11/04/17
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), advirtió que hay cerca de 12 millones de colombianos en riesgo por las amenazas de inundaciones en la actual temporada de lluvias en Colombia.
El organismo basa su alerta en 22 mapas departamentales y municipales a escala realizados por el Centro Nacional de Modelación en los dos últimos años (CNM), que está adscrito a la subdirección de Hidrología de dicho Instituto.
“Las inundaciones -recordó- son fenómenos hidrológicos recurrentes potencialmente destructivos, que forman parte de la dinámica de evolución de una corriente”.
Estas se producen por “lluvias persistentes y generalizadas que generan un aumento progresivo del nivel de las aguas, contenidas dentro de un cauce superando la altura de las orillas naturales o artificiales, ocasionando un desbordamiento y dispersión de las aguas sobre las llanuras de inundación y zonas aledañas a los cursos de agua normalmente no sumergidas”.
Las inundaciones lentas son las que ocurren en las zonas planas de los ríos y con valles aluviales extensos, los incrementos de nivel diario son de apenas del orden de centímetros (entre 10-15 cm/día).
Este tipo de inundaciones reporta afectaciones de grandes extensiones, pero usualmente pocas pérdidas de vidas humanas, el tiempo de afectación puede fácilmente llegar a ser del orden de meses, en Colombia el ejemplo más claro es la región de la Mojana y los valles aluviales de los grandes ríos como Magdalena y Cauca, en el norte del país.
El otro tipo de inundación es las llamadas crecientes súbitas, que fue la que ocurrió en la víspera en el municipio de Mocoa, capital del departamento del Putumayo, en la frontera con Ecuador, que dejó más de 238 muertos, de acuerdo con cifras oficiales.
Las áreas de afectación son menores, pero el poder “destructivo es potencialmente mayor y cobra el mayor número de vidas cuando se presentan, responden rápidamente a la ocurrencia de fuertes precipitaciones en las partes altas de las cuencas.
Además se presentan incrementos de nivel que están entre uno y cinco metros, en pocas horas, y el tiempo de permanencia de estas inundaciones en las zonas afectadas son igualmente cortos (horas o pocos días), estas se presentan en todas las cuencas de alta pendiente de la región Andina principalmente, como es el caso de Mocoa.
Según el IDEAM, los cuerpos de agua del territorio colombiano (ríos, lagunas, lagos ciénagas, etc) cubren el 1.7 por ciento de la geografía nacional. Las zonas inundadas periódicamente alcanzan un 12 por ciento del país y se extienden al 28 por ciento en épocas con excesos de precipitación.
El 28 por ciento de la población está expuesta a un alto potencial de inundación y el 31 por ciento a una amenaza alta y media por movimientos en masa, asociados a crecientes súbitas.
El 12 por ciento del territorio nacional se encuentra localizado en áreas con una mayor susceptibilidad a inundarse. Estas áreas se concentran principalmente: en el oriente del país, en las llanuras bajas de las cuencas de la Orinoquía y la Amazonía.
También en los valles aluviales en las regiones Caribe y Pacífica, asociados con el río Magdalena, la depresión Momposina, los valles de los ríos Sinú y Alto San Jorge, y en las tierras bajas cercanas al río Atrato, en el Chocó, y los deltas de los ríos San Juan, Telembí, Patía y Mira.
Los valles interandinos, principalmente de los ríos Cauca y Magdalena, incluida la Sabana de Bogotá, son zonas que están en riesgo de inundaciones.
Los departamentos con mayor población expuesta a inundaciones son Valle del Cauca, Atlántico, Cundinamarca, Magdalena, Antioquia, Córdoba, Cesar, Cauca y Meta. A nivel municipal, Bogotá, Cali y Barranquilla son los municipios con más alta población ubicada en zonas de mayor potencial de inundación.
El estudio del IDEA, sugirió “mejorar la precisión de este tipo de modelos para una mayor definición e implementación de políticas de gestión del riesgo”.
Sin embargo, agregó, “aún con los mejores modelos de inundación y de predicciones climáticas, siempre existirán grandes niveles de incertidumbre, por lo tanto es necesario considerar medidas de control y manejo que sean robustas y suficientes para los diferentes escenarios.
El estudio explicó que es importante entender “que los ríos y planicies de inundación son ecosistemas sujetos a cambios derivados de su dinámica natural”.
Los afluentes “han sufrido impacto por la presencia humana que han repercutido en su evolución geomorfológica e hidrológica. Estos impactos se manifiestan en afectaciones a los servicios ecosistémicos que estos sistemas hídricos ofrecen con sus ciclos de inundación relacionados con su capacidad de regulación, renovación y distribución de sedimentos, fertilización de territorios”.
Así como el suministro de agua y oferta paisajística que referencia valores y manifestaciones culturales. “Por ello es importante devolver al rio sus función, territorio y dinámica”, añadió.
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