EL MUNDO SE MOVILIZA PARA FRENAR UNA CRISIS ALIMENTARIA
Martes 14 de agosto de 2012 | Publicado en edición impresa
Preocupación por el aumento de los precios
El G-20 busca dar una respuesta para evitar un escenario como el de 2008

PARIS.- Algunas de las principales potencias económicas analizan la convocatoria a una reunión de emergencia para enfrentar el creciente aumento de los precios de los granos, provocado por una de las peores sequías que golpea a Estados Unidos y por las malas cosechas que tuvo Rusia, dos de los mayores proveedores del mundo.
La nueva movilización mundial busca evitar la disparada de los precios internacionales de los alimentos, como pasó en 2008, cuando se desencadenaron disturbios y protestas en varios países pobres.
Francia, Estados Unidos y México -que actualmente preside el G-20- mantendrán antes de fin de mes una conferencia para decidir el llamado a una instancia del grupo denominado Foro de Respuesta Rápida.
El cuerpo fue creado el año pasado para promover la discusión entre los funcionarios con nivel de decisión sobre condiciones anormales en el mercado internacional de los alimentos.
"Si la situación lo requiere, una reunión del Foro de Respuesta Rápida se podría convocar tan pronto como a inicios de septiembre. Dependerá de la urgencia", dijo un funcionario del Ministerio de Agricultura francés, que habló con la condición de mantener en reserva su nombre.
"El objetivo es debatir sobre la situación y evitar medidas como los embargos a las exportaciones, que serían perjudiciales para todos", agregó.
En las últimas semanas, los mercados internacionales emitieron señales alarmantes sobre la estabilidad de los precios de los alimentos en el orden global.
El valor del maíz en la Bolsa de Chicago trepó el viernes pasado a un máximo sin precedente. Al mismo tiempo, el Departamento de Agricultura norteamericano (USDA, por sus siglas en inglés) recortó su estimación de la producción en un 17%, déficit causado por una de las peores sequías en el país en los últimos 50 años.
Estados Unidos utiliza el 40% de la producción de maíz para producir etanol, una política que eleva las críticas de la comunidad internacional por utilizar comida para generar combustible, cuando la hambruna se expande y amenaza a varios países de bajos recursos.
La agencia para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) presionó el viernes pasado a Washington para que cambie sus políticas de biocombustibles.
La FAO advirtió la semana pasada que su índice de alimentos trepó un 6% en julio -a niveles superiores que en 2008- y advirtió contra el tipo de vedas, aranceles y compras compulsivas que empeoraron el alza de precios hace cuatro años.
El foro no tiene facultades para imponer decisiones obligatorias sobre los miembros, pero se espera que la discusión pueda disuadir a los países de que no tomen acciones unilaterales. Sin embargo, los expertos y analistas no esperan avances significativos, como ocurrió en otros encuentros del G-20.