entrevistamal200Por Jean Georges Almendras y José Guzmán-3 de marzo de 2018

Enviados especiales de Antimafia Dos Mil a Bariloche, Argentina

Sobrellevando sobre sus espaldas un historial en extremo dramático y en extremo controvertido, por la diversidad de aristas que presenta el caso en sí de desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado, su hermano Sergio continúa con su vida de comerciante, trabajando de sol a sol, sin dejarse vencer por la impotencia (ante tanta injusticia) y por el dolor (que llega hasta el alma) por una pérdida fundada y materializada desde una criminalidad demencial instalada en las más altas esferas del Estado argentino

Lo encontramos trabajando en una de las calles de la ciudad de San Carlos de Bariloche. Y haciendo un paréntesis en su actividad, que no puede eludir “porque la vida sigue“según sus propias palabras, habló. Habló como siempre lo ha hecho desde que comenzó a defender la verdad sobre la muerte de su hermano, con la frente en alto y la mirada franca. Sin rodeos y con sinceridad. Esa sinceridad que nos abofetea, recordándonos que la vida humana como las ideas y los compromisos con causas sociales, forman parte de la experiencia humana, y que de un día para el otro, esos compromisos se fortalecen con el sufrimiento y con la convicción de que ese sufrimiento ha sido causado por personas e instituciones inspiradas en el mal. Inspiradas en el crimen. Inspiradas en el abuso de autoridad e inspiradas en la malicia. Esa malicia –propia de nuestros días- al servicio de los intereses económicos y del poder político, que hay que preservar, sin importar a quien se avasalla, a quien se agrede y a quien se mata.

-Queremos que nos des tu lectura y tu impresión sobre todo lo que está pasando con la comunidad mapuche y todo lo que está pasando en tu interior, con esa pérdida de un hermano, cuya muerte llora el mundo entero, o las personas que tenemos conciencia de que esa lucha a la cual ayudó con su compromiso es justa y que se cometió un crimen, un crimen de Estado, contra Santiago.

- En realidad yo estoy más con la causa de Santiago, o sea que no estoy al tanto de lo que va sucediendo con el juicio de extradición, la verdad que no pude estar al tanto; sé que duró mucho, como hasta las siete de la tarde, pero no estoy informado. Hoy yo comencé el día con una actividad por los siete meses de Santiago, se inauguró una muestra de arte por Santiago y Rafael, que son las dos víctimas de la represión de este gobierno por causas relacionadas con la defensa del pueblo mapuche. Una muestra de arte que se está exponiendo acá. Con respecto a la causa de mi hermano, está muy detenida, en enero hubo una feria judicial, por lo cual ahí se estancó un poco. A partir de que apareció el cuerpo, a los setenta y ocho días, hubo que esperar el tema de la autopsia; cuando se dijo que el cuerpo no presentaba signos de violencia y tiraron que se había ahogado, parecía como que se hubiera terminado todo y se hubiera cerrado, que Gendarmería no participó, no tuvo nada que ver. Pero en realidad ahí es como que comienza una nueva etapa, porque la autopsia no dijo ni cómo, ni dónde y ni cuándo murió Santiago. No hay fecha ni data de muerte, entonces ahí es donde tenemos que empezar otra investigación, diferente a la que era antes de la aparición con vida, y es donde estamos detenidos ahora con un montón de trabas y pericias que por ahí se las rechaza o se las hace muy lentas e inapropiadas, en algunos casos.

-¿Hay confianza después de todo esto, en la Justicia?

- La verdad que la Justicia es muy lenta y muchas veces mira para otro lado. Espero que en algún momento se vaya destrabando y se pueda confiar; o sea, no es que pierda las esperanzas cien por ciento pero sí te retrasa un poco esa ansiedad de tener justicia inmediata. Ahora estamos ya pensando en que esto va a durar varios años.

-¿Cómo se está reconstruyendo la familia después de ese dolor?

-Y… no hay una reconstrucción, cada día es una lucha distinta, te une el dolor y te separan un montón de cosas… la cabeza te cambia, unos la pelean de una forma, otros de otra, mi viejo la lleva a su manera, mi hermana de otra, mi vieja también… Hubo sí un cambio, que desgraciadamente hay que estar contento en lo que se puede, cuando apareció el cuerpo, porque tenemos algo a donde poder ir a rendirle un homenaje o llevarle una flor, cosa que hay mucha gente que tiene sus familiares desaparecidos hace más de cuarenta años y no tiene esa posibilidad. Entonces esa etapa y esa parte se cerró, ahora hay que esperar la otra, que es más larga, pero bueno. Ahora hay pericias, se mandaron a peritar tres DNI, y no entiendo cómo se va a peritar algo cuando las condiciones no son las adecuadas, porque si no tenemos un análisis de la temperatura de agua de cuando se encontró el cuerpo, cómo pueden hacer para realizar la pericia de tres DNI sin ese dato. Si no se sabe cuánto tiempo estuvo el cuerpo en el agua, no se sabe cómo lo van a comparar ahora con esa pericia; hay un montón de cosas, de irregularidades que se van dando y no son claras para avanzar en el caso.

