20crisis-economica-globalEN UN DRAMÁTICO ÉXODO, MILES DE JÓVENES SE ESCAPAN DE LA DEBACLE
Domingo 06 de noviembre de 2011 | Publicado en edición impresa
Según cifras oficiales, más de 500.000 personas dejaron el país en los últimos diez años
Por Elisabetta Piqué  | LA NACION
ATENAS (Enviada especial).- En 2001, en la Argentina solía decirse que la única salida para los jóvenes era Ezeiza. En 2011, en esta Grecia sumida en una crisis atroz que todo el mundo sabe que se volverá aún más dura, vale el mismo concepto: para los jóvenes, la única salida es el aeropuerto.
"No tenemos oportunidades aquí. Si queremos tener un futuro, la única alternativa es armar valijas e irse", dice a La Nacion María Simoneteri, estudiante de Filosofía en la Universidad de Atenas. "Ahora estoy en segundo año de la carrera, pero mi sueño es irme a hacer un máster a Alemania o a Inglaterra, donde, además, conocen mejor que acá la historia antigua de Grecia, y encontrar ahí un trabajo", explica esta joven de 19 años.
Su amiga Alexandra Tageli, misma edad y uñas pintadas de azul eléctrico, nacida en la isla de Chios, en el mar Egeo, planea lo mismo. "Acá no conseguimos trabajo y si conseguimos, para enseñar por ejemplo historia en la escuela primaria, nos pagan cinco euros la hora", afirma.
Según cifras oficiales, en los últimos diez años se fueron de Grecia por lo menos 500.000 personas. Una cifra impresionante si se piensa que los habitantes de este bellísimo país, cuna de la democracia, son unos 11 millones. Una cifra que habla a las claras de un verdadero éxodo, palabra que, vaya paradoja, proviene del griego exodos , salida. Se trata de un drama silencioso y comprensible, en un país en el que el desempleo juvenil se disparó al 45 por ciento.
Se trata de un drama silencioso y comprensible, en un país en el que el desempleo juvenil se disparó al 45%
Así como después de la Segunda Guerra miles de griegos emigraron masivamente a Estados Unidos, Australia y otros países de Europa, ahora hay una nueva oleada emigratoria, con los mismos destinos, pero distinta. A diferencia de sus abuelos, los jóvenes que ahora se van o intentan irse son instruidos. Saben idiomas, tienen un título universitario. "Hoy los que emigran no se van para lavar los platos en otro país", confirma George Pagoulatos, profesor de la Universidad de Atenas, que denuncia que esta alarmante "fuga de cerebros" tendrá un fuerte impacto.
Una reciente encuesta indicó que siete de cada diez universitarios griegos sueñan con emigrar de su país. "Más títulos tiene un joven, más le cuesta encontrar trabajo", indica Lois Lambriadinis, economista de la Universidad de Macedonia, que detalló que cada año se reciben en Grecia unos 40.000 nuevos licenciados.
Aunque con el boom económico de los años 80 y 90, el ingreso de Grecia en la Unión Europea (1981) y los fastos de los Juegos Olímpicos de 2004 hubo muchos griegos que regresaron -como también sucedió en Irlanda-, ahora la fiesta terminó.
Eva Crizarelli, de 29 años, asistente social que trabajaba para los Juegos Paraolímpicos que hubo después de las Olimpíadas, harta de buscar un trabajo que no encontraba, decidió emigrar a Bruselas. "Sabemos que las cosas sólo pueden empeorar, que hará falta años, si no décadas, para que Grecia vuelva a ponerse de pie y tengo ganas de tener un futuro, de armar una familia", dice Eva, que vino a visitar a sus padres y que espera que su novio, ingeniero desempleado, también la siga.
Desilusión
Pero el éxodo no sólo es de jóvenes desilusionados con su país, que parece cerrarles las puertas. Lambros Mustakis, de 50 años, un griego nacido en Brasil y criado en Uruguay, que vive en Atenas desde 2003 trabajando en el sector hotelero, también tiene planeado irse a fin de año. "Hace un año perdí mi trabajo y ahora decidí volver a Brasil. Tengo dos primos en Río de Janeiro que están por abrir un hotel, y me llamaron para que vaya a trabajar como manager allá", cuenta.
"Acá en Grecia no hay solución... Los jóvenes tienen que pelear, pero una persona como yo, de 50 años, si no es rico, está terminado", dice Lambros, que participó durante dos meses en el acampe de miles de "indignados" en la plaza Syntagma, de junio a agosto pasado, y que conoce muy bien la Argentina porque su tío tenía un frigorífico en Uruguay.
Como todos los que buscan irse, Lambros ya no cree en ningún político. "Son todos unos corruptos, unos ladrones que piensan en su puesto y no en el país", acusa. Y no oculta su indignación ante lo que pasó anteanoche, cuando Giorgios Papandreu sobrevivió a la moción de confianza. "Lo que sucedió anoche es parecido a lo que pasó en la Argentina en 2001, pero Papandreu tendría que haber estado listo para tomarse el helicóptero e irse, como hizo Fernando de la Rúa... Pero en la plaza Syntagma, a diferencia de la Plaza de Mayo, no había nadie", lamenta.
"Como griego me siento una nada -concluye, amargado-. ¡Debería haber habido por lo menos 50.000 personas en la plaza Syntagma, pero hacía demasiado frío! Acá ya no quedan esperanzas, es mejor irse."
Dichos y hechos
Merkel, pesimista de cara al futuro
A Europa le llevará por lo menos una década superar la actual crisis financiera y sus problemas de deuda, estimó ayer la canciller alemana, Angela Merkel. "La crisis de la deuda no se va a solventar de una vez" y "tendrá que pasar una década para volver a encontrarnos en una buena posición", afirmó Merkel en un video que cada semana publica en su página de Internet. (ANSA)

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