Por Horacio González
¿En qué difiere un Ministerio de Modernización de un Ministerio de Propaganda o un Ministerio de Automatismo de las Conciencias? ¿Quiénes lo componen? ¿Dónde se reúnen? ¿Cómo hablan? ¿Qué horarios frecuentan? Algo, muy poco, sabemos de ellos. Porque en verdad, ofrecen un espectáculo nuevo. Despiden científicamente a empleados públicos, con un procedimiento que tiene varios pasos, que cumplen con rigor profesional y con la fatídica fe racional de los Cruzados. Primero generan un pánico indefinible, disgregan a la comunidad laboral con acusaciones groseras, en cuyo centro colocan injurias como las que pocas veces recibieron los trabajadores en este país.
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