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soniaEN CONTRA DE LA POBREZA UNA NUEVA CONCIENCIA REVOLUCIONARIA
Miseria y Pobreza. Entre justicia global y acción social
Palermo (Italia) 1 de Febrero de 2014
En un mundo tan absurdo como el nuestro, cansada a veces por mis propias limitaciones, en determinados momentos me encuentro invadida de repente por el deseo de querer salir de mi misma y de observar la vida desde lo alto. Como una espectadora. Cierro los ojos. Respiro profundamente. Y comienzo a percibir esa sensación que me invade cada vez que me encuentro en un avión: observar las cosas desde un punto de vista más amplio. Mientras ese rudimentario, pero de todos modos útil, velívolo se eleva hacia lo alto, todo comienza a parecer más pequeño, cada vez más pequeño. De repente, los pueblos y las ciudades parecen ser los hormigueros que a menudo observo en los campos, curiosa por la perfecta lógica de esta laboriosa y constructiva civilización. Desde esta altura los hombres se vuelven invisibles, prácticamente inexistentes, mientras que todavía se pueden ver, cada vez más a lo lejos, las construcciones de cemento y de ladrillos. Pero frente a mis ojos aparece cada vez más majestuosa la belleza de la Tierra, que parece estar pintada por un gran artista, con sus ilimitadas formas e infinitos matices de variados colores, formas que por momentos son suaves y en otros momentos más duras, abrazadas por el elemento principal del cual está compuesta: el agua. El agua, el elemento más unificador, que une la tierra con el mar y el aire en un encantador círculo de vida. La veo pasar bajo forma de impetuosos océanos, tranquilos lagos, alegres arroyos, arrolladores ríos y torrentes, o bajo forma de glaciares permanentes que pincelan de blanco las altas cumbres rocosas, o aún en forma de nubes claras y ligeras que parecen danzar empujadas por el soplido de los vientos, en las formas más disparatadas y divertidas, u oscuras, que amenazan con inminentes tormentas. Se que con el pensamiento no tengo límites y entonces quiero ir más alto, aún más alto, cada vez más alto. Ahora que el encantador planeta azul está debajo de mis ojos. Observo la luna y un ilimitado espacio diamantado por una infinita cantidad de Estrellas. Pienso. Reflexiono. Llegan a mi mente imágenes, sensaciones y emociones que se traducen en palabras. Cosmos. Universo. Galaxia. Sistema Solar. Planetas. Equilibrio. Armonía. Paz. Alegría. Evolución.
Luego observo a mi encantador planeta, bellísimo, maravilloso. ¿Cómo se puede crear algo tan hermoso? Me pregunto. Desde aquí arriba todas las guerras, las violencias, lo absurdo de nuestro mundo desaparecen, de la misma forma que desaparece el hombre con su locura. Desde aquí arriba lo único que veo es esa, mi casa, nuestra casa. Una casa de las más hermosas del universo, quizás la más hermosa ¡quién sabe! Desde aquí todos nuestros problemas parecen absurdos, carentes de todo sentido. Y cuando mi pensamiento se proyecta nuevamente hacia adentro, esa increíble sensación de Paz desaparece de inmediato en una contraposición de percepciones diametralmente opuestas. Nuevas palabras se superponen a las anteriores. Tierra. Sociedad. Desolación. Tristeza. Sufrimiento. Violencia. Miedo. Involución.
Regreso con un gran pesar. Pero con el ímpetu de querer dar lo máximo de mi misma para intentar cambiar algo. Para mejor. El pensamiento de querer dejar como herencia para nuestros hijos una sociedad de este tipo es algo que literalmente me aterroriza. No lo acepto. Rechazo categóricamente este pensamiento. Creo que cada uno de nosotros es culpable y por lo tanto responsable de alguna forma de la situación planetaria. Con la escusa de “¿Pero, qué puedo hacer yo? ¡Yo no puedo cambiar al mundo!” Nos escondemos detrás de nuestras míseras comodidades cotidianas culpando continuamente a los demás y convirtiéndonos así en varios “Pilatos” del Tercer Milenio. ¡Es culpa de quienes gobiernan! ¡Es culpa de quienes tienen el poder! ¡Es culpa de los ricos! ¡Es culpa de los pobres! En fin, siempre es culpa de alguien más, que no somos nosotros. En cambio estoy segura de que si cada uno de nosotros aspirara siempre a algo más grande: “Quiero dar cada día el máximo de mi mismo porque quiero que el mundo cambie”, las cosas cambiarían realmente, pero significaría estar dispuestos a destinar todo nuestro tiempo libre a esa causa. A veces me pregunto: “¿Pero realmente nos interesa el futuro de nuestros hijos?”
