. No todos los sacerdotes que abusan de chicos varones se declaran homosexuales. Antiguamente solo había relaciones con los varones, y eso explica una parte de este fenómeno.

P. El propio Papa ha sido acusado de encubrir abusos. ¿Ya nadie es intocable en este asunto?

R. El Papa, en cierto modo, ha permitido ser criticado. Y eso va en la línea de todo lo que hemos visto desde hace 13 meses con el metoo. Los dioses de Hollywood y del deporte, que eran intocables hasta ese momento pese a que la gente sabía que existían los abusos, de golpe fueron tocables. Lo mismo pasó con el ex cardenal McCarrick, o el arzobispo de Adelaide en Australia.
https://elpais.com/sociedad/2018/11/12/actualidad/1542046710_747649.html

 

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