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Por Jean Georges Almendras-1ero de agosto de 2019

Da pavor tanta impunidad después de dos años de un crimen de Estado. Un crimen de Estado que tuvo como víctima a un ciudadano argentino que por opción (y por conciencia política) se integró a las comunidades mapuches de la provincia de Chubut, a 80 kilómetros de la ciudad de Esquel, sobre la ruta 40, en una zona cercana a El Bolsón. Un crimen de Estado que tuvo como víctima al artesano y tatuador Santiago Maldonado, cuya lucha codo a codo con los mapuches de la Lof en Resistencia de Cushamen, marcó una de las etapas más trágicas en la lucha de las comunidades mapuches de Argentina por recuperar sus tierras, en la región patagónica, donde se abrazan el atractivo turístico de la región y la violencia estatal que se ejerce bajo múltiples formas contra los pueblos originarios de ese punto del mapa argentino. Una etapa trágica del año 2017, más concretamente del día 1ero de agosto, que fue la antesala de una segunda tragedia que azotó a las comunidades mapuches de Bariloche, el asesinato del joven Rafael Nahuel, el día 25 de noviembre. Un hecho que fue igualmente un crimen de Estado.

Santiago Maldonado, que no era mapuche, fue un mártir de la lucha mapuche. Rafael Nahuel era un joven de 22 años, y él era mapuche, y fue otro mártir de la lucha mapuche.

Y los asesinos de ambos, eran (y siguen siendo) hombres blancos que visten uniforme. Un uniforme que representa a la autoridad, o como en este caso, que la deshonra y que la transforma en vestimenta del terrorismo de Estado. Porque no podemos ignorar, ni en las redacciones de los diarios, ni en la comodidad de nuestros (vuestros) hogares, que la persecución a los pueblos originarios fue una bandera terrorista que el gobierno de Mauricio Macri hizo flamear por toda la región, con la ayuda de los grandes terratenientes y de los medios de comunicación a su servicio. En definitiva para preservar sus sentimientos racistas y sus intereses de neto corte económico.

Facundo Jones Huala, el Lonko de la Lof Cushamen (una autoridad espiritual y política de una comunidad mapuche argentina) , que desde hace un año está preso en una prisión chilena, víctima de una burda maquinación de los poderosos de Chile, en acuerdo con los poderosos de Argentina, fue y sigue siendo un bastión de la causa de la nación mapuche. Un hombre perseguido por sus ideales. Un hombre vilmente avasallado por las mezquindades del hombre blanco abrazado al sistema capitalista.

Facundo Jones Huala, estando libre y estando privado de su libertad siempre valoró, destacó y honró a Santiago Maldonado. Una honra que le nació desde las entrañas mismas de su lucha porque consideró que el artesano fue un mapuche más.

Hoy 1ero de agosto de este 2019 se cumplen dos años del crimen de Santiago Maldonado. Un crimen de Estado acunado en la impunidad. Un crimen de Estado que permanece impune. Impune por donde se lo mire. Un crimen de Estado, cuyos responsables de la desaparición forzada seguida de muerte del joven Maldonado, tienen nombre y apellido. Un crimen de Estado cuyo entramado delictual está claramente explicado en el libro de Sebastián Premici “Santiago Maldonado un crimen de Estado”, para que todos conozcan libremente los sinuosos recovecos de la criminalidad organizada desde la Casa Rosada. Un libro que recomendamos expresamente.

Hoy 1ero de agosto de este 2019, cuando se cumplen dos años del crimen de Santiago Maldonado, Facundo Jones Huala y el Comité de perseguidos políticos por la causa mapuche dieron a conocer al periodismo local e internacional un mensaje. Un mensaje contundente. Un mensaje directo. Un mensaje comprometido.

El compañero Santiago Maldonado desapareció en nuestro territorio por apoyar las demandas de mi libertad y la lucha territorial del pueblo mapuche, no olvidamos su memoria combativa, solidaria y fraterna porque desapareció peleando en apoyo a un movimiento político”

Como se recordará, el día 1ero de agosto de 2017, una represión ilícita de la Gendarmería Nacional (y criminal, literalmente) se ejerció sobre miembros de la comunidad en Resistencia de Cushamen, un predio recuperado a manos del empresario Benetton, en cuyas aguas del río Chubut desapareció Maldonado, precisamente a pocos metros donde apareció su cadáver lapso después.

Tratamos de llevar adelante la autonomía a pesar de nuevas represiones, el incendio de la casilla de guardia y el desgaste permanente de estar casi todos judicializados” dijo a Página 12, Andrea Millañanco, compañera de Facundo Jones Huala.

Mientras que los integrantes del Comité de perseguidos políticos por la causa mapuche, en un comunicado sostuvieron que el cuerpo de Santiago Maldonado fue plantado.