Estoy segura de que el pueblo del “BIEN” (definámoslo así. Porque el pueblo del bien existe y posee talentos maravillosos), el pueblo de los valores éticos y morales, el pueblo de la justicia para los demás, para los sectores más débiles de la sociedad, de lo necesario para todos y lo superfluo para nadie; superara sus preconceptos mojigatos y sus descalificadores prejuicios y se uniera en un profundo sincretismo de valores, este pueblo podría salir vencedor. Saldría vencedor porque el verdadero poder le pertenece precisamente al pueblo. Por dicho motivo el poder constituido intenta adormecerlo y mantenerlo aturdido bajo el efecto del humo de los falsos valores: dinero, éxito, prevaricación, sexo, perversión, droga, apatía, egoísmo, creando continuamente la división entre los hombres.
Porque el ciudadano tiene que pensar, el ciudadano tiene que servir al sistema y asumir que esta forma de vivir es “normal”. El Poder sabe que la Unión de los hombres es la única arma capaz de provocar el derrumbe del sistema y de liberar al pueblo de la esclavitud. Porque es precisamente el pueblo el que le da fuerza y vida.
Con esta “visión desde lo alto” regreso a la Tierra con una claridad que en parte me desconsuela. Reflexiono sobre algunas analogías. Quienes forman parte del “mal” (entendido como la contraposición con los valores que hemos definido como Bien) están dispuestos a sacrificar todo por sus propios intereses. A su madre, a sus hijos, así como las cosas más preciosas de su vida. El mal mantiene la unión con todos aquellos que tienen los mismos objetivos, el poder, la riqueza, es por ello que los ricos se vuelven cada vez más ricos y los poderosos cada vez más poderosos. Porque el poder está unido y es fuerte para luchar por su causa.
Lamentablemente eso no ocurre en el “bien”. En el mundo hay una gran cantidad de buenas personas, inteligentes, creativas, generosas, hay movimientos, asociaciones que trabajan por causas justas, que luchan cada día por los principios de la solidaridad y la justicia social, pero su radio de acción no deja de ser restringido, limitado porque hay un problema y es que el “BIEN” no logra superar: LA DIVISIÓN.
En el mundo existen dos bandos de personas: uno que se interesa por su ventaja personal y sin escrúpulos está dispuesto a todo con tal de mantener su estado de poder “Cuanto más tengo más quiero. E incluso quiero todo lo que tú tienes”. El otro es el que en cambio desearía una sociedad diferente y que lucha por intentar salvaguardar el medio ambiente, la especie animal, por defender a los justos y por apoyar las causas justas, pero no se une con sus pares, y por lo tanto no obtiene grandes resultados. De alguna forma la matriz siempre es el egoismo que crea personalismo, egocentrismo, protagonismo.
Luego hay un gran volumen de personas que no eligen de qué parte estar. Viven. Digamos que vegetan. Pero al no tomar una posición en la vida se convierten automáticamente en cómplices, además de esclavos, del sistema criminal que los tiene prisioneros.
Lamentablemente las personas que han entendido las reglas del juego no son muchas pero a pesar de ser pocas por el simple hecho de haber comprendido cómo son las cosas, son consideradas potencialmente peligrosas porque son libres de pensamiento y por lo tanto son incontrolables en sus acciones. En otras palabras son revolucionarias, es decir, potencialmente capaces de provocar una rebelión del pueblo en contra del sistema.
“Miseria y Pobreza. Entre la justicia global y la acción social” es el título del evento realizado el pasado 1 de Febrero en la ciudad de Palermo (Sicilia). Un seminario organizado por “Solidarietà e Cooperazione CIPSI”, una institución nacional que agrupa treinta asociaciones, de la cual forma parte nuestra FUNIMA International, que trabaja en el campo de la solidaridad internacional, en el ámbito del proyecto “Challenging the Crisis – Desafiar la crisis” y que tiene como objetivo crear un network europeo de jóvenes que administran y promueven una campaña de información y sensibilización sobre temas como la justicia global y el desarrollo.
