El proyecto, nacido en Le Marche, desembarcó en la región gracias al entusiasmo de los jóvenes
Por Beatrice Boccali - 07 de julio del 2017
‘Our Voice’ dio sus primeros pasos en Le Marche. En el 2013 algunos chicos decidieron, casi por diversión, crear un espectáculo para sus padres, enfocado en la lucha contra la mafia. No pasó mucho tiempo antes de que se dieran cuenta del potencial oculto del proyecto y fue así que los jóvenes empezaron a actuar en numerosas escuelas y en diversos eventos con el objetivo de atraer la atención de sus compañeros.
De hecho, el objetivo principal de 'Our Voice', siempre fue eliminar de las nuevas generaciones el parásito de la indiferencia que impide los cambios. Si los jóvenes se unieran bajo ideales comunes entonces se crearía la seguridad de un futuro diferente. Estos, de hecho, tendrán un día la responsabilidad de decidir por el conjunto de la sociedad, tendrán la posibilidad de elegir si desean continuar con lo que se está haciendo o cambiar para mejor. El grupo estaba en auge, pero necesitaba expandirse y exponerse en frentes más amplios.
Al mismo tiempo, si se hubieran trasladado 550 kilómetros al norte, en el Friuli habrían encontrado a muchos jóvenes con la voluntad y el deseo de actuar, de hacer algo concreto. Habrían encontrado a jóvenes que están cansados de quejarse y que llevan dentro el deseo de cambiar, de renovarse y hacer oír su voz. Informarse, conocer, es importante, pero para estos jóvenes no fue suficiente, no fue suficiente para quedarse en casa delante de las noticias de la televisión por la noche o por la mañana en el bar frente al periódico.
En diciembre del 2016, durante un evento en Cormons, en el que el grupo marchigiano había llevado su espectáculo 'El arte mata a la mafia', el destino nos unió casi fatalmente. Frente a una pizza servida a horas tardías nació la idea que hizo la diferencia: en Friuli debía nacer un nuevo grupo 'Our Voice'. Fue la revolución que el proyecto estaba esperando, la novedad que lo llevaría a superar los límites oceánicos expandiéndose en América del Sur, en Uruguay y Argentina.
El movimiento cultural que estaba tomando forma ya no podía ocuparse sólo del aspecto antimafia, sino que debía luchar contra todos los males de la sociedad. Era necesario empezar a informar a las nuevas generaciones acerca del potencial que les había sido confiado, la posibilidad de construir un mañana mejor. Un objetivo tan alto sólo podría ser llevado adelante con la unión de muchos jóvenes ligados por los mismos ideales, a pesar de las distancias y de las diferencias. Como ha sido.
En los primeros meses del 2017 se acercan, interesados en el proyecto, numerosos niños de todas las edades y de diversas capacidades. Recientemente se ha creado un espectáculo sobre la indiferencia, que fue representado por primera vez el 3 de junio en el teatro Palmanova. En el escenario estaban todos los niños italianos y también cuatro jóvenes llegados directamente desde Argentina, específicamente desde la ciudad de Rosario.
Muchos son ahora los eventos en los que hemos participado como grupo, uno de los últimos fue la proyección de la película 'A Very Sicilian Justice' (Una Justicia Muy Siciliana, ndt) el sábado 17 de junio en Fiumicello. Película centrada en la figura del juez Antonino Di Matteo, quien tiene a su cargo el proceso sobre la tratativa Estado-mafia, que tramita en Palermo. Un justo que fue amenazado de muerte en varias oportunidades, y que si no está lo suficientemente protegido por el apoyo de las instituciones, pero por encima de todo por el de los ciudadanos, puede tener el mismo fin de Falcone y Borsellino.
Por esta razón, el 17 de julio todos vamos a estar presentes en Palermo, para dar una señal objetiva de nuestra proximidad al magistrado, y para enviar un enérgico mensaje a los poderes mafiosos de la ciudad. No necesitamos otros héroes-mártires, queremos que la gente que pelea por la verdad y por la justicia siga viva y luchando para construir un Estado mejor cada día.
Entre los próximos eventos, a finales de julio y principios de agosto, se organizará aquí, en Friuli, una conferencia sobre las vacunas con la participación de oradores a favor y en contra. El evento no tiene el objetivo de convencer sobre la validez o no de las vacunas, pero servirá para profundizar el estudio del nuevo decreto, que viola la libertad de elección. Se nos ha pedido participar con nuestro espectáculo para mostrar que los jóvenes no somos sólo números, ni estadísticas, que tenemos también una voz y una opinión.
Otro frente muy activo, e indispensable cuando se trata de atraer la atención de los más jóvenes, es el de los temas sociales, que nos permiten llegar a las personas que no pertenecen a nuestra zona de actividades y que así tienen la oportunidad de saber más acerca de nosotros desde otro lugar.
Hay muchos proyectos e ideas para el futuro que esperan el momento de ser desarrollados. Pero todos deben pasar, invariablemente, por el escrutinio de un objetivo común muy claro: hacer que las generaciones más jóvenes sean conscientes de las dificultades y los problemas de nuestra sociedad. Esto se debe a que, una vez identificados los límites, podremos operar en consecuencia quitando primero el consenso que les da vida y, posteriormente, trabajando por el cambio.
No es suficiente con quejarse y esperar a que alguien mejore las cosas para nosotros. Es necesario que cada uno tome la responsabilidad de arremangarse y actuar. El fracaso no es una opción porque al haber por lo menos intentado ya hemos honrado el ideal, lo que nos diferencia del resto de las personas. Por último, me gustaría traer una cita de San Agustín: "Son malos tiempos, dicen los hombres. Vivan bien y los tiempos serán buenos. Nosotros somos los tiempos".
Extraído de: ilfriuli.it
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