
En una nueva improvisación, el Gobierno negocia ahora de apuro con la CGT su parche al impuesto a las ganancias. A eso lo ha condenado el Congreso poseído por el peronismo, que lo acaba de estafar otra vez, pese a todas las Banelco institucionales que se pusieron en juego. En las sombras, cada grupo negocia su ventaja o su prebenda.
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