No por casualidad el evento tuvo lugar en el corazón de la capital siciliana, exactamente en las cercanías del mercado popular del barrio de Ballarò, en la Biblioteca “Le Balate”. Una zona considerada de alta densidad mafiosa, caracterizada por una profunda degradación social en un estado de mucha pobreza. Y nos encontramos en Italia, el séptimo País en el ranking de los más ricos del mundo.
El simposio, moderado con gran pasión por Ilaria Signoriello en representación del CIPSI y por Marco Baravalle de FCRE, comienza.
La mirada viva y atenta de los jóvenes, procedentes de varias partes de Italia, que han adherido al seminario sigue constantemente a los oradores que se suceden desde la mañana temprano en interesantes y exhaustivas exposiciones.
El economista Riccardo Petrella, profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, describe en una clarísima ponencia, con datos y estadísticas oficiales en mano, la situación mundial resaltando la neta distinción de la población dividida entre dominadores y dominados. “Los dominadores nos dicen que somos desiguales” explica el profesor, “las clases dirigentes ya no creen que los ciudadanos son todos iguales, pero diferencia es igual a desigualdad y en el derecho a la vida no puede existir la desigualdad”.
Petrella es uno de los promotores de la Campaña DIP (Declaremos Ilegal la Pobreza) que apunta a obtener en 2018 (70º aniversario de la Declaración universal de los derechos del hombre en las Naciones Unidas) una resolución de la Asamblea General de la ONU que declare ilegales las leyes, las instituciones y las prácticas sociales y colectivas que generan y alimentan los procesos de empobrecimiento en los diferentes Países y regiones del mundo. Exactamente como cuando los pueblos declararon que la esclavitud era ilegal.
El Dr. Petrella se detiene en la explicación del hecho que una civilización que ha perdido la gratuidad de la vida es una civilización que ha involucionado y por dicho motivo es indispensable la eliminación del derecho de propiedad privada del suelo, ya que la tierra es un bien común. “Debe existir una igualdad en la propiedad de los bienes comunes, todos tienen que tener gratuitamente una casa y el agua”, sostiene el profesor, impulsando a los jóvenes a llevar a la práctica acciones concretas porque para obtener esos derechos es necesario que los ciudadanos se informen, se unan participando en las campañas sociales que reclaman el respeto de los derechos más elementales de la vida de un hombre, ya que no habrá ni justicia ni libertad si los ciudadanos no se convierten en parte activa de la sociedad. “Han creado las fábricas de la pobreza aunque nosotros no hemos nacido pobres, pero todos nos hemos empobrecido” continúa Petrella “pero el conocimiento es gratuito” le dice a los jóvenes exortándolos a informarse y a no caer en la trampa de las políticas de gobierno que delegan la gestión del poder público a los Estados más ricos del mundo, que de hecho se reduce a un puñado de criminales que gobiernan nuestra sociedad humana. “Las estadísticas hablan claro”, afirma el profesor citando un reciente informe de la FAO que establece que sería suficiente una cifra equivalente a 3.000 millones de dólares al año, asignados a lo largo de diez años, para poder resolver definitivamente el problema del hambre en el mundo. “¡Pero lamentablemente no disponen de esta cifra!” Exclama con ironía el economista, “mientras que hace poco lograron encontrar 47.000 millones de dólares para salvar a los bancos... Este sistema económico es un robo legalizado” denuncia Petrella “... hoy vivimos en las ciudades mercado en las que los dominadores tienen poder sobre la legalidad y donde los dominados tienen que soportar porque no tienen voz ni voto... Pensad que en los textos de economía no aparece la palabra derecho, a excepción de cuando se habla de derecho de propiedad privada... Entonces tenemos que empezar a pensar distinto, tenemos que dejar de pensar en nuestra casa y pensar en cambio en nuestra ciudad” concluye el profesor “porque si no cambiamos esta forma de ver las cosas no cambiaremos nunca nada”.
