Entrevista a la tía de Rafael Nahuel, cuyo testimonio es estremecedor y de denuncia
Por Jean Georges Almendras y José Guzmán-4 de marzo de 2018
Enviados especiales de Antimafia Dos Mil a Bariloche, Argentina
Nos sorprendió la noche en la ruta 40, en las proximidades de Villa Mascardi, donde el 25 de noviembre del año pasado fuerzas represivas irrumpieron ilegalmente en las tierras ocupadas por la comunidad mapuche Lof Lafken Wilkul Mapu. Siguiendo un instructivo aportado por uno de nuestros contactos de la comunidad avanzamos por un empinado camino hasta que al final llegamos a la portera principal. Hay banderas mapuches, fotografías de Rafael Nahuel, y carteles indicando los impactos de los proyectiles en los árboles y alusivos a la lucha de la comunidad. Hay silencio. Al fondo vemos la luz de una fogata. Y el lugar es iluminado por una luna llena, maravillosa. De pronto, dos hombres se acercan a nosotros.
-Mari Mari, decimos en lengua mapuche, con José Guzmán y los chicos de Our Voice, Renzo y Romina. Es un saludo fraternal que es correspondido de inmediato. Les explicamos el motivo de nuestra presencia: entrevistar a la tía de Rafael Nahuel, una mujer de nombre Marìa.
Cuando ella se presenta lo hace con un niño de unos dos años en brazos. María nos mira con ternura, pero sus ojos reflejan una tristeza indescriptible. Nos sonríe, con educación. Nos agradece por visitarla y aunque nos separa una portera sentimos que entre ella y nosotros se abrió una canal de comunicación que se apoya en un fin común: trabajar en favor de la justicia, por una muerte que no tiene calificativo. Una muerte detestable, que aún si la justicia castigase al culpable, resulta muy difícil de digerir. Porque se trata de una muerte producto de la maldad de los hombres que tienen poder y que tienen el alma negra. El alma vendida al dios dinero.
María comienza diciéndonos: ”Bueno, Rafael como joven tenía muchas ganas de vivir, muchos proyectos, muchas ganas de hacer cosas, de cambiar su vida y tratar de vivir como mapuche. Por eso había venido acá con nosotros al campo a tratar de recuperar este territorio, a vivir acá, y aprender siendo mapuche. No era un chico de barrio; si le tocó vivir en un barrio fue porque los arrinconaron, arrinconaron a nuestra familia, a nuestra gente, por eso ahora muchos mapuches vivimos en los barrios, pero no porque queramos, sino porque fuimos desalojados y arrinconados; despojados de nuestras cosas, de nuestra comunidad. Y él tenía muchos proyectos de vivir acá, de criar conejos, de tener caballos, de traer su perro, de criar todo lo que se pueda, de sembrar y poder vivir como quizás su papá no pudo hacerlo, porque fue impedido en todo momento de vivir en un campo o en un territorio”
-En el momento del episodio, o sea, cuado se produce su fallecimiento, ¿qué actividad estaba haciendo? ¿Estaba estudiando, trabajaba en un taller? ¿Qué hacía?
- No, él en realidad dividía su tiempo entre lo que tenía acá y lo que estaba estudiando; estaba estudiando para soldar, soñaba con poder tener una soldadora para ayudar a los demás jóvenes; compartir eso. Y era también su sueño vivir acá, como un mapuche, y pelear por el territorio. Por eso así fue su lucha, que se encontraba acá resistiendo con los demás que estaban aquí y fue asesinado por la espalda. Lo asesinaron a sangre fría y una vez que lo dejaron ahí, los que lo asesinaron se fueron. Aparte también hubo dos lastimados más y ellos me parece que se dieron cuenta que los habian herido y matado capaz también, porque no es que vinieron abajo y dijeron“ vamos a subir más gente”, o “vamos a ayudar”, ellos dispararon y se fueron. Yo incluso llegué con la segunda ambulancia y me encontré con uno de los de Prefectura, que supuestamente estaba cansado, estaba golpeado, pero yo no lo ví en ningún momento golpeado, solamente estaba haciendo una estrategia para borrar lo que habían hecho. Entonces ¿Qué más queremos? bueno, que pague el que lo mató, Prefectura… el que sea, la ministra, que es una asesina que manda asesinar por la espalda a jóvenes, siendo que nosotros acá como comunidad no tenemos armas; nosotros nos defendemos con lo que podemos, pero bueno, ganan siempre porque ellos son los que tienen las armas, nosotros no tenemos armas. Acá vivimos gente grande, niños, mujeres, jóvenes…
- ¿Usted estaba en ese momento?
- No, yo no me encontraba. Yo me encontraba el día que fuimos desalojados de acá, pero en ese momento me encontraba en otro lado y nos llamaron para decirnos que habían subido, que habían disparado y había sido asesinado mi sobrino.
- ¿Es en este mismo lugar o es cerca de acá?
