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abusosentrerios"Estamos ante una situación muy delicada", analizó el cura Dumoulín.
El sacerdote en uso de licencia José Pepe Dumoulín se refirió a la denuncia por abusos a menores contra el cura párroco de Lucas González, Juan Diego Escobar Gaviria, y analizó que “evidentemente ha habido una serie de abusos y ocultamientos que han sido muy graves y muy tristes para nuestra realidad eclesial paranaense”. “Estamos frente a una situación muy delicada donde la Iglesia de Paraná tiene que llamarse a actuar rápidamente para poder evitar que se produzcan nuevos casos”, señaló Dumoulín, quien destacó el rápido accionar del arzobispo de Paraná, monseñor Juan Puiggari, de retirar al sospechado e iniciar una investigación diocesana de los hechos. Ante esto, reflexionó que “con todo lo que ya se ha ido haciendo historia en esto de las denuncias –desde los inicios con los casos de (Justo) Ilarraz y lo de (Marcelino) Moya- se va sentando un precedente que de alguna manera obliga a las autoridades de la Iglesia a tomar medidas cuanto antes, y si están sabiendo que hay casos que no han sido denunciados en la Justicia civil tienen que ir tomando medidas para que realmente se haga justicia y la Iglesia actúe como corresponde”.
En declaraciones realizadas al programa A quien Corresponda (Radio De la Plaza) Dumoulín dijo que “es muy llamativo porque son varios los casos que se denunciaron últimamente en la Justicia” y se manifestó “totalmente sorprendido por esta nueva denuncia”.

Señaló que “evidentemente ha habido una serie de abusos y ocultamientos que han sido muy graves y muy tristes para nuestra realidad eclesial paranaense, y que por este cambio en la forma de pensar y porque la gente se anima a denunciar están saltando a la luz, y no tiene que sorprendernos que haya otros casos”.

“Estamos frente a una situación muy delicada donde la Iglesia de Paraná tiene que llamarse a actuar rápidamente para poder evitar que se produzcan nuevos casos”, definió.

Sobre el accionar de Puiggari ante el caso, el sacerdote consideró que “con todo lo que ya se ha ido haciendo de historia en esto de las denuncias –desde los inicios con los casos de (Justo) Ilarraz y lo de (Marcelino) Moya- se va sentando un precedente que de alguna manera obliga a las autoridades de la Iglesia a tomar medidas cuanto antes, y si están sabiendo que hay casos que no han sido denunciado en la Justicia civil tienen que ir tomando medidas para que realmente se haga justicia y la Iglesia actúe como corresponde”.

No obstante, reconoció que “sin duda que falta un debate y un sinceramiento y me sorprende que pueda haber un diálogo personal de las autoridades eclesiales con alguna persona en particular para abordar el tema, pero no hay una toma de conciencia ni de medidas a nivel de la Iglesia de Paraná con respecto a estos temas”. “Ese debate está faltando y ese sinceramiento es lo que se necesita para poder abordar esto temas que son tan delicados, tan graves y que tanto daño hacen a la Iglesia”, afirmó.
En este sentido, reflexionó que “lo más triste de esto es que se dice que somos unos pocos los que queremos atacar o ensuciar a la Iglesia, cuando es todo lo contrario: queremos que la Iglesia sea auténtica y transparente, pero para esto tiene que haber un sinceramiento y tiene que haber claridad para abordar estos temas porque estamos hablando de delitos, no son simples pecados, y los primeros que atentan contra la institución Iglesia son los que cometen estos delitos que predican una cosa y hacen otra”.

“Hablamos de cuestiones muy delicadas, muy dolorosas, tristes y graves que deben ser analizadas correctamente y con las sanciones que le caben por el hecho de ser parte de la Iglesia pero también por ser ciudadanos de un determinado país con las reglas civiles y judiciales que le competen”, sentenció.

Consideró que “toda esta seguidilla de casos que se fueron denunciado de alguna manera llama a la reflexión para actuar y llevar los casos a la denuncia civil, como el caso de estas hermanas que tomaron una actitud positiva de ir a denunciar. Creo que se está leyendo adecuadamente como se debe proceder frente a estos casos y eso es muy saludable para la vida eclesial y para la sociedad”.

En consonancia, dijo que “este compromiso de la Justicia civil con estos casos, a los que se ha puesto al hombro, da mucha confianza y anima a que se hagan las denuncias correspondientes de estos casos porque no van a caer en saco roto sino que tendrán una respuesta y el acompañamiento necesario”.

“Eso motiva a que se sigan formalizando las denuncias, a encontrar un espacio adecuado para que las personas invocadas –sean las propias víctimas como quienes conocen los casos- puedan llegar a la Justicia. Eso ha sido un camino muy positivo y esperamos que se pueda seguir creciendo en la confianza hacia la Justicia”, indicó.

En tanto, recordó que el ahora denunciado Escobar Gaviria fue el único sacerdote que salió a respaldar al cura Marcelino Moya cuando fue denunciado también por casos de abusos. “Me llama mucho la atención que haya estado involucrado en una caso de este tipo, lo mismo que defendía ahora es acusado”, sostuvo.

“Esperemos que las cosas sigan avanzando y que se puedan presentar las demás denuncias, que se animen a formalizarlas, para que se pueda esclarecer con prontitud el caso”, concluyó.

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