La familia decidirá si acepta o no propuesta del Estado, para una solución amistosa
Por Jean Georges Almendras-13 de noviembre de 2020
Sin pretender ser recurrente (o caprichoso, según algunos ojos), con aquello de denunciar impunidades en favor de los criminales del Estado, en este caso del Estado argentino, voy a hincar el diente en el caso de desaparición forzada seguida de muerte del artesano anarquista y activista de la causa mapuche en la Argentina, Santiago Maldonado, que como ya sabemos perdió la vida en un contexto de operativo de fuerzas de seguridad en la Lof Cushamen. En las últimas horas la prensa argentina se hizo eco de una propuesta. Una propuesta con aires de “solución amistosa”, o mejor dicho de ribetes de dar vuelta la página, y al parecer con cierta celeridad; la celeridad que no se vio a la hora de investigar cuando se denunció el 1ero de agosto del pasado año 2017 la desaparición de Maldonado, en aguas del río Chubut, en ocasión de una represión ilegal (de cabo a rabo) cometida por efectivos de la Gendarmería Nacional, siguiendo expresas directivas de la Ministra de Seguridad argentina Patricia Bullrich y de su fiel escudero Pablo Nocetti.
La versión oficial sobre la propuesta que nos ocupa es que al cumplirse tres años del momento en que Santiago Maldonado fue visto por última vez, la Comisión Interamericana de DDHH solicitó al Estado argentino explique qué pasó con el joven artesano, en la instancia previa a ser enjuiciado por su desaparición forzada. En concreto, antes del plazo, la Secretaria de Derechos Humanos (del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos) cuyo titular es Horacio Pietraglia, respondió que propone a la familia una solución amistosa, que a criterio del gobierno “resulta fundamental en un caso de gravedad institucional como tuvo el de Santiago Maldonado”.
“…Tras examinar en detalle los alcances de la petición mencionada, esta Secretaría entiende pertinente poner en conocimiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la voluntad de constituir un espacio de diálogo con una agenda concreta de trabajo tendiente a explorar una solución amistosa de la presente petición...".
Ahora bien, esta propuesta solo habrá de materializarse si la familia Maldonado está de acuerdo, y en ese caso serán ellos quienes deberán de poner sobre la mesa sus peticiones.
En la propuesta estatal se está indicando una negociación que puede concluir en un acuerdo o no, señalándose que el Gobierno pretende llegar a tal acuerdo con los Maldonado, en el cual el Estado reconoce su responsabilidad en el hecho, y se compromete a adoptar una serie de medidas para la reparación integral del caso. En tal sentido, cabe consignar, que las características de los acuerdos varían según los casos: puede ser pecuniaria, la reapertura de una investigación, un acto público de pedido de disculpas, e incluso todas esas variables juntas. En la Argentina, mediante este tipo de acuerdos se han modificado leyes, como el cambio del código de justicia militar y de la ley migratoria.
Hasta el momento, y habiendo trascendido a los medios la dirección de la propuesta, se desconoce la respuesta o mejor dicho, la posición de la familia, porque además, ni siquiera fue notificada oficialmente de la propuesta. Solo se sabe que de aceptar, los Maldonado tendrían la voz cantante en todo el proceso, haciéndole saber al Estado todas sus más amplias pretensiones.
Hay un hecho muy claro, mientras la noticia recorre la Argentina y la región, y es que los protagonistas centrales en torno a este punto, son la abogada Verónica Heredia y Sergio Maldonado, hermano de Santiago.
Ellos seguramente tendrán las respuestas. Pero desde nuestro ángulo podremos quizás, solo tener nuestra perspectiva. Lo cierto es que el tema es harto complejo. Y el valor justicia está sobre el mantel de la mesa. Una mesa en la que la propuesta es un plato que invita a los comensales a una eventual degustación en términos de investigación profunda. Aunque, también, todo puede ser una manera más de disfrazar la verdad, de buenas intenciones. Las buenas intenciones que no serían más que adoquines “para empedrar los caminos del infierno” parafraseando al catedrático en derecho uruguayo, Enrique Véscovi.
Porque llegarse a la instancia de solución amistosa, por los caminos de la investigación (que anhelamos sea una investigación integral, en todo el sentido de la palabra, en el caso Maldonado) podría ser abrazar un infierno solapado; pero podría ser también, en cierta medida, abrazar el camino de una verdad (que anhelamos no sea a medias) pero una verdad con mayúsculas.
Entonces, el asunto, en caso de aceptarse la propuesta, será de ver cómo se instrumentará y se desarrollarán las eventuales investigaciones y que parámetros se aplicarán una vez que comiencen a aparecer los trapos sucios de la administración Burllich-Nocetti-Macri, en este caso que tantas barbaridades ha traído consigo, desde el fatídico 1ro de agosto de aquel año 2017.
Historiando sobre el caso Santiago Maldonado, recordemos al lector, según lo aportado oportunamente por la familia Maldonado, que en el mes de enero “la CIDH indicó que el Estado debía investigar la desaparición y muerte del artesano, no obstante, hoy por hoy, la causa judicial carece de juez, aguardándose que la Corte Suprema de Justicia habilite la investigación forzada que negaron los jueces de las instancias anteriores”.
En el seno de los Maldonado, seguramente se vivirán inexorablemente las horas del dilema. El dilema, en el que el fantasma de la impunidad estará sobrevolando sobre sus cabezas.
Porque la propuesta del Estado argentino, en definitiva, evitaría una eventual condena al Estado por la violación de los derechos humanos derivada de este caso de desaparición forzada de persona, tal como lo entendió la propia CIDH al hacerse eco de la denuncia que radicó la abogada de los Maldonado, la doctora Verónica Heredia.
Porque la propuesta, además, hace al dilema y el dilema visibiliza también la continuidad de una impunidad, especialmente si no se logran las debidas garantías en las investigaciones que eventualmente se habrían de concretar, si la propuesta es aceptada, al menos en esos términos.
Habrá que aguadar con paciencia el curso de los acontecimientos, lo que es decir, la decisión de los Maldonado. Y tendremos que tener una paciencia infinita, porque no debe ser nada fácil, para los Maldonado, hallar la gran respuesta, al gran planteo y al gran dilema instalado a las puertas de su intimidad. La intimidad de una familia a la cual se le arrebató una vida, y a la cual se la atentó bajo diferentes formas, desde el Estado argentino, desde los primeros momentos en que sobre Santiago mismo y sobre su grupo familiar, se fueron desatando los demonios de un Estado criminal.
Habrá que aguardar serenamente que se halle una respuesta, que puede significar, desechar el guante (de la verdad) o tomarlo, con todo lo que ello implica, según cada una de las opciones a adoptarse.
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*Foto de Portada: cuartopoder