A la clara e incisiva exposición del Dr. Petrella siguió la del Fiscal Sustituto Francesco Del Bene, quién se encuentra en ejercicio en la Fiscalía de la República del Tribunal de Palermo, uno de los cuatro magistrados del pool que está celebrando el delicado proceso judicial sobre la negociación Estado-mafia. Retomando el discurso del profesor de economía sobre el exponencial crecimiento de los pobres en el mundo el juez les explica a los jóvenes que es precisamente el actual sistema de poder el que pretende dicha situación. De esta manera el Dr. Del Bene entra en el corazón del problema que se inserta plenamente en su actividad específica de magistrado para poder explicar la existencia del fenómeno mafioso desde el nacimiento de nuestra primera República. En un cuadro clarísimo el Juez realiza un excursus histórico deteniéndose posteriormente en la descripción de la nueva conformación de las asociaciones mafiosas de nuestro País, Cosa Nostra Siciliana, ‘Ndrangheta Calabrese, Camorra napolitana y la Sacra Corona Unita de la región de la Puglia que, a diferencia de lo que muchos pueden llegar a creer, no se limitan a hacer negocios solo en su territorio, sino que todo lo contrario, a esta altura ya se han infiltrado de manera capilar tanto en el Norte como en el Sur de nuestra pobre Italia. “Las cifras de los negocios de los clanes mafiosos son exorbitantes”, asegura Del Bene, citando especialmente las ganancias provenientes de la venta de droga en Italia, y sobre todo en el extranjero. “Han hecho creer a la gente que ellos están de su parte” continúa el magistrado hablando de los hombres de mafia, explicando que la ausencia del Estado, sobre todo en el Sur del País, ha permitido que los boss mafiosos puedan asumir el rol de “puntos de referencia” para la gente, a quienes poder dirigirse en los momentos de necesidad. Pero en realidad, subraya el Fiscal, los hombres de la mafia siempre han cumplido la función de hacer el trabajo sucio del poder, de las instituciones corruptas: “Hoy el enorme poder económico de los clanes” continúa “les permite dominar el poder político o hacer pactos con el mismo”.
Del Bene explica que el fenómeno mafioso se arraiga en situaciones en las que hay falta de cultura, falta de conocimiento, ligadas además a las condiciones económicas difíciles. El Fiscal Sustituto culpabiliza de esto a la Iglesia Católica por no haber luchado en contra de las injusticias perpetradas en perjuicio de sus propios fieles, manteniéndolos en la ignorancia, mortificando sus derechos con eneseñanzas devastadoras, como la que dice que “los comunistas se comían a los niños” mientras que “la Iglesia jamás embanderó la frase: La mafia da asco”. Del Bene explica que una institución religiosa como la católica, presente capilarmente en todas las ciudades, incluso en las más pequeñas de nuestra Nación, y teniendo así el control absoluto del territorio italiano, habría podido, si así hubiera querido, cambiar radicalmente la situación quitándole hombres a la mafia”.
“El subdesarrollo económico ha creado vastos sectores de la población que pasan grandes necesidades” afirma el magistrado “sectores a los que la mafia les garantizaba la ayuda, en vez del Estado. “Por lo tanto la pobreza ha permitido que la organización mafiosa crezca”... y la economía ilegal ha comenzado a entrar en la legal, metiéndose en las diferentes actividades. Del Bene explica que por lo tanto el sistema mafioso se ha arraigado en todas las religiones, en las administraciones de los consejos comunales, en las actividades empresariales, etc. “Ahora os pregunto” dirigiéndose a los jóvenes “¿quién tiene el dinero en esta crisis para seguir adelante? El sistema mafioso” responde él mismo y continúa: “Y es aquí donde entra en juego su rol con la política, estableciendo sus directivas. En un determinado momento la organización mafiosa dio vuelta a la relación con la nueva clase política que se estaba formando después de ‘tangentopolis’*” continúa el magistrado, afirmando que precisamente por los grandes capitales que Cosa Nostra tiene en su poder comienza a dejar de estar subordinada a la política y a hablar al mismo nivel con los hombres de las instituciones y, es más, a menudo a ser ella la que dicta las reglas. El Dr. transmite a los jóvenes cuál es la importancia que tiene el juicio que se está celebrando sobre la negociación entre el Estado y la mafia, en el que los magistrados están buscando precisamente las pruebas de estas relaciones entre política, mafia y sistema económico y que en pos de sus intereses se organizaron los atentados del ’92 y ’93, después de los cuales nació la segunda República. “La segunda República nace sobre bases tan graves” dice el Fiscal “que vosotros, jóvenes, tenéis que seguir investigando y tratar de saber siempre la verdad para poder entender”. Del Bene ilustra el cuadro político italiano en el período posterior a los atentados, la entrada en juego de Berlusconi, que a esta altura es más que claro, que era muy cercano a hombres pertenecientes a Cosa Nostra, así como también lo era Dell’Utri a la misma organización criminal. “La negociación ha sido comprobada” aclara el magistrado a los chicos “y el término negociación ha sido utilizado por dos carabinieri mientras estaban siendo interrogados en el proceso judicial y no por nosotros, los magistrados” recuerda el Fiscal, describiendo luego a los jóvenes cómo la mafia se ha insertado en la sociedad contando como ejemplo la historia de jugadores de fútbol muy famosos esponsoreados por las organizaciones criminales. “El tejido económico de nuestro país” continúa explicando el Juez “es sucio porque se alimenta del tejido económico ilícito. Mantener el estado de pobreza de la gente es fundamental para que la criminalidad tenga más fuerza.”
