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Por Agustín Saiz-28 de junio de 2019

Desde Tiahuanaco cuna de la civilización, desde donde salieron los primeros hombres a poblar los confines del territorio, se escribe la historia desde otra perspectiva. La esperanza de reconstruir el mundo donde alguna vez habitaron nuestros ancestros en concordancia con las leyes que dictaminan la dinámica del cosmos, está intacta y es urgente. La recomposición del Tahuantinsuyu, entendido como la restitución continental de un gobierno autónomo es un faro de luz civilizador. Un horizonte próximo que se acerca y se abre paso entre los escombros de un imperio en ruinas, corroído en sus bases, incapaz de reflexionar sobre su mortal naturaleza sanguinaria para evitar así convertirse en un soplo efímero de la historia del tiempo.

La sociedad actual, como un parásito extendido por todo el globo se ha convertido en una bomba de extracción sistemática de los recursos naturales. De la totalidad de los 2.000.000.000.000 barriles de petróleo preexistentes a mitad del siglo XIX, al día de hoy ya hemos consumido prácticamente todo. En un solo año se extingue el petróleo forjado durante 5.000.000 millones años al calor de nuestra Madre Tierra. La mayoría de los países sufre escases de recursos, 54 de los 65 principales productores han pasado el pico de la curva del petróleo. Ahora, para mantener el ritmo se necesita descubrir el equivalente energético a una Arabia Saudita entera cada tres años; pero claro, no quedan más nuevos yacimientos por descubrir. El decrecimiento es inevitable y no será ni suave, ni programado. Sera un colapso civilizatorio, un golpe tan duro que trastocará la vida todos nosotros. Se calcula que para sostener el standard de vida de un ciudadano norteamericano promedio se necesitan el equivalente energético de lo que pueden aportar 150 hombres trabajando 24hs. Ninguna de las políticas que hubiesen permitido mitigar la caída en las últimas tres décadas se han puesto en práctica por ningún Estado. Ahora ya es demasiado tarde. Las ciudades tal cual las conocemos dejarán de tener razón de ser cuando se vuelvan inviables y caduque la civilización del automóvil y el comercio exterior sea imposible. Caerán con ellas también la industria de los alimentos, la industria química, la farmacéutica y todas las demás derivadas, que hoy entretejen la vida urbana tal cual la conocemos.

A principios del siglo XX, surgen los EEUU a partir del descubrimiento de grandes yacimientos petrolíferos en su propio territorio y en la década del 30 llega a su apogeo como productor. A partir de entonces se hizo cada vez más dependiente de la importación y la dinámica geopolítica de guerra se convirtió en la estrategia de supervivencia y expansión del imperio. Con la segunda guerra y luego del cónclave del proyecto Manhattan, los EEUU exportan el “estilo de vida Americano” al resto del mundo y se constituye la escala clasificatoria de países. A partir de entonces existirán los “desarrollados” o del “primer mundo” y los “subdesarrollados” del “segundo y tercero mundo”. Se destruye la diversidad cultural y se homogeniza el consumo. En el horizonte se proyecta un único modelo de sociedad universalizado. Salir del mismo es un acto de rebeldía que se paga caro, todo se ha convertido en mercancía para el gran supermercado del mundo.

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Para controlar a sus competidores, los planes en la década del 60 eran simples. Los documentos del pentágono indicaban la destrucción del 70% de la capacidad industrial de la ex URSS y de China con un ataque nuclear simultaneo a más de 30 ciudades diferentes. La idea era impedir que esas sociedades sean capaces de poder recuperarse. Pero la estrategia luego se modifica. En los 70´s figuras como Rockefeller y Kissinger viajan a China para negociar la relocalización de grandes industrias y una década después, con la caída de la Perestroika se termina de completar el gran diseño de la globalización. Así nace el monstruo bicéfalo que conocemos hoy, cuyas bocas hambrientas e insaciables hay que alimentar hasta morir. Y que sobre el final cuando no quede nada, se comerán inevitablemente el uno al otro.

Los EEUU sobreviven hoy gracias al shale gas y las arenas butiminosas de manera transitoria. Extraen lo último del petróleo atrapado en los microporos de la roca subterránea mediante detonaciones y lavan la arena canadiense para sacar solamente el equivalente energético por kilo de una caja de cereales. Los últimos yacimientos convencionales fueron los de Anwar (Alaska) y las plataformas offshore en el golfo de México. Cada uno le ha garantizado el consumo energético interno por casi un año y no mucho más. La última reserva fuera de su control es también la más grande. En Venezuela se terminó el periodo de trabajo de su ex socio comercial Hugo Chávez que le garantizaba el 30% de las importaciones de petróleo. Con su eliminación del escenario mundial, una próxima invasión parece inevitable y con ella la posible balcanización de toda la región latinoamericana.

