POR M.T.
27/07/2016 - 08:56
El BCE puede flexibilizar sus test de estrés, que los bancos españoles van a superar sin problemas, por culpa del banco alemán y de Italia.
European Central Bank President Mario Draghi addre
Los beneficios antes de impuestos fueron de 408 millones de euros, un 67% menos que en el segundo trimestre de 2015.
Malas noticias desde Alemania. Esta vez es uno de sus bancos emblemáticos el que está en el punto de mira. El maquillaje a los test de estrés será una realidad. La banca alemana sigue estando cubierta, pero a pocos analistas se les escapa que tras ellos hay mucho que contar, aunque Merkel sigue protegiendo a sus cajas. E Italia da terror en Europa.
Los resultados netos del banco alemán Deutsche Bank cayeron un 98% en el segundo trimestre del año, hasta 20 millones de euros (22 millones de dólares), un 98% menos que en el mismo periodo del año anterior, anunció este miércoles la entidad.
Este mal resultado fue atribuido por el director general John Cryan al "débil" contexto económico y a un complejo proceso de reestructuración que llevará a la supresión de agencias y puestos de trabajo.
Se trata de un resultado muy inferior a los 188 millones de beneficio que auguraban los analistas consultados por Factset.
Los beneficios caen un 67%
Los beneficios antes de impuestos fueron de 408 millones de euros, un 67% menos que en el segundo trimestre de 2015. Por su parte la facturación cayó a 7.400 millones de euros, un 20% menos.
"Nuestros resultados muestran que estamos llevando a cabo una importante reestructuración", dijo Cryan en un comunicado.
La semana pasada la entidad alemana había anunciado un acuerdo con los representantes del personal para suprimir cerca de 3.000 puestos de trabajo y para cerrar 200 agencias en Alemania.
A principios de julio el Fondo Monetario Internacional afirmó que la situación del banco constituye es un riego "sistémico" para la economía mundial. Hay que tener en cuenta que el BCE va a flexibilizar los test, que los bancos españoles van a pasar sin dificultades por la crisis de Deutsche Bank con sus emisiones de Cocos (bonos contingentes convertibles) y los problemas de la banca italiana, que pueden acercarnos a una nueva recesión.
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