Del Bene cuenta: “Yo trabajo en la zona del barrio Zen de Palermo, y he descubierto que los derechos fundamentales no existen. Casa, agua, luz. Para tener una casa en ese barrio uno se tiene que dirigir a la familia mafiosa que manda en el mismo, las casas están ocupadas en forma abusiva por hombres de la mafia que luego las entregan por 10.000 euros a la gente. Luego llega un ‘administrador del condominio’ y por 10 euros por mes garantiza la provisión de gas, agua y luz”. Ahora en este tiempo de crisis ha regresado una vez más el slogan: ¡es la mafia la que da trabajo! Pero ¿es posible?” Pregunta el magistrado a los jóvenes para luego adentrarse en el cuadro internacional del problema, que ve “enredos de intereses convergentes entre política, economía y mafias que mantienen intencionalmente la pobreza de los Países. Las mafias internacionales, como por ejemplo los carteles mejicanos, hacen negocios transoceánicos... el fenómeno mafioso de la criminalidad económica se ha internacionalizado a tal punto que es difícil de combatir. Es una lucha desigual que incide en las elecciones económicas de muchas naciones”. El magistrado concluye repitiendo el discurso inicial sobre las graves responsabilidades de la Iglesia, recordando al Padre Puglisi, un gran sacerdote que había logrado quitar gran parte del consenso social a la mafia y que por ese motivo fue asesinado, un ejemplo de cómo los hombres de la iglesia habrían tenido que actuar en contra de este cáncer que ha arruinado a nuestro País: “... os aseguro” concluye el magistrado “que si todos los sacerdotes hubieran hecho lo mismo muchas cosas habrían podido ser evitadas porque una batalla se gana con cientos y cientos de educadores, de magistrados, de sacerdotes, de profesores, de periodistas, que educan”. Con la verdad”.
Hombres integérrimos que quieren buscar y decir la verdad. Desnuda y cruda tal como se presenta. La interesante ponencia del Dr Del Bene, uno de los hombres bajo la mira del poder político mafioso, ha aclarado perfectamente el papel de la criminalidad organizada en nuestro País y en el mundo concluyendo con un llamado a la urgente necesidad de ser verdaderos educadores. Se inserta aquí la exposición de la Dr. Donatella Natoli, una mujer, profesora, que ha dedicado su vida a ejercer la medicina y trabajar a nivel social y político, convirtíendose en una de las protagonistas de la sociedad civil palermitana. Fundadora de la biblioteca que alberga el seminario, vice presidenta de la APS (Asociación de Promoción Social) “Le Balate”, habla a los jóvenes presentes sobre su experiencia y sobre las importantes actividades desarrolladas por la Asociación para desterrar la pobreza y la miseria a partir de la cultura, de la formación de los niños y de los jóvenes del barrio de Albergheria, ejemplo de las “nuevas periferias del mundo”.
“Hay 10.000 chicos en Palermo que necesitan dinero pero sobre todo necesitan una esperanza” comienza diciendo la Dr. “y según nuestra opinión este no es un buen momento” continúa “porque sus padres ya no están tan seguros del camino que seguirán. Por lo tanto creo que tenemos que aprovechar este momento para ayudar y educar a estos jóvenes porque ellos son un punto de fuerza para la mafia, en cambio nosotros tenemos que ayudarlos a convertirse en un punto de fuerza para la sociedad”. Natoli continúa recordando que “otro sector de la comunidad civil al que hay que apuntar son las mujeres: Nuestras mujeres son muy jóvenes” revela la Dr. “madres que pasan necesidades e  inventan algo todos los días para tener la posibilidad de enviar a sus hijos a la escuela vestidos dignamente para que no sean discriminados y que quizás tienen que llevarle algo de comer a sus maridos que se encuentran en la cárcel. Son mujeres sensibles al cambio porque necesitan mucha ayuda”. Donatella explica como en cuatro años de actividad al lado de estas mujeres han logrado que se graduaran en la escuela secundaria obteniendo un diploma para poder encontrar trabajo. Posteriormente expone la gran cantidad de ideas sobre la posibilidad de realizar actividades creativas y laborales que puedan arrancar a muchos jóvenes de los brazos de la mafia: “Existen micro- actividades muy útiles y tenemos que aprovecharlas para los adolescentes” pero al ver la gran cantidad de ideas y el enorme deseo de hacer, de actuar, de ayudar llevan a Natoli a concluir su presentación con una pregunta muy simple: “¿Pero porqué la municipalidad de Palermo no toma la situación en sus manos?” Preguntas que no encuentran respuesta o que si la encuentran se trata de respuestas muy amargas como para aceptarlas.
