La medida es una respuesta a los numerosos y graves episodios de violencia en Río de Janeiro, especialmente después de las celebraciones de carnaval de este año.
El presidente de Brasil, Michel Temer, anunció este sábado (17.02.2018) que en las próximas semanas será creado un Ministerio de Seguridad Pública tras decretar el viernes una inédita intervención militar en Río de Janeiro para frenar una creciente ola de violencia en ese estado.
Quiero crear un Ministerio extraordinario de Seguridad Pública que va a coordinar las acciones de seguridad de todo el país", anunció ante la prensa después de reunirse en Río con el gobernador del estado, Luiz Fernando Pezao, y otras autoridades para discutir los detalles del decreto firmado la víspera.
De acuerdo a medios locales, la idea de crear un Ministerio de Seguridad Pública era un asunto tratado en los últimos meses de forma interna en el Gobierno nacional.
El mandatario consideró que la situación de Río es "intolerable" y que la intervención tiene como objetivo proteger a los "más vulnerables", pero no ofreció detalles técnicos de cómo será el proceso de cesión del control de la seguridad de Río al Ejército.
Tampoco especificó la fecha exacta en la que comenzará a operar la cartera, las funciones que desempeñará ni citó a ningún candidato a ocupar el cargo.
En la reunión estuvieron presentes también varios de los ministros de Temer y autoridades locales, como el alcalde de Río, el pastor evangélico Marcelo Crivella, quien se ausentó durante el carnaval -fiesta que considera pecaminosa- y viajó a Europa, mientras en la ciudad se repetían las imágenes de violencia.
El Ejército patrulla la favela de Jacarezinho, en Río de Janeiro, durante una operación contra bandas de narcotráfico el 18 de enero de 2018.
Antes de viajar a Río este sábado, el ministro de Defensa, Raul Jugmann, afirmó al diario O Globo que la intervención es "un proceso enormemente complejo" y "que no habrá un cambio del día a la noche en Río".
"El tema de la seguridad se convirtió en una emergencia", resaltó Jungmann.
La decisión de decretar la intervención federal fue adoptada tres días después del fin del carnaval, la fiesta popular más importante de Brasil y, en particular, de Río de Janeiro, donde este año se vio manchada por numerosos y graves episodios de violencia, incluso en los alrededores del popular y vigilado Sambródromo.
Antes de llegar a este extremo, el Gobierno ya había desplegado a mediados del año pasado a 10.000 efectivos de las Fuerzas Armadas en Río de Janeiro, pero con áreas de actuación limitadas y que fueron insuficientes para devolver la tranquilidad a la que es conocida como "Ciudad Maravillosa".
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