Por Giorgio Bongiovanni – 18 de noviembre del 2019
Cuando no se puede negar la evidencia de los hechos, esa es la verdad, los mentirosos dicen mentiras o hacen uso del derecho a permanecer en silencio. Esto es lo que sucedió con el ex primer ministro Silvio Berlusconi, quien en la última semana volvió como protagonista de los medios de comunicación tras su declaración en el proceso de apelación de la Tratativa Estado-mafia. Nuestra revista estuvo presente en la sala de audiencias de Palermo y hemos hablado del silencio del ex Cavaliere del Lavoro llamado como testigo por los abogados de su "compañero de aventuras", Marcello Dell'Utri, ya sentenciado definitivamente a 7 años por concurso externo en asociación mafiosa y condenado en primer grado a 12 años por atentado contra el cuerpo político del Estado. Los periódicos que habían destacado esa "traición" hacia el histórico brazo derecho ya habían respondido a mediados de la semana hasta con el uso de la ironía macabra y cuestionable en el Maurizio Costanzo Show donde, para "honrar" las 4.445 entregas del programa, presionó a Costanzo con esta broma: "No pude hacer que se detuviera, incluso le hice un atentado con una bomba. Somos ancianos, debemos parar. Tenemos un pie en la tumba". Como si la investigación abierta en su contra por el fiscal de Florencia por las masacres en el continente entre 1993 y 1994 fuera una "broma".
Hace unos días, en las páginas de "Il Foglio", Silvio Berlusconi, presidente del partido en vías de extinción, Forza Italia, dio una entrevista con contenido inquietante y delirante.
Casi como si quisiera "remediar" el silencio frente a la Corte de Palermo, regresó para defender al "buen" Marcello Dell'Utri con esta declaración: "Dell'Utri fue condenado por tener la única culpa de ser mi amigo", dijo en su delirio arrogante y presumido. Detrás de esas palabras, no sólo hay una defensa tenaz hacia aquellos que han estado con él, el creador y fundador de un partido que durante veinte años ha determinado las opciones políticas y económicas del país, sino que también hay algo más. No es una teoría de la conspiración, sino un hecho obvio: un mensaje de Berlusconi que viaja en el éter hasta aquellos que deben entender.
Después de todo ¿qué deberíamos esperar de aquellos que en el pasado llamaron "héroe" al mafioso Vittorio Mangano, que había sido su caballerizo en Arcore, por no ceder ante los fiscales que le pidieron que testificara? En este caso, el ex primer ministro llamó amigo, con conocimiento de causa considerando que Berlusconi no es un tonto, a una persona condenada en forma definitiva por concurso externo en asociación mafiosa: Marcello Dell'Utri. Las sentencias establecen claramente que el ex senador desempeñó el papel de "mediador" entre Cosa Nostra y el ex Presidente del Consejo Silvio Berlusconi. La sentencia de apelación, confirmada por la Casación, sostuvo que: "En virtud de este acuerdo las partes contratantes (Cosa Nostra por un lado y Silvio Berlusconi por el otro) y el mediador contractual (Marcello Dell'Utri), unidos por relaciones personales, han logrado un resultado concreto y tangible, constituido por la garantía de la protección personal del empresario mediante el desembolso de sumas de dinero que este último le pagó a Cosa Nostra a través de Marcello Dell'Utri quien, al mediar los términos del acuerdo, permitió a la asociación mafiosa fortalecer y consolidar su poder en el territorio a través de la entrada en sus arcas de grandes sumas de dinero". Evidentemente, sin embargo, para el condenado Berlusconi (condenado en forma definitiva por fraude fiscal, con pena ya cumplida), las sentencias no interesan. Entonces ¿a quién le habla Berlusconi, defendiendo al "amigo"? En primer lugar parece un mensaje a Dell'Utri para animarlo después del arrepentimiento expresado por su esposa, Miranda Ratti ("Es mejor que no hable, que no diga lo que pienso. Solo recuerdo que el testimonio de Berlusconi fue considerado decisivo para el Tribunal de Apelaciones de Palermo. Aquí está la vida de Marcello en juego...", le dijo a Adnkronos) después de que los abogados de Berlusconi presentaran un memorial en el juicio de Palermo con la evidencia de la inscripción en el registro de investigados de Florencia del ex primer ministro por las masacres del '93. Una clara señal de lo que sucedió el lunes con la negativa a responder a cualquier pregunta de la defensa, fiscales y partes civiles.