A dos años de la desaparición forzada seguida de muerte del “wenuy” (amigo) Santiago Maldonado entendemos bien por qué el poder político de turno en complicidad con el poder judicial cerró la causa”

Y agregaron: “además de lo que la familia de Santiago denuncia sobre los resultados de la autopsia (muerte por ahogamiento, conservación del cuerpo, billetes en perfecto estado) persisten interrogantes: ¿Por qué en el antepenúltimo rastrillaje en Pu Lof inmovilizaron, precintaron y encerraron en una ruka (casa) a los peñi/lamien (hermanos y hermanas), cortaron todos los accesos de ruta al público, durante 12 horas a través de un masivo y violento operativo de fuerzas armadas especiales? ¿Por qué el juez Lleral aconseja que el último operativo se lleve adelante en total secreto, sin medios de comunicación, organizaciones sociales y comunidades Mapuche que acompañen? ¿Qué hay de las sugerencias del jefe de Prefectura Roata que da al juez Lleral, de comenzar el último rastrillaje un kilómetro río arriba? (no hay que olvidar que Roata será posteriormente uno de los responsable del operativo en que asesinan al weichafe (guerrero) Rafael Nahuel) ¿Por qué no se llevó a cabo la inspección en la estancia de Benetton ni antes ni después de que plantaran el cuerpo de Santiago, siendo de público conocimiento que ahí existe una cámara de refrigeración? ¿Por qué el DNI de Santiago lo tenía consigo y estaba en perfecto estado, cuando sus pertenencias personales las tenía en la mochila, la cual además nunca apareció? ¿Por qué no se realizó la triangulación de celulares, sabiendo que desde el celular de Santiago se atendió una llamada?¿ Por qué el perito de la familia firmó en conformidad los resultados de la autopsia teniendo la misma tantas irregularidades? ¿Por qué las camionetas de Gendarmería fueron lavadas antes de ser inspeccionadas? ¿Por qué fue rápidamente borrado el mensaje periodístico de Ricardo Bustos, el cual daba cuenta de la existencia de un detenido el 1ero de agosto en Pu Lof?”

Por último, en el comunicado del Comité se puntualiza: “La respuesta a estas y otras interrogantes es garantizar la impunidad de la Gendarmería, de Pablo Nocetti, Patricia Bullrich, Mauricio Macri, Guido Otranto, Gustavo Lleral, Silvina Ávila y Ricardo Bustos” y se remarca que “el Estado es responsable”

Durante la jornada de publicación del presente artículo, al menos así fue previsto, se venía llevando una movilización en Plaza de Mayo, por el aniversario de la desaparición forzada seguida de muerte, de Santiago Maldonado.

Sergio Maldonado, hermano de Santiago Maldonado, a la hora de convocarla ha dicho a los medios de prensa:”el tema es no entrar en ninguna provocación y tampoco es tener miedo a lo que pueda hacer el Gobierno durante la marcha, esta vez bajo el título “Basta de impunidad, no al cierre de la causa y justicia por Santiago, y los demás casos de crímenes productos de la violencia del Estado”

Desde nuestra redacción de Montevideo, Uruguay, exhortamos a recordar (y denunciar, si pelos en la lengua) que la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado, ha sido y sigue siendo una muy grave demostración –en nuestros días- de lo que puede llegar a hacer un Estado criminal, para cumplir con el objetivo no menos criminal de perseguir a los pueblos originarios en la Argentina.

Desde nuestra redacción de Montevideo nos resulta también un hecho criminal la sola indiferencia ciudadana y periodística, de un episodio de éstas características. Un episodio que ha generado “miedos” por doquier. Uno de ellos, a modo de ejemplo, fueron las amenazas que recibió el escultor Julio César Báez al momento de ser detenido mientras realizaba una escultura del joven Santiago Maldonado.

La causa de Santiago Maldonado está a la deriva, en una democracia que también seguirá a la deriva mientras la impunidad siga reinando en torno a la causa mapuche y en torno a un sinfín de conflictos sociales. Este lunes 5 de julio se cumplen seis meses de la apelación presentada por la familia Maldonado ante la Cámara de Comodoro Rivadavia, pero la respuesta no ha llegado aún.

De ahí que Sergio Maldonado, ha dicho públicamente: “La causa está cerrada en primera instancia. No pedimos la reapertura porque no se cerré de manera definitiva. No pedimos que no cierre sino que se empiece a investigar”.

Dos años después de éste crimen de Estado los asesinos materiales y los ideológicos siguen libres caminando por las calles de Buenos Aires.

Ese solo hecho también es criminal y es horrendo. Mauricio Macri es el responsable. El Estado argentino es responsable.

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*Foto de Portada: www.laizquierdadiario.com   

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