- No, unos cuantos metros hacia arriba fue asesinado mi sobrino, por la espalda; y la verdad que fue un momento muy duro también, por eso lo que siempre reclamo como tía es justicia, a ver si una vez, como mapuches, tenemos justicia, porque la verdad yo no siento; se nos hace llamar “argentinos”, dicen ellos, o dice el juez; ojalá como argentinos. Aunque nosotros somos mapuches, el Estado nos dividió con fronteras, nos puso acá “argentinos”, “chilenos” del otro lado, pero en realidad nosotros no somos ni chilenos ni argentinos, sólo somos mapuches. Y lo que yo quiero es que se haga justicia, que ya no se mienta más sobre nosotros, porque nosotros no somos personas violentas, sólo queremos y defendemos nuestro territorio. Obvio que si vienen acá y nos quieren desalojar, como la nueva nota, que está pidiendo, no se si es verdad que pidió Parques Nacionales, exigiéndole a su abogado para que nos vengan a desalojar, nosotros acá vamos a seguir resistiendo en este territorio, porque acá se asesinó a una persona, acá asesinaron a mi sobrino y lo asesinaron por la espalda y vamos a seguir resistiendo. Esperemos que el Estado argentino, o la Ministra, quien sea, se dé cuenta; y que también sepa la sociedad que acá hay niños, acá hay menores de edad, gente grande, embarazadas también; que sepa el Estado que no están tratando de pelear con una sola persona, hay mucha gente y sobre todo hay menores de edad, que piensen y ojalá esto sea escuchado y nos ayuden a pedir justicia, la gente que tiene cargos.
- ¿La mesa de diálogo que se constituyó, después del desalojo violento y la muerte de Rafael, está funcionando? ¿Está dando un poco de solución a este tema?
- La verdad es que no, porque por ejemplo Parques Nacionales no se presentó nunca a dialogar con nosotros, mandó un abogado pero no tenía nada que ofrecernos, sólo quería que desalojemos el lugar, a lo que nosotros dijimos y seguimos teniendo bien en alto que no vamos a desalojar nunca el lugar, vamos a seguir resistiendo aquí. Nosotros no le robamos nada a nadie, este es un territorio nuestro; si hay alguien que nos robó a nosotros fué el Estado, nosotros no le robamos nada a nadie; y los que tienen derechos son los ricos, Benetton…, todos estos grandes que vienen con plata, se ubican en un lugar y a ellos no los desalojan porque tienen dinero. Nosotros por ser mapuches pobres, humildes, no podemos negociar con el Estado; y no tendríamos por qué negociar con el Estado, porque el territorio en distintos lugares, a la gente mapuche le corresponde; hemos sido despojados. No es que nunca tuvimos un territorio, que nunca vivimos en un lugar; siempre vivimos en campos, siempre estuvimos en nuestro territorio, para hacer nuestra ceremonia, pero a lo largo del tiempo a nuestras gentes mayores las fueron desalojando.
- ¿Por qué están en este lugar? ¿Hay algo desde su cosmovisión por lo que deben tomar este territorio, este lugar en particular? Facundo Jones Huala en algún momento dijo que necesitaban recuperarlo porque el mundo huinca se iba a destruír e iba a haber puntos en la tierra que los seres les indicaban que debian recuperarse; que era la cuarta generación, que los niños de hoy eran los weichafe, las machis que habían luchado anteriormente y estaban viviendo en este momento porque en la Tierra iba a pasar algo (hace la pregunta José Guzmán)
- Sí, eso también es bastante complejo, por eso nosotros y en distintos lugares se va empezar -los weichafes, las machis, los lonkos- a recuperar nuestro territorio, porque la sociedad está destruyendo la ñuque , la tierra. Así que nosotros tratamos en lo posible de estar; y nosotros para llegar a este lugar, no tuvimos que pedirle permiso a Parques sino que vinimos acá, a pedir a nuestra fuerza, a los Newenes -a los Ñen como dicen ustedes- y también con un propósito de levantarse una autoridad; y así vá a pasar en muchos lados y ese creo que es el miedo que tiene el Estado; porque nosotros seguimos aquí. Yo tengo 50 años, no nos han vencido, y atrás mío hay mucha gente más; niños, mujeres, weichafes… vamos a seguir luchando, no nos pudieron eliminar y ahora menos nos van a hacer desaparecer de nuestra cosmovisión, de nuestra Ñuque; vamos a seguir luchando y para eso estamos; así que que se prepare el Estado, nosotros vamos a seguir luchando. Se van a empezar a levantar en distintos lugares nuestras autoridades, ya se han levantado, y seguimos esperando que se vayan a seguir levantando más. Y vamos a seguir luchando. Y también que tengan conciencia que el mismo Estado, las petroleras, son ellos los que están destruyendo la Ñuque… y se vá a cobrar, se vá a cobrar; no sé si en algun momento va a haber de nuevo algún terremoto, algún volcán… las fuerzas están enojadas, no sé qué quiere el Estado; nosotros, en lo posible, vamos a estar protegidos.
Foto de Portada: José Guzman