Entre líneas, no obstante, en las palabras expresadas esta mañana por Berlusconi, también se podía ver más. Llamar amigo a Marcello Dell'Utri puede leerse como un mensaje para el otro interlocutor del que el ex senador fue mediador.
¿Es posible que Berlusconi intente tranquilizar a su manera también a aquellos que fueron interlocutores?
La pregunta queda pendiente, pero se sabe que si Berlusconi es investigado, precisamente con Dell'Utri, en Florencia, es porque un jefe estragista como Giuseppe Graviano, interceptado en prisión, hizo referencia a las "cortesías" solicitadas en el momento de las masacres y que cubrieron de insultos al ex primer ministro. "Al señor Crasto le hago pasar una mala vejez", dijo el jefe mafioso en otro pasaje del coloquio de 2016 con la dama de compañía Adinolfi en la que, según los investigadores, se hace referencia a Berlusconi. "Hace treinta años me senté contigo, hace 25 años me senté contigo ¿verdad? Te traje bienestar, me arrestaron hace 24 años y empiezas a apuñalarme". Y de nuevo: "Sabes lo que me hicieron hace 24 años, mi familia está destruida... en la ruina, les dan dinero todos los meses. Te esperé hasta ahora... y me estás haciendo morir en la cárcel sin haber hecho nada". "Pero pedazo de basura -continuó el estallido de Graviano- me quieren decir cómo está en el gobierno. Hizo cosas vergonzosas, injustas...".
En la entrevista con "Il Foglio", otro pasaje inquietante es aquel en el que, a una pregunta directa sobre lo que le diría al magistrado Nino Di Matteo si estuviera frente a él, después de las declaraciones en el programa de Lucia Annunziata en las que recordó la sentencia de Dell'Utri respondió: "Me negaría a dirigir la palabra a quien es capaz de hacer declaraciones tan vergonzosas, en detrimento de mi honor, de la verdad histórica y del sentido común".
Con estas palabras, la persona de Silvio Berlusconi, el empresario, el político y el ex hombre de las instituciones reitera que quiere darle la espalda a la justicia y a los magistrados que arriesgan la vida y que no han hecho otra cosa que buscar la verdad en las relaciones entre la mafia y la política. Berlusconi siempre ha sido alérgico al poder judicial, pero aquí va más allá al dar un mensaje de "silencio y omertà", irrespetuoso con la autoridad judicial, que recuerda el mismo estilo de ciertos mafiosos que siempre han elegido el "silencio" y la indiferencia ante la autoridad del Estado. En la continuación de la entrevista no faltan consideraciones sobre el Papa Francisco con la expresión de una marcada ideología soberanista, nacionalista y autoritaria, o también mentiras y delirios sobre el papel de Forza Italia como "la única alternativa para el país", a pesar de que hoy las encuestas muestran claramente el descenso inexorable de los porcentajes de votación a por debajo del 10%.
Cuando se llega a negar la evidencia incluso frente a los propios votantes sólo significa una cosa: que la bestia no sólo es ridícula sino que está herida. Y es en este momento que se vuelve más peligrosa al asumir contornos aún más inquietantes. Si se tiene memoria del pasado es suficiente para hacer pensar a todo un país.
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*Fotos: El ex presidente del Consejo Silvio Berlusconi y Maurizio Costanzo © Imagoeconomica