HALLAN 444 KG COCAÍNA EN PUERTO MADERO

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Estaban ocultos en el casco de la nave, que fue remolcada por la Prefectura porque había quedado a la deriva;hay dos prófugos
19 de junio de 2011 Gustavo Carabajal LA NACION
"Vamos a buscar unos repuestos y volvemos", dijeron los dos tripulantes españoles a los empleados del Yatch Club Argentino, de Puerto Madero. Habían llegado minutos antes de las 18, a bordo del velero Traful, de bandera norteamericana, que fue remolcado por un guardacostas de la Prefectura Naval debido a que había quedado a la deriva a la altura de Olivos por un problema eléctrico. Fue la última vez que los vieron. Al día siguiente, la Justicia dictó el pedido de captura internacional contra los dos españoles, de 51 y 40 años, cuyas identidades aún no fueron reveladas, debido a que, al revisar el barco, el personal de la Prefectura encontró un cargamento de 444 kilogramos de cocaína de máxima pureza. Estaban ocultos en el casco de la embarcación, debajo de planchas de plomo especialmente colocadas para evitar que la carga fuera detectada por escáneres; además hallaron una ametralladora cargada.
Según fuentes de esa fuerza de seguridad, el cargamento de droga secuestrado, puesto en Europa, tendría un valor aproximado de 11.000.000 de euros.
El barco, con autonomía para realizar el cruce del océano Atlántico, había llegado al puerto de La Plata el 3 de junio pasado, proveniente de Punta del Este.
Al cierre de esta edición, los investigadores trataban de establecer si los narcotraficantes prófugos tenían alguna vinculación con la organización serbia que en 2009 había intentado llevar un cargamento con 2500 kg de droga en una embarcación similar, pero de bandera inglesa, y que fue hallada a la deriva en el Río de la Plata frente a la ribera uruguaya.
Además, al revisar los envoltorios de los paquetes de cocaína, los investigadores establecieron que el cargamento sería propiedad del cartel colombiano del Norte del Valle, el mismo al que pertenecen los 944 kg de cocaína que fueron secuestrados en el avión de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá, detenidos en el aeropuerto de Barcelona, a comienzos de este año.
Según fuentes de la investigación, los tripulantes españoles del velero pidieron amarrar en un astillero del puerto de la capital provincial porque dijeron que debían hacerle reparaciones a la embarcación.
En ningún momento la nave estuvo en dique seco y permaneció en una amarra que el astillero alquila a sus clientes. En ese astillero platense, según agregaron fuentes de la Prefectura, habría sido cargada la droga.
Por tal motivo, los investigadores, por orden del juez federal Norberto Mario Oyarbide, secuestraron las filmaciones grabadas por las cámaras de seguridad de ese astillero para tratar de identificar a todos los visitantes que abordaron el Traful.
Tras permanecer durante 11 días en ese astillero, el Traful, con los dos tripulantes españoles, zarpó el martes pasado a Piriápolis, Uruguay.
Pero el miércoles pasado, el barco envió una alerta de auxilio debido a que había quedado a la deriva en el Río de la Plata por desperfectos. En el Centro de Operaciones de la Prefectura, se puso en marcha un operativo de búsqueda y rescate.
Al día siguiente, el guardacostas Bahía Blanca encontró el velero en el kilómetro 30 del Río de la Plata, a la altura de Olivos. Según informaron en ese momento los tripulantes españoles a los efectivos de la Prefectura, la embarcación había sufrido un desperfecto eléctrico que los había dejado sin los sistemas de navegación.
Entonces, el guardacostas remolcó el Traful hasta el muelle del Yatch Club Argentino, donde amarraron hasta poder solucionar el inconveniente. Al llegar al puerto, los tripulantes se comunicaron con un técnico argentino con el objetivo de que reparara la falla.
Anteayer, los efectivos de la Prefectura llegaron hasta la amarra para revisar el barco y se encontraron con el técnico argentino que había sido convocado por los españoles. Entonces, comenzaron a revisar el curso que había realizado la embarcación desde que zarpó de La Plata hasta que fue rescatado frente a la costa de Olivos, y descubrieron un detalle que les llamó la atención.
"No coincidía el lugar donde dijeron estar cuando pidieron auxilio con la posición real del velero. Cuando hizo la comunicación de emergencia, el capitán dijo que estaba frente a Piriápolis. Pero, en realidad, nunca había llegado a ese lugar porque no había reportado el paso por las marcas obligatorias. Esto significaba que estaba fuera de curso. Por tal motivo fue que, al día siguiente de haber amarrado, decidimos inspeccionar el barco", explicó a La Nacion un importante fuente de la Prefectura Naval.
Al revisar el velero, los efectivos de la Prefectura encontraron 408 envoltorios de cocaína que estaban ocultos en bidones que habían sido acomodados en la sentina del buque, entre la crujía y la quilla.