Los responsables son el Presidente de Chile y su flamante Ministro del Interior
Por Claudio Rojas desde Chile-4 de agosto de 2020
Víctor Pérez Varela -miembro de la derecha dura- recientemente nombrado ministro del Interior, con un pasado ligado al pinochetismo más duro de la historia chilena, fue un ferviente defensor de la siniestra institución de muerte y tortura mal llamada Colonia Dignidad. Él, sin lugar a dudas tiene responsabilidad política en los hechos de violencia en la Araucanía, involucrando a poblados de Curacautín, Angol, Victoria y Temuco.
Después de su visita a la zona, desató una ola violenta para reprimir y sofocar la protesta y rebelión mapuche, en los últimos días por el apoyo a los presos políticos en huelga de hambre, que reclaman trato más digno y mejores condiciones de hacinamiento, por un lado; y, por otro, la recuperación de territorios usurpados por las grandes empresas forestales que les roban su territorio.
Para contrarrestar esto, el gobierno de Piñera ha movilizado, además del comando “Jungla” de fuerzas especiales de Carabineros, a los “boinas negras” que son grupos especiales de combate del Ejército, como preparando más que una represión, un verdadero genocidio, como otrora ha habido en la historia de este país.
Y como cereza de la torta, el Estado, a través de Carabineros se transforma en espectador del actuar del grupo “APRA” (grupo nazi fascista de extrema derecha) que atacó e hirió gravemente a decenas de mapuches que estaban en toma pacíficas de edificios municipales. Y estos mapuches heridos son detenidos por Carabineros (sin previa constatación de lesiones como procede en estos casos) con la violencia que se visualiza en la foto de la portada: así es la detención al comunero mapuche en Collipulli, que nos recuerda la detención de George Floyd en Estados Unidos. El efectivo policial pisa con su bota el rostro del comunero mapuche, lo que refleja el desprecio que han transmitido los poderes a las fuerzas represivas para que actúen.
La víctima quedó con fracturas dentales y con un brazo fracturado.
Los victimarios, en cambio, que fueron avalados por las fuerzas de seguridad, no fueron ni siquiera amonestados.
Se acabó lo que quedaba de estado de derecho en Chile.
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*Foto de Portada: www.360noticias.cl