-No te quitamos más tiempo, Sergio; en este contexto, tú, en carne propia, y tu familia, han vivido una desaparición forzada, en este contexto tú cómo ves a este mundo, 2018, donde también estas situaciones se están dando quizás en otras partes del mundo, donde uruguayos, argentinos y chilenos viven y lloran después de cuarenta años desapariciones forzadas, donde hay guerras, como está aconteciendo en la franja de Gaza, guerras en diferentes partes del mundo, esa tu pequeña violencia, en tu microcosmos, en tu familia ¿cómo la ensamblas en este contexto de violencia mundial del siglo XXI?

-Yo creo que todo eso no es algo al azar, es algo que está armado y se va llevando a cabo sistemáticamente porque se va dando en diferentes lugares y es un giro a la derecha en todo el mundo. Me voy a referir específicamente a Uruguay, que es lo que más nos liga por la hermandad que tenemos: hace dos semanas atrás, el martes de la semana pasada estaba leyendo el diario donde decía que un diputado había propuesto sacar a los militares a la calle, porque había mucha inseguridad, y eso es una réplica de lo que pasó en Argentina. Entonces yo leí eso y dije: espero que se dé cuenta el pueblo uruguayo y no acceda a todas esas cosas, porque acá comenzó así, empezaron con que había violencia, primero moto chorros, después asalto a mano armada, después violencia contra los abuelos… todo así, era escalonado; todo eso generó que la gente empezara a pedir que saliera Gendarmería a la calle. Salió Gendarmería a la calle y fue todo lo que está pasando ahora. Esto mismo es lo que quieren instaurar en Uruguay: sacar los militares a la calle; después va a venir la compra de armas, van a recortar presupuestos para financiar todo el armamento. El mundo se mueve por venta de armas y de drogas, desgraciadamente. Entonces toda esa tranquilidad que se siente cuando uno va a Uruguay se va a empezar a perder, porque esta misma gente que actúa en diferentes países lo quiere hacer en Uruguay. Así que espero que sean conscientes y no se dejen engañar por esas cosas.

- ¿Tu pensamiento es el mismo pensamiento que tenía Santiago, por eso se adhiere a esa causa?

- Santiago era mucho más consciente, por ahí yo podía ver diferentes cosas pero él accionaba más. De hecho le pasa de ir a poner el cuerpo a un lugar y le pasó lo que le pasó, que termina con su muerte. Yo no tengo las agallas para ir a hacer eso, sí de salir a pedir justicia y que se repare eso. Él puso el cuerpo y lo expresaba y por ahí nosotros no le prestábamos mucha atención. Cada viaje que él hacía , que salía y recorría, volvía a su pueblo natal -que es el nuestro, de 25 de Mayo, Provincia de Buenos Aires- y hacía un mural, todo relacionado con las causas, de los pueblos originarios, de la lucha contra los agroquímicos, contra la megaminería , contra el poder de los medios de comunicación , de cómo te pueden agarrar y manejar y hacerte cambiar de opinión y hacerte decir cosas que vos no quieres decir, bueno, todo ese tipo de cosas las expresó y las dejó en murales en nuestro pueblo. Así que él fue un activista poniéndole el cuerpo, yo acompaño y quiero llevar el pedido de justicia de él y de otros que por ahí no lo pueden hacer. Así que bueno, trataré de hacer lo mejor posible.

- Sergio, todo el equipo de redacción de Antimafia Dos Mil de Italia, de Uruguay y de Latinoamérica te damos personalmente un fuerte apoyo; te valoramos porque tú también tienes tus agallas en esta etapa que es la de pedir justicia, así que nuestro reconocimiento absoluto desde Europa y desde Uruguay, por tu esfuerzo como hombre y como ser humano. Así que no estás solo Sergio, ni Santiago está solo, ni Rafael, ni todos los desaparecidos. Las injusticias unen a las personas que tenemos conciencia, personas como tú, que también ahora estas metiendo el cuerpo.

- “Bueno muchas gracias a ustedes y a todo el pueblo uruguayo que apoyó siempre, sobre todo porque Santiago estuvo viviendo en Valizas y en Punta del Diablo, por todos eso lugares; así que ahí tiene grandes amigos, y cuando estuve en Uruguay me lo hicieron saber. Así que bueno, muchas gracias a ustedes por el apoyo”.

Fotos: José Guzmán