El pasado jueves 5 de noviembre, en la ciudad de Campana los jóvenes de Our Voice se manifestaron en contra de los acuerdos nucleares que se están firmando entre Argentina y China. En medio de múltiples manifestaciones en todo el país en contra de las megas granjas de cerdos, el eje de la protesta había quedado por fuera del eje nuclear, aun cuando el acuerdo se había iniciado en el 2014 con ese propósito.
“Venimos esta tarde en representación del Movimiento internacional de jóvenes Our Voice, no solo para hacer una denuncia a nivel local en esta zona donde la gente es indiferente y por lo tanto hipócrita, sino a todo el resto del país que cuando hablan del medio ambiente siempre se olvidan mencionar la actividad nuclear que aquí muy cerquita se está desarrollando”.
Solo basta recordar que Chernobyl fue detectado en medio del secretismo soviético recién cuando la nube radioactiva llegó a Suecia, a más de mil kilómetros de distancia. Los reactores nucleares Atucha 1 y 2, y próximamente el Hualong One Chino, operaran a tan solo 80 km de Buenos Aires, que es la zona más densamente poblada de la Argentina y a menos de 100 km de la costa Uruguaya. Sin consenso de ninguna de esas poblaciones el proyecto nuclear avanza impunemente. Según las estadísticas del ministerio público de salud de Ucrania, al día de hoy son 2,5 millones de personas tratadas por enfermedades graves relacionadas al accidente de Chernobyl, de las cuales 500 mil son niños. Aun hoy cada año continúan naciendo más de 3.000 niños con enfermedades letales porque la población adulta continua transfiriendo inevitablemente sus marcadores genéticos dañados por la radioactividad a sus hijos, los cuales nunca se van a poder recuperar.
“Salvo muy pocos han levantado la voz, en contra del Hualong One, que quieren traer a Zárate, aun cuando los acuerdos nucleares son anteriores y funcionan como una llave del resto de los negociados que hoy se discuten. Celebramos la lucha a nivel nacional contra las granjas porcinas, las cuales son en sí mismas un peligro y que por supuesto adherimos. Pero nos entristece la falta de conciencia respecto a lo nuclear y el peligro que las generaciones que vienen van a tener que afrontar por nuestra permisividad, tibieza y cobardía. No hay ningún argumento válido para aceptar lo nuclear, sin embargo nuestros gobernantes van obnubilados como zombis sin tener en cuenta al peligro que nos exponen. No nos dejemos manejar por gente demente que intenta decidir por nosotros, sin ningún otro criterio que repetir como loros lo que dicen los lobistas, a los que sin querer les dan de comer. Lo industria nuclear es una de las industrias extractivas más letales, siendo la minería de uranio a cielo abierto la más peligrosa de todas las minerías posibles. Asambleas de compañeros hoy continúan en pie de guerra en nuestra cordillera y Patagonia porque están amenazados por los proyectos mineros para abastecer las centrales que operan acá muy cerca, desde Zarate".
Además de no renovable, el uranio tiene un horizonte de extracción muy cercano haciendo que en unas pocas décadas, sea cada vez más difícil la extracción, por lo que los yacimientos se volverían cada vez menos rentables. Algo similar a la industria del petróleo con el fracking, las arenas bituminosas o las plataformas offshore, el recurso escasea y se vuelve cada vez más compleja y absurdo seguir sosteniéndolo.
“Es muy importante decir en el medio de tanta ignorancia que la huella de carbono de la minería de uranio es muy superior a la de las alternativas renovables. Argentina debido a su falta de política pública en renovables, hoy tiene un gran retraso frente al resto del mundo, por haber apostado durante décadas a lo nuclear. Debido a su gran variedad geográfica, toda la producción de electricidad hoy podría estar siendo reemplazado por energías limpias que no necesitan de un mercado de combustibles y que son 4 o 5 veces incluso más baratas que la nuclear. Además del peligro, lo nuclear es una gran estafa que vivimos en medio de una de las crisis económicas más graves y difíciles. Por lo tanto pedimos directamente la disolución de la CNEA (Comisión Nacional de Energía Atómica). No es posible, ni normal que en el cuerpo del Estado exista un organismo que nos ha llevado a una encrucijada casi imposible de salir. Nos ha dejado siete minas de uranio abandonadas sin remediar, el acuífero del puelche que es el segundo más importante después del guaraní, contaminado con radiación y con el problema de la basura radioactiva que se acumula a orillas del Paraná. Y que continuará, salvo que elijan sacrificar algún otro lugar dentro del país, para trasladar la basura producida por más de 40 años”.
El problema de la acumulación del combustible gastado, es el mismo que se repite a lo largo del mundo y se seguirá repitiendo porque no existe, ni existirá solución posible. Hoy Alemania tiene programado apagar sus reactores pero al mismo tiempo miles salen a protestar por el traslado de la basura nuclear de Seafiled que ingresa a su territorio. En Fukushima además de la fusión del núcleo, se están enfrentando a las barras de combustible usado y que al igual que en Atucha, se fueron acumulando sin solución desde hace décadas.
“Japón ya ha sucumbido con Fukushima. Son muchas las extensiones de su territorio que han quedado inhabitables por más de 100 años pero nadie habla de ello. Mientras nos estamos manifestándonos acá, continúa el debate para decidir cuándo es el momento, en el que inevitablemente largaran toda el agua radioactiva acumulada al océano. En Corea, cuyas costas son las más expuestas, se viven días dramáticos en los que su población ruega para no recibir una devastación radioactiva que los afectaría de por vida junto a sus recursos costeros. Pero claro, eso a nadie le importa!”.
“A la indiferencia de la gente, se le sumara la falacia del discurso pro nuclear en el contexto del cambio climático. El mayor problema de supervivencia que vamos a tener que afrontar en los próximos tiempos, son las decenas de potenciales Chernobyls y Fukushimas que viviremos en simultáneo, cuando los parques nucleares, que por necesidad de refrigeración constante, están instalados a orillas y mares inundables, pierdan acceso y posibilidad de mantener la infraestructura de los sistemas auxiliares que la sostienen y evitan los accidentes. Proponer la energía nuclear en este momento clave y definitivo para la humanidad, como alternativa para el cambio climático, además de estúpido es criminal. Cada uno de esos reactores hoy es una bomba de tiempo, y la cuenta regresiva para un colapso civilizatorio está en marcha”.
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*Fotos del Movimiento Our Voice