No existe un solo documento desclasificado del pentágono que diga que los EEUU van hacia una transición pacífica del poder con Rusia y China. Por el contrario, los escenarios de guerra se actualizan permanentemente: tecnologías como las hipersónicas, la inteligencia artificial, la robótica y las armas de energía dirigida conforman las bases de las fuerzas norteamericanas, que se suman a las miles de cabezas nucleares con capacidad de destrucción cientos de veces superiores a las vistas en Hiroshima y Nagasaki. Mientras el objetivo a fines de los años 70´s en un conflicto nuclear, durante la administración Carter era garantizar la supervivencia de más del 80% de la población de los EEUU, hoy los documentos de Estado pronostican la pérdida masiva inevitable de la mayoría de sus propios habitantes. Es decir, van a la guerra a costa de su pueblo, no les interesa absolutamente nada y por supuesto mucho menos, nosotros, el resto.

La alternativa milenaria de un modelo civilizatorio continental que emerja desde el corazón del Tiahuanaco y Cuzco, nunca dejó de intentar de recuperarse. Ni los más brutales episodios de la conquista impidieron que los pueblos Aymaras, Quechuas y otras 35 etnias del altiplano, borren de su memoria los recuerdos de un orden social autosuficiente, sin jerarquías arbitrarias, que contemple la diversidad de las expresiones culturales de todo el continente en un todo armónico y viable. Los movimientos indígenas lucharon desde entonces y fueron incesantes en la reivindicación de una lucha que continúa hasta hoy con igual intensidad. En el territorio que hoy se conoce como Bolivia es clave lo que viene sucediendo en las últimas décadas. La instalación de un gobierno auto soberano indígena es mucho más que un sueño o una lejana utopía. Es un cambio revolucionario de las bases civilizatorias del continente que está cada vez más cerca y cuyo horizonte se plantea para el años 2032, antes de los 500 años de la muerte del Inca Atawallpa.

La inminente llegada del Pachakuti. (*1)

 

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“Nosotros desarrollamos nuestro análisis desde la perspectiva del Pachakuti y en el marco del Katar Pacha, entendido como la continuidad histórica de guerra anticolonial, en búsqueda permanente de eses horizonte civilizatorio” así habla Pachakuti Arakarpi Wanka, unos de los referentes ideológicos del actual movimiento indígena y creador de la agenda 2032 con fines de restituir el autogobierno indio o Tawantiusyu: ”En ese horizonte se despliegan variadas tendencias políticas y teóricas, unas más cerca de la comprensión del Pachaqama (Buen vivir) y otras más lejos. Incluso uno puede decir que a medida que se es atravesado por el Macha (disgregación de los cuatro elementos que componen la conciencia del hombre), se va alejando en la comprensión del Pacha (unidad del todo); la expresión ideológica y política del katarismo y del indianismo van en ese rumbo cuando estas tendencias se despliegan todavía en un estado de Macha, de incomprensión integral del Ayllu (consejos, círculos asamblearios), etc. Entonces, cabe distinguir a groso modo, dos tipos de indianismo, el indianismo racional-Macha (vulnerado por la conciencia de Pizarro) y el indianismo Pacha (fortalecido por la conciencia de Atawallpa)”.

El indio sin la conciencia del Ayllu es el mejor reproductor de la conciencia colonial, desde 2006 hasta el presente “…el presidente de Bolivia Evo Morales Ayma es un indio, a su vez en otras esferas gubernamentales estamos ante la presencia de ministros y viceministros aymaras-quechuas, es más, la mayoría de los senadores y diputados en el Legislativo son indios, hasta gobernadores, alcaldes, concejales, asambleístas, etc. pero, todos ellos, atravesados por el mito del progreso de la modernidad. En efecto, desde la perspectiva del cambio de horizonte, no paso absolutamente nada, mas bien, se constituyen como los reproductores del estado colonial.”

