Organización Editorial Mexicana
10 de julio de 2014
Jorge Sandoval G
Corresponsal
CIUDAD DEL VATICANO. (OEM-Informex).- Prosigue la difícil, pero necesaria reforma del sistema económico-administrativo de la Santa Sede, comenzando por el "IOR", más conocido como el Banco Vaticano, que por lo pronto ha cambiado a su presidente y ha formado un nuevo Consejo de administración, en el que destaca la significativa ausencia de italianos. El nuevo Banco será controlado por la recientemente creada Secretaría de Economía, una especie de Ministerio del Tesoro, presidida por el cardenal australiano George Pell, auténtico "hombre fuerte" del nuevo sistema económico del Estado del Papa, y a quien todos tendrán que rendir cuentas. La reforma atañe también a los medios de comunicación del Vaticano, para lograr una más atenta racionalización administrativa y económica, es decir, reducir los costos, pero con un consistente reforzamiento de los canales digitales.
Es evidente, sin embargo, que los reflectores estaban, y están, apuntados hacia el aspecto económico-financiero.
Y ello porque el Banco Vaticano, primero con Benedicto XVI y ahora con Francisco, está siendo sometido a una compleja obra de reestructuración, de transparencia, de verdadera "limpieza" en sus estructuras y en las personas, protagonista en el reciente pasado de graves escándalos y acusado inclusive de lavado de dinero.
No hay que olvidar que el Colegio cardenalicio, durante las congregaciones previas al cónclave que eligió a Francisco, estableció que una de las principales prioridades del futuro jefe de la Iglesia católica era precisamente la de reformar la curia y en este ámbito el "IOR".
"Queremos convertir al Vaticano en un modelo de servicio financiero en vez de causa de escándalos", subrayó en conferencia de prensa el cardenal Pell.
La completa reestructuración del "IOR" necesitará todavía de un cierto tiempo, pero el primer paso, importante, ha sido dado con el nombramiento del francés Jean-Baptiste de Franssu, quien sustituye al alemán Ernst von Freyberg, quien había sido nombrado por Benedicto XVI poco antes de su renuncia (febrero de 2013). El motivo oficial de este cambio es que el economista francés, contrariamente a Freyberg, podrá dedicarse "a tiempo completo" en esta obra de reestructuración y limpieza.
El papa Francisco, debidamente aconsejado, decidió mantener la Comisión cardenalicia encargada hasta ahora de vigilar sobre la acción del IOR, integrada por el cardenal Santos Abril y Castello (arcipreste de la Basílica papal de Santa María Mayor), el cardenal Thomas Christopher Collins (arzobispo de Toronto, Canadá), el cardenal Pietro Parolin (Secretario de Estado), el cardenal Christoph Schonborn (arzobispo de Viena, Austria) y el cardenal Jean-Louis Tauran (presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso). A estos cinco purpurados se agregará el cardenal Josip Bozanic, de Zagreb (Croacia).
Asimismo, y ésta es una novedad importante, seis nuevos miembros laicos han sido nombrados para formar parte del Consejo del IOR, entre los cuales el actual presidente Jean-Baptiste de Franssu, el alemán Clemens Boersig, la estadunidense Mary Ann Glendon y el inglés Michael Hintze. En breve serán nombrados los otros dos.
Resalta la ausencia de personalidades italianas en el nuevo organigrama del Banco Vaticano. No hay que olvidar que también durante las congregaciones cardenalicias precónclave de marzo de 2013, los purpurados de todo el mundo subrayaron que los escándalos (corrupción, fuga de noticias y de documentos privados, luchas de poder, etcétera) que caracterizaron la parte final del pontificado de Joseph Ratzinger, eran "un caso italiano".
Por lo tanto, parece evidente que la reforma está encaminada a "des-italianizar" las instituciones financieras de la Santa Sede, a causa precisamente de esos escándalos que han involucrado, también a nivel penal, a personalidades eclesiásticas italianas.
Significativa a este respecto fue la respuesta del cardenal Pell a quien preguntó el porqué de esta ausencia. "No somos el Vicariato de Roma, somos la Iglesia Universal"... "Y como tal, precisó, tenemos que hablar, con la voz de diversas culturas y experiencias".