Luego de un apetitoso buffet ofrecido por las mujeres de la Asociación comienza una vez más el seminario, en la segunda parte de la jornada. Los jóvenes ocupan sus lugares. Solo ellos son quienes abren una ventana de aire fresco para nuestras vidas. Llega el turno de un joven siciliano Francesco Amato, editor graduado en Roma, quien junto a su amigo decidió desafiarse a sí mismo así como las graves problemáticas del Sur y entre la necesidad de irse y el deseo de regresar decidió volver a su ciudad, Palermo, para crear una nueva revista: IL PALINDROMO que posteriormente se convirtió en una Editorial. “Il Palindromo nació como una revista” nos explica Francesco “pero en realidad pretende ser un medio de inserción cultural. Nosotros no somos más que simples selectores de las cosas en las que creemos y a su vez las proponemos”. Francesco es el ejemplo de un joven para los jóvenes y muestra cómo el entusiasmo, la fuerza de voluntad, el creer en sí mismos y en las propias potencialidades es un poder contagioso, portador de grandes frutos que atraen nuevas fuerzas. Francesco explica que a la publicación de la revista progresivamente se comenzaron a agregar actividades como eventos culturales, presentaciones, conciertos y muestras organizadas con el conservatorio y la academia de música siciliana. “También hemos publicado una colección sobre temas de mafia con la asociación ‘Addio pizzo’ titulada: Sabes, la mafia no me gusta” concluye Francesco “la memoria no puede ser un fin en sí mismo porque no sirve para nada”. Y son precisamente estos jóvenes quienes nos enseñan que hacer memoria significa aprender del pasado para cambiar el futuro.
Y es precisamente la memoria histórica la que nos recuerda que las verdaderas revoluciones y los verdaderos cambios siempre han comenzado desde abajo, desde la rehabilitación de los más carenciados, desde la fuerza de los últimos. La unión de intenciones por encima de prejuicios y preconceptos lleva a la verdadera victoria. Laicos y religiosos llevados por un objetivo común: Justicia Social.
Don Franco Monterubbianesi, es el fundador de la Comunidad Nacional de Capodarco que está presente, hoy, en Italia, en 14 ciudades y 11 regiones y de la cual forman parte cientos de personas entre colaboradores, chicos comprometidos con el servicio civil, trabajadores sociales y voluntarios. Una asociación que se encarga de asistir a las personas que viven situaciones muy problemáticas. Don Franco ha trabajado toda su vida de manera incansable por la insersión social y laboral de personas con discapacidades, asistiendo a los más necesitados, a personas discapacitadas física y psíquicamente, y a jóvenes, menores, drogadictos, inmigrantes, enfermos psiquiátricos. “Jóvenes” dice Don Franco “que son una gran esperanza para el futuro, pero que a su vez necesitan encontrar nuevamente la esperanza, a través de una sociedad que sea capaz de dársela. La pasión de Don Franco ha llevado a la comunidad a expandirse, convirtiéndose en la Comunidad Internacional de Capodarco, una organización no gubernamental solidaria, que se propone dar respuesta a los problemas de los pobres y de los marginados de los Países menos desarrollados con proyectos en Albania, Kosovo, Rumania, Brasil, Ecuador, Guatemala, Camerún y Guinea-Bisáu. Bajo esta óptica se encuadra la actividad desarrollada por Don Monterubbianesi, la idea es de llevar a cabo finalmente el proyecto de la Asociación “Ritorno alla Terra” (Regreso a la Tierra) de la ciudad de Servigliano para la creación de granjas sociales: grupos locales en los que se ponga en práctica el valor comunitario del “después de nosotros”, lugares de inclusión social, cuyos promotores y realizadores tendrán que ser ante todo jóvenes