La crisis institucional del territorio que llaman Bolivia entre desde el 2000 al 2005 y el cerco de las poblaciones a la ciudad de La Paz, constituyeron un hito reciente que termina casi con la toma del poder indígena. El indianista katarista abrió ese camino al presente proceso que logró que el lenguaje de la política de protesta “fuera indianizado”. Sin el activismo desafiante al poder de Felipe Quispe y otros líderes, difícilmente Evo Morales habría llegado a ser presidente: “…Desde los primeros bloqueos de caminos en el 2000, la marcha indígena por la asamblea constituyente de 2002, las elecciones generales de ese mismo año, el motín policial del Febrero de 2003, el subsecuente desborde de las muchedumbres en las ciudades de La Paz y el Alto, la guerra del gas en octubre del 2003, la consiguiente renuncia del presidente Sánchez de Lozada y el colapso de su gobierno, la primera transición política, las movilizaciones de mayo y junio del 2005, la sustitución constitucional del presidente de la corte suprema de Justicia y otra vez la salida electoral de la crisis política… Desde la óptica del discurso del Pachakuti o desde un horizonte de autodeterminación qolla-tawantina, podemos pensar que, a principios del siglo XXI, el discurso y el proyecto descolonizador indio o Pahcakutti nuevamente se visibilizaba de modo abierto frente al Macha (orden colonial y neoliberal)”.

Quien habla ahora es conocido como Inca Waskar Chukiwanka y es nada más ni nada menos quien ha hecho el trabajo de recopilación para volver a restituir los principales símbolos e instituciones religiosas como la Whipala o la celebración del Inty Raymi, además de referente y líder del movimiento indígena tuvo gran actividad política sobre el período de crisis: "…en 1992 reconstituimos el Qollasuyu como Estado, queríamos usar esa categoría, Bolivia era república. En 1999 construimos y fundamos la Universidad Indígena del Tahuantinsuyu, para reconstruir el Tahuantinsuyu y ahí apareció (el proyecto) clandestinamente de la República del Estado del Tahuantinsuyu... De nuevo, en el año 2000, hablé con el hermano Felipe Quispe (líder indígena que llevó adelante el cerco a la Paz en 2003) incluso bajé en andas con él… no se logró, proseguimos. Entonces, la izquierda se aprovechó de nosotros, de nuestros discursos, se aprovechó de todo, de nuestra Wiphala… estaban cayendo y nosotros crecíamos cuando con el hermano Felipe se hizo todo ese cerco a la Paz. Este tercer cerco contra el sistema capitalista e imperialista era un embrión del nuevo Qullasuyu-Tahuantinsuyu; el cual resurge como un temblor desde las entrañas de los Ayllus y comunidades. Toda esa ilusión de país moderno y de ganadores, se hizo trizas en abril y septiembre del 2003 y desde los cerros más elevados retornaron nuevamente los ancestrales guías de las nacion qollasuyuna: Tupaj Katari, Bartolina Sisa, Tomas Kataria, Kurusa Llawi….”

En 1781 Tupac Katari con un ejército de 40.000 hombres rodeo La Paz dos veces, la nueva rebelión indígena protagonizada por la CSUTCB del 2003 era considera como un tercer cerco que ahora abriría las puerta al Tahuantinsuyu definitivamente: “…Pensábamos que yo con Evo y David Choquehuanca, cuando éramos diputados, en el hotel del salón Paris nos hemos reunido, hemos hablado, le dije: “hermano como vas a ser presidente?!, lo que tenemos que hacer es restaurar el Tahuantinsuyu..! yo le dije que estoy como Inca que lo hagas porque tienes el apoyo... estoy hablando del 2002, en el parlamento yo seguía machacando, ustedes pueden ver mis intervenciones, siempre es Tahuantinsuyu, nunca he hablado de defender a Bolivia ni cante su himno, hasta arroje su constitución. El hermano Evo ha entrado a la presidencia con nuestro discurso, que discurso íbamos a hablar nosotros? Si el hermano Evo estaba hablando nuestro discurso, estábamos mudos, no sabíamos que hacer, la izquierda nos había robado nuestro discurso…”(*2)

Entre los años 2000-2003, la descomunal ofensiva decolonial y emancipadora de las naciones indias, además de otras reivindicaciones populares llegaban a una etapa cumbre. Pero de pronto se da inicio a una mutación. En consecuencia el año 2006 marca el inicio de la transferencia de ese espíritu hacia su inserción en el esfera estatal, este el triunfo y el regreso del Macha debilitado durante el último ciclo de la resistencia anticolonial/antiliberal: “…Ya ahí con Pachakuti hicimos la primera conferencia en el 2010 (agenda Atawallpa 2032) que fue el germen, ya por el 2011 estábamos con mas fuerzas para llevar el Tahuantinsuyu... En ese tiempo las movilizaciones se hizo sentir como movimiento Aymara fuerte, había solidaridad expulsaron a esa empresa que quería explotar plata... Ese movimiento clandestino de 1992 se convierte en el estado real del Tahuantinsuyu en aquella época (2012) pero era muy duro, no había forma de hablar en los medios, de comunicar nuestra independencia... ningún periodista, nadie, estábamos trabajando en la clandestinidad”.