En otras palabras, todo parece indicar que el "pacto" establecido antes y después de este pontificado, de reducir considerablemente el número (y por lo tanto el peso) de los italianos en la Curia, ya está siendo aplicado.
http://www.oem.com.mx/elsoldetoluca/notas/n3459475.htm
BANCO VATICANO SERA CONTROLADO POR NUEVA SECRETARIA DE ECONOMIA
Organización Editorial Mexicana
10 de julio de 2014
Jorge Sandoval G
Corresponsal
CIUDAD DEL VATICANO. (OEM-Informex).- Prosigue la difícil, pero necesaria reforma del sistema económico-administrativo de la Santa Sede, comenzando por el "IOR", más conocido como el Banco Vaticano, que por lo pronto ha cambiado a su presidente y ha formado un nuevo Consejo de administración, en el que destaca la significativa ausencia de italianos. El nuevo Banco será controlado por la recientemente creada Secretaría de Economía, una especie de Ministerio del Tesoro, presidida por el cardenal australiano George Pell, auténtico "hombre fuerte" del nuevo sistema económico del Estado del Papa, y a quien todos tendrán que rendir cuentas.
La reforma atañe también a los medios de comunicación del Vaticano, para lograr una más atenta racionalización administrativa y económica, es decir, reducir los costos, pero con un consistente reforzamiento de los canales digitales.
Es evidente, sin embargo, que los reflectores estaban, y están, apuntados hacia el aspecto económico-financiero.
Y ello porque el Banco Vaticano, primero con Benedicto XVI y ahora con Francisco, está siendo sometido a una compleja obra de reestructuración, de transparencia, de verdadera "limpieza" en sus estructuras y en las personas, protagonista en el reciente pasado de graves escándalos y acusado inclusive de lavado de dinero.
No hay que olvidar que el Colegio cardenalicio, durante las congregaciones previas al cónclave que eligió a Francisco, estableció que una de las principales prioridades del futuro jefe de la Iglesia católica era precisamente la de reformar la curia y en este ámbito el "IOR".
"Queremos convertir al Vaticano en un modelo de servicio financiero en vez de causa de escándalos", subrayó en conferencia de prensa el cardenal Pell.
La completa reestructuración del "IOR" necesitará todavía de un cierto tiempo, pero el primer paso, importante, ha sido dado con el nombramiento del francés Jean-Baptiste de Franssu, quien sustituye al alemán Ernst von Freyberg, quien había sido nombrado por Benedicto XVI poco antes de su renuncia (febrero de 2013). El motivo oficial de este cambio es que el economista francés, contrariamente a Freyberg, podrá dedicarse "a tiempo completo" en esta obra de reestructuración y limpieza.
El papa Francisco, debidamente aconsejado, decidió mantener la Comisión cardenalicia encargada hasta ahora de vigilar sobre la acción del IOR, integrada por el cardenal Santos Abril y Castello (arcipreste de la Basílica papal de Santa María Mayor), el cardenal Thomas Christopher Collins (arzobispo de Toronto, Canadá), el cardenal Pietro Parolin (Secretario de Estado), el cardenal Christoph Schonborn (arzobispo de Viena, Austria) y el cardenal Jean-Louis Tauran (presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso). A estos cinco purpurados se agregará el cardenal Josip Bozanic, de Zagreb (Croacia).
Asimismo, y ésta es una novedad importante, seis nuevos miembros laicos han sido nombrados para formar parte del Consejo del IOR, entre los cuales el actual presidente Jean-Baptiste de Franssu, el alemán Clemens Boersig, la estadunidense Mary Ann Glendon y el inglés Michael Hintze. En breve serán nombrados los otros dos.
Resalta la ausencia de personalidades italianas en el nuevo organigrama del Banco Vaticano. No hay que olvidar que también durante las congregaciones cardenalicias precónclave de marzo de 2013, los purpurados de todo el mundo subrayaron que los escándalos (corrupción, fuga de noticias y de documentos privados, luchas de poder, etcétera) que caracterizaron la parte final del pontificado de Joseph Ratzinger, eran "un caso italiano".
Por lo tanto, parece evidente que la reforma está encaminada a "des-italianizar" las instituciones financieras de la Santa Sede, a causa precisamente de esos escándalos que han involucrado, también a nivel penal, a personalidades eclesiásticas italianas.
Significativa a este respecto fue la respuesta del cardenal Pell a quien preguntó el porqué de esta ausencia. "No somos el Vicariato de Roma, somos la Iglesia Universal"... "Y como tal, precisó, tenemos que hablar, con la voz de diversas culturas y experiencias".
En otras palabras, todo parece indicar que el "pacto" establecido antes y después de este pontificado, de reducir considerablemente el número (y por lo tanto el peso) de los italianos en la Curia, ya está siendo aplicado.
http://www.oem.com.mx/elsoldetoluca/notas/n3459475.htm