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connombre100Por Jean Georges Almendras-5 de junio de 2018

Se llama Francisco Javier Pintos y es un Prefecto integrante del grupo Albatros.

Hay evidencias sólidas de que portaba dos armas: una pistola Beretta y un Sub Fusil MP5; y que además, ambas armas las recargó en cuatro oportunidades, efectuando 40 disparos.

También hay evidencias de que el proyectil 9 mm que causó la muerte del joven mapuche Rafael Nahuel el 25 de noviembre de 2017 en Villa Mascardi, a unos 30 kilómetros de Bariloche, sobre la ruta 40, pertenece al Sub Fusil reglamentario que  llevaba en el operativo.

El nombre del Prefecto Francisco Javier Pintos salió a la luz pública después de una investigación periodística que realizara el periodista y director del sitio “En estos días”, Santiago Rey.

La labor del colega le dio nombre y apellido al asesino de Rafael Nahuel, pero en virtud de que aún esa identidad no ha sido confirmada oficialmente diremos que es el “presunto asesino”.

Horas decisivas son las próximas porque ahora el sospechoso tendría un rostro bien definido. Y deberá ser la Justicia la que deberá pronunciarse. Y es más, porque si efectivamente el juez Gustavo Villanueva ratifica esta identidad, en un abrir y cerrar de ojos se desmoronara la maliciosa versión inicial del Ministerio de Seguridad (llámese Patricia Bullrich) desde donde se dijo a los cuatro vientos que los mapuches balearon a las fuerzas de seguridad y que las fuerzas represivas repelieron la agresión con sus armas de reglamento.

El proyectil que segó la vida de Rafael Nahuel le ingresó por el glúteo izquierdo, recorrió gran parte de su cuerpo en forma ascendente (porque los disparos vinieron de abajo, cuando los mapuches buscaban desesperadamente refugio en la parte alta del cerro) y terminó alojándose en su tórax haciéndole perder aproximadamente cuatro litros de sangre.

En el curso de las investigaciones realizadas bajo la mira del juez Villanueva, sí quedó claro hace no mucho tiempo que los mapuches no usaron armas de fuego ese día (ni en los dos días precedentes, cuando el desalojo se concretó por orden del mismo Villanueva) y que solo las fuerzas de seguridad apelaron a ellas.

Entonces, el panorama ahora resulta notoriamente más definido.

 Si ya desde antes el proyectil asesino quedó perfectamente identificado y los especialistas así lo ratificaron, en el sentido de que las vainas analizadas pertenecían exclusivamente a las fuerzas de seguridad, solo restaba definir a qué arma y a qué uniformado correspondía ese proyectil.

La justicia no fue diligente en determinar a qué Prefecto le pertenecía el proyectil asesino, pero quien fue diligente fue el periodismo libre. Es decir el sitio “En Estos Días”. Y fue uno de sus redactores, Santiago Rey, quien investigación de por medio llegó a la conclusión de que el Prefecto Pintos habría sido el causante de la muerte de Rafael.

La noticia se dio a conocer el 3 de junio en el sitio web, en carácter de exclusividad, consignándose además que en esa trágica jornada del 25 de noviembre los uniformados que se adentraron en el terreno a desalojar a los mapuches se efectuaron 114 disparos.

En su informe Santiago Rey escribió: “Pasadas las 16 horas del 25 de noviembre de 2017, el Cabo Primero de Prefectura Naval Argentina e integrante del grupo Albatros, Francisco Javier Pintos, ingresó junto a otros cinco uniformados al territorio de la comunidad mapuche Lafken Winkul Mapu, en Villa Mascardi, a 45 kilómetros de Bariloche. Aproximadamente a mil metros de la tranquera -ubicada en la ruta 40- los Albatros encontraron a un grupo de integrantes de la comunidad. Dieron la voz de “alto”, y segundos después comenzaron a tirar. El Cabo Primero Franciso Javier Pintos, el que más: realizó unos 40 disparos con sus armas, una pistola Beretta y un subfusil MP5. Según pudo reconstruir “En estos días” una de las balas 9 milímetros del MP5 -identificado con el número de serie B 05-C335508- alcanzó a Rafael Nahuel. El proyectil ingresó por su glúteo izquierdo y le provocó un “shock hipovolémico por lesiones de los órganos y tejidos que provocaron una hemorragia de aproximadamente 4 litros de sangre, alojada en cavidad torácica y peritoneal”, según el informe de la autopsia firmada por dos médicos forenses”

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El periodista Rey no se quedó en mitad de camino en su relato. Fue más directo.

“De acuerdo al conteo de las municiones faltantes en los cargadores, el Cabo Primero Francisco Javier Pintos recargó sus armas en, por lo menos, cuatro oportunidades. No fue el único. En las actas labradas se constata que de los seis efectivos que ingresaron al territorio -dos de ellos lo hicieron con posterioridad al primer grupo-, cinco tenían sus cargadores incompletos, es decir habían efectuado disparos. Además de Pintos, también dispararon el Marinero Sergio Damián García; el Cabo Segundo Carlos Valentín Sosa; el Cabo Primero Sergio Guillermo Cavia -cuyo proyectil quedó en la recámara-; el Cabo Segundo Juan Ramón Obregón; y el Ayudante Segundo Eric Fabián Blanco”.

Dentro de este contexto de revelaciones y de investigaciones periodísticas, en los  últimos días se registraron algunos movimientos a nivel de la defensa de la familia de Rafael Nahuel.

En el inicio de la causa asumieron la causa las abogadas Julieta Wallace y Sofía Bordenave –bajo el auspicio y apoyo de la CETP- y Natalia Araya, por la APDH, logrando el cumplimiento de todas las medidas de prueba que hoy permiten determinar la responsabilidad del Prefecto Pintos, como presunto autor material del disparo que dio muerte al joven Nahuel.

Pero sorpresivamente el padre de Rafael Nahuel, Alejandro,  dio intervención a otros abogados poniendo a disposición su renuncia las abogadas que actuaron en una primera instancia. Los sustitutos fueron los doctores Marcos Miguel y Estanislao Cazaux. Según lo consignado por “En Estos Días” ambos abogados están ligados a sectores conservadores de la política local de Bariloche y sus honorarios serían cubiertos por fondos de la política nacional, a diferencia de los anteriores que tomaron intervención honorariamente.

Dentro de este contexto de sorpresas en filas de la defensa de la lucha mapuche y de revelaciones y de investigaciones periodísticas, y de impunidades todavía muy vigentes y muy descaradas porque de hecho son fomentadas desde filas gubernamentales, en los próximos días ¿habrán de ir surgiendo luces o sombras en las investigaciones para llegar a hacerse justicia para Rafael Nahuel?.

Preguntarnos es nuestra obligación porque al menos ahora –que ya se tiene un nombre y un apellido-  los hombres que administran la justicia no podrán decir que tienen pocos elementos para buscar la verdad.

Salvo, obviamente,  que desde ciertos ámbitos judiciales y de gobierno le busquen la quinta pata al gato y todo se enlentezca o se busque minimizar el valioso aporte del sitio “En Estos Días”.

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*Foto de Portada: www.enestosdias.com

*Foto 2: www.realidadsanmartirenense.com 

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