El usurpador del templo y el eclipse del estado colonial.

 

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“Hoy día empieza un nuevo año para los pueblos originarios del mundo, una nueva vida en que buscamos igualdad y justicia, una nueva era, un nuevo milenio para todos los pueblos del mundo, desde acá Tiahuanaco, desde acá La Paz Bolivia”.(Evo Morales, 21 de Enero 2006)

Con estas palabras el discurso de Evo Morales en Tiahuanaco, el 21 de enero 2006, en el día de su posesión, vuelve a renacer un moribundo estado nación Boliviano que se había visto acorralado en una crisis interminable entre el 2000 y el 2005. Finalmente habían conseguido de nuevo, el control social necesario, para restablecer el orden institucional y democrático. En Tiahuanaco “se produce la transferencia simbólica de la representación, de la voluntad y de poder fundamentalmente al líder carismático. A partir de entonces, poco a poco, los movimientos sociales dejan la iniciativa y la transfieren al ejecutivo, que pasa a ser el lugar donde se decide políticamente” (Prada). La posesión ancestral de carácter simbólico en Taypi Qala-Tiahuanaco frente a una multitudinaria concentración indígena y de otros sectores populares, además de la presencia de líderes políticos, indígenas y de movimientos sociales internacionales construye la imagen de Evo morales como primer presidente indígena de Bolivia y de Latinoamérica: “… la posesión ancestral del 21 de Enero de 2006, en Tiahuanaco, no tiene validez formal ni legal sino que es simplemente un acto simbólico extravagante (aparte de ser una estafa ritual) para ornamentar lo que se viene después (gestión colonial) y al mismo tiempo mostrarse a la comunidad internacional como algo auténtico y propio. Mientras el 22 de enero (al otro día en el congreso) cumple con todas las tradiciones formales coloniales-republicanas para la transmisión del mando presidencial, por esa razón, al momento de jurar como presidente constitucional de la República casi lloriqueo, porque para él, ese es el acto que tiene mayor importancia”(Pachakuti Akarapi Wanka)

Toda esa descomunal fuerza de reivindicación decolonial y emancipadora de los excluidos del proyecto moderno que se había forjado a lo largo del primer lustro de este siglo, se traspasa al líder “caudillo” Evo Morales y, por tanto, a la gestión pública, y así no habría la necesidad de seguir el curso de la resistencia y de la interpelación al estado colonial-neoliberal: “…Desde la perspectiva india, la primera gestión gubernamental de Evo Morales (2006-2009) constituyen nuevo tiempo del León Macha, ingenuamente imaginado por la mayoría india como el nuevo tiempo de los excluidos. Sin Embargo, fue el tiempo del inicio de una nueva estrategia de dominación o, como señala Illapa Kallisaya, del despliegue de la política del “indigenismo presencial”. Lo que quiere decir que el indio está presente en casi todas las esferas gubernamentales, pero solo como “presencia” que no mueve las raíces del desorden colonial. Está presente en el Estado y en sus instituciones pero sin su propio proyecto político. No cuestiona el orden “del desorden” civilizatorio occidental ni la política liberal ni la economía extractivista impulsada por los estados progresistas aunque si puede hablar del sexo de las piedras, las cualidades afrodisiacas del papaliza, del fin de una era, del reloj del sur o del cambio climático…”

Evo Morales provenía del sector cocalero, es decir, estaba sostenido por ese mercado proveniente de fuentes internas o externas: “…en la percepción de la gente, tanto el poder público como los partidos políticos se encontraban alejados de su vida cotidiana y de este modo Morales aprovechó la buena fe y la ingenuidad de los insurgentes y se convirtió en un impostor.”(Kafka). Sobre todo para el ámbito de la comunidad internacional necesitaba mudar y exponerse de un modo distinto a su perfil de antaño y resultar incomparable con sus antecederos neoliberales. Al mismo tiempo, requería emular a otros líderes políticos del contexto internacional, consolidarse e ingresar al círculo de los líderes políticos de la izquierda latinoamericana (Chávez, Lula, Kirchner, Vázquez, Lugo): “… En el contexto internacional solo será posible consolidar su imagen si se presenta como el “buen” indígena. Es decir, Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS) nunca habían reivindicado lo étnico ni la perspectiva indio y ahora es el momento propicio para reconfigurar la imagen, desde un sindicalista cocalero a u mesías indígena, usurpando toda la artillería ideológica, simbólica y cultural que los intelectuales del mundo Aymara habían venido reconstruyendo durante los últimos cincuenta año”.

El futuro del continente.

