El martes pasado se reunieron durante cuatro horas con el fiscal de Mercedes Juan Bidone los dos abogados que representan las familias de las víctimas, Miguel Angel Pierri y Rubén Ramírez.
"Le pedimos que se concentre especialmente en la reunión que tuvieron Forza, Ferrón y Bina en el Wall Mart de la localidad bonaerense de Sarandí el 7 de agosto, poco antes de desaparecer. Allí se encontraron con unas personas que nunca pudieron ser identificadas", le dijo Pierri a Clarín.
El mismo martes, en Mercedes, los abogados le presentaron un escrito al fiscal denunciando que en el expediente "se desvió la investigación, se plantaron pruebas y hasta testigos de identidad reservada, que embarraron la cancha e hicieron perder tiempo".
Eso, sumado a las filtraciones de información, llevaron a Bidone a crear recientemente un "legajo reservado" donde a partir de ahora se volcarán las actas de las diligencias "más importantes que tienen que ser mantenidas en secreto, igual que las declaraciones de los testigos que declaren con reserva de identidad", agregó Pierri.
En las últimas semanas comenzó a sonar el nombre de un empresario de Quilmes ligado a Forza, como el posible "entregador" de las víctimas. El nombre ya había sido aportado en noviembre por Solange Bellone. En su momento ella dijo que este personaje era el contacto de su marido con la efedrina de la zona sur y con el mundillo político con el que Forza quería relacionarse.
"Fue la persona que le tramitó el permiso de portación de armas a Forza, tenía contactos con droguerías, una agencia de seguridad y se reunía con Sebastián en la zona sur", detalló una fuente consultada por Clarín.
Pero Solange no fue la única que lo mencionó. En el expediente que lleva el juez federal de Quilmes Luis Armella por el secuestro de Leonardo Bergara, un testigo de identidad reservada lo señala "como la persona que le aportó armas a la banda", confiaron fuentes del caso a Clarín.
El nuevo dato suena tan interesante y promete tanto escándalo como otros que han aparecido y desaparecido sin pena ni gloria en el expediente. Hoy por hoy, lo cierto es que en seis meses de vida la causa no tuvo avances.
Para los allegados a las víctimas, no es sólo responsabilidad de Bidone, que recibió el caso más de un mes después de los homicidios, cuando la Justicia de Capital se declaró incompetente. Pero de él depende llevarlo adelante.
La principal hipótesis sobre el móvil del crimen continúa siendo la del tráfico ilegal de efedrina, principalmente a México. A este negocio se habría dedicado Forza en los últimos tiempos con la asistencia de Ferrón (ambos ligados a droguerías) y Bina (con contactos en la Aduana).
Fue justamente el "triple crimen" el que expuso a la luz publica el mercado negro de esta sustancia usada para la elaboración de metaanfetaminas con mucha demanda en los Estados Unidos. Luego de los homicidios se limitaron las importaciones y se crearon nuevos mecanismos de control.
También tomó impulso un expediente a cargo del juez federal de Campana Federico Faggionato Márquez. Este hizo varias detenciones por la llamada "ruta de la efedrina" pero no llegó a cerrar ninguna hipótesis cierta que la relacionara con los crímenes de General Rodríguez.
El único nexo entre ambos expedientes era Luis Tarzia, conocido de Forza y detenido por Faggionato. Pero este murió a fin de año, estando preso. "Por eso ya no se nos considera querellantes en la causa de Faggionato", explicó Pierri.
Entre la desaparición de las víctimas y el hallazgo de sus cuerpos pasaron seis días. Dónde estuvieron durante ese tiempo sigue siendo uno de los principales misterios a resolver.
Segun pudo averiguar Clarín, durante enero el fiscal Bidone hizo un relevamiento de algunas quintas de General Rodríguez que, por sus características, pudieron haber servido de aguantadero.
Pero nada concreto. Disparos en la oscuridad, como aquel que cifraba esperanzas en un piso cuya foto estaba en el celular de Ferrón. Se pensó que podía ser del lugar de su cautiverio. El hermano terminó aclarando que era el de una cancha de paddle donde solía jugar.