VENEZUELA Y GRUPOS INDIGENAS CHOCAN SOBRE UNA SUPUESTA MASACRE
martes 4 de septiembre de 2012
RIO DE JANEIRO (Reuters) - Venezuela y grupos indígenas están conversando sobre una supuesta masacre en una aldea en la selva del Amazonas, después de que el Gobierno venezolano dijera que no encontró pruebas de un ataque.
Un grupo que representaba a la tribu yanomami dijo la semana pasada que mineros de oro brasileños habían cruzado la frontera y habían atacado una aldea desde un helicóptero. Añadió que el asalto había dejado más de 70 muertos.
RIO DE JANEIRO (Reuters) - Venezuela y grupos indígenas están conversando sobre una supuesta masacre en una aldea en la selva del Amazonas, después de que el Gobierno venezolano dijera que no encontró pruebas de un ataque.
Un grupo que representaba a la tribu yanomami dijo la semana pasada que mineros de oro brasileños habían cruzado la frontera y habían atacado una aldea desde un helicóptero. Añadió que el asalto había dejado más de 70 muertos.
Aunque el ataque supuestamente ocurrió en julio, la tribu alertó recientemente al Gobierno debido a la lejanía y aislamiento de su región, junto a la larga frontera con Brasil, en la densa selva.
Responsables oficiales venezolanos dijeron que los sobrevuelos realizados durante el fin de semana en la zona los llevaron a creer que las acusaciones eran falsas.
"Podemos decirle al país que no se encontró evidencia de ninguna muerte", dijo la ministra de Asuntos Indígenas de Venezuela, Nicia Maldonado.
Grupos de defensa de los derechos de los aborígenes y algunos políticos locales criticaron al Gobierno, diciendo que sacó conclusiones de manera prematura.
Lo remoto de la región, y las costumbre nómades de la tribu yanomami, hacen poco probable que los responsables oficiales pudiesen haber encontrado el lugar exacto donde habrían ocurrido los ataques, dijeron. Incluso los nativos, sostienen, necesitan de varios días para moverse entre los asentamientos en la región.
En un comunicado colectivo, 11 tribus -incluidos los yanomami- y grupos activistas en favor de sus derechos dijeron que no se podía decir que no hubiera pruebas y presionaron al Gobierno para que siga investigando.
Liborio Guarulla, un indígena venezolano y gobernador de Amazonas, el sureño estado donde se habría producido el ataque, acusó al Gobierno de "movilizar recursos" sólo para acallar el tema.
Para algunos altos cargos, las acusaciones de un ataque de agresores extranjeros, con armas y explosivos desde un helicóptero, son difíciles de creer.
Los atacantes no sólo necesitarían recursos, conocimiento y familiaridad con un terreno que no es fácil desde acceder desde las alturas, también necesitarían conocimientos sobre los hábitos y ubicación de los yanomami, quienes viven en pequeños grupos y cambian de asentamientos frecuentemente.
El general Rafael Zambrano, comandante de la unidad del Ejército venezolano responsable de la región, dijo que sería algo extremadamente difícil de hacer. En una entrevista telefónica, Zambrano dijo que una pequeña patrulla de soldados sigue revisando la zona.
Expertos en la cultura yanomami dijeron que su solicitud de una investigación es inusual debido a que la tradición tribal rechaza hablar de los muertos.
"El que ellos estén haciendo estas acusaciones es una medida de lo grave que es el problema", dijo Marcos Wesley de Oliveira, coordinador regional del programa de pueblos indígenas en el Instituto Socioambiental, un grupo activista brasileño.
La tierra natal de la tribu a ambos lados de la frontera ha estado bajo creciente presión de mineros ilegales de oro y otros forasteros en las décadas recientes.
Responsables oficiales venezolanos dijeron que los sobrevuelos realizados durante el fin de semana en la zona los llevaron a creer que las acusaciones eran falsas.
"Podemos decirle al país que no se encontró evidencia de ninguna muerte", dijo la ministra de Asuntos Indígenas de Venezuela, Nicia Maldonado.
Grupos de defensa de los derechos de los aborígenes y algunos políticos locales criticaron al Gobierno, diciendo que sacó conclusiones de manera prematura.
Lo remoto de la región, y las costumbre nómades de la tribu yanomami, hacen poco probable que los responsables oficiales pudiesen haber encontrado el lugar exacto donde habrían ocurrido los ataques, dijeron. Incluso los nativos, sostienen, necesitan de varios días para moverse entre los asentamientos en la región.
En un comunicado colectivo, 11 tribus -incluidos los yanomami- y grupos activistas en favor de sus derechos dijeron que no se podía decir que no hubiera pruebas y presionaron al Gobierno para que siga investigando.
Liborio Guarulla, un indígena venezolano y gobernador de Amazonas, el sureño estado donde se habría producido el ataque, acusó al Gobierno de "movilizar recursos" sólo para acallar el tema.
Para algunos altos cargos, las acusaciones de un ataque de agresores extranjeros, con armas y explosivos desde un helicóptero, son difíciles de creer.
Los atacantes no sólo necesitarían recursos, conocimiento y familiaridad con un terreno que no es fácil desde acceder desde las alturas, también necesitarían conocimientos sobre los hábitos y ubicación de los yanomami, quienes viven en pequeños grupos y cambian de asentamientos frecuentemente.
El general Rafael Zambrano, comandante de la unidad del Ejército venezolano responsable de la región, dijo que sería algo extremadamente difícil de hacer. En una entrevista telefónica, Zambrano dijo que una pequeña patrulla de soldados sigue revisando la zona.
Expertos en la cultura yanomami dijeron que su solicitud de una investigación es inusual debido a que la tradición tribal rechaza hablar de los muertos.
"El que ellos estén haciendo estas acusaciones es una medida de lo grave que es el problema", dijo Marcos Wesley de Oliveira, coordinador regional del programa de pueblos indígenas en el Instituto Socioambiental, un grupo activista brasileño.
La tierra natal de la tribu a ambos lados de la frontera ha estado bajo creciente presión de mineros ilegales de oro y otros forasteros en las décadas recientes.