 

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La reconfiguración de la agenda 2032 empezó en el año 2010 en Tiahuanaco y hasta el presente ya son 9 años: “… es decir, anualmente hemos venido realizando conferencias en pro de la construcción política, económica y social, analizando la situación cultural del contexto boliviano y latinoamericano… Es una agenda de resistencia anticolonial india, de reafirmación de nuestro propio horizonte civilizatorio Aymara, Quéchua, Tupi Guaraní. Es decir, nuestra agenda de restablecimiento del Ayllu Tahuantinsuyo contemporáneo, actualizado, moderno, si se quiere decir, pero sin obviar lo que produce la modernidad y lo que viene de otros contextos civilizatorios. Es decir, utilizar, subsumir la tecnología, las herramientas hegemónicas para labores contra hegemónicas”.(*2)

La misma está impulsada por un conjunto de jóvenes, entre varones y mujeres, provenientes de distintos pueblos, naciones o ciudades, agrupados en este Centro y en la Escuela de Pensamiento, que impulsan con sus propios recursos, sus propios esfuerzos, sus propias contribuciones. Esta es una de nuestras actividades al margen de la política estatal o gubernamental, ya sea en el nivel macro, regional o local, o sea esta construcción de la agenda 2032, no está influenciada por organizaciones sociales o sindicales, afines al gobierno local, regional o nacional, no ONG`s que financian en el ámbito de estas actividades. Es una construcción auténtica, autónoma en el sentido indio, en el sentido Aymara: “…estamos enfatizando la cuestión del extractivismo y cómo se reproduce en los países como Bolivia, Ecuador, Perú, Argentina, Brasil y todo el contexto latinoamericano, además de la crisis ecológica, en el medio ambiente, la biodiversidad y la contaminación… , ya entramos en el análisis y debate sobre las política internacional y las guerras que se han desatado en los últimos años, pero la finalidad de la conferencia indio es restablecer el horizonte y el sentido de vida precolonial, de la economía, la sociedad, la familia y el aire. Es decir, un hombre ancestral pero contextualizado, con una relación familiar y social precolonial, que nos permita vivir y desarrollar en el contexto actual”. “Debemos reorganizar las relaciones sociales de dominación políticas y económicas, en las sociedades contemporáneas, a partir de principios y criterios propios a del Tahuantinsuyu. Por ejemplo, en el poder político aplicar este criterio y este principio de la rotación y de servicio, en lugar de la forma liberal. Con relación a la sociedad y el pueblo, en el caso del medio ambiente aplicar el principio básico de que la naturaleza es la madre y que la humanidad es parte de la naturaleza y no al revés.”

Entonces, lo que se está impulsando a partir de la agenda 2032 y de la conferencia “Atahuallpa 2032” es pensar desde Tiahuanaco, desde el Ayllu (o consejo de las comunidades), pero sin obviar lo que produce la modernidad. “Debemos organizar el orden político – económico con criterio y principios del pensamiento Aymara Quechua… durante estos 13 años que faltan, todas las naciones indígenas, indias u originarias de este continente deben salir del desequilibrio, del desorden colonial, la dominación colonial. La reconfiguración política – económica, no solo en los Estados-nación actuales, sino, en todo el contexto regional y mundial, ese es nuestro objetivo”.

Así es como una de las usinas de pensamiento ideológico autóctono, en este caso Aymara, está gestando las bases de una revolución. En un mundo donde la cuenta regresiva está en marcha, el renacer desde las raíces ancestrales de estos procesos, abren a la vez horizontes de esperanzas y certezas. Es necesario un cambio radical de nuestros modos más elementales de pensarnos y concebirnos. El tiempo restante para un cambio es breve, aun así esta un nuevo Tahuantinsuyu está en marcha y es inexorable que ocurra.

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Referencias:

(1) PachaKuti significa la transformación del todo, un cambio general del orden, una inversión, donde lo que está “arriba” pasa a “abajo” e inversamente igual. Es un cambio que, según los pueblos andinos, ha ocurrido otras veces. El último Pachakuti aconteció con la llegada de los españoles, hace más de 500 años, y la leyenda oral andina nos habla de uno nuevo, que estaría sucediendo nuevamente en estos tiempos, donde lo que originalmente estaba arriba vuelve a su lugar. http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/101502

(2) Extractos libros Pensamiento Pacha (memorias de la 6ta conferencia Indio-Tiahuanaco) y Macha (Políticas de descolonización del estado plurinacional de Bolivia) – (Escuela Pensamiento Pacha)

(3) http://www.cultura.mendoza.gov.ar/sin-categoria/miembros-del-centro-multidisciplinar-winaypacha-en-mendoza/

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*Foto de Portada: www.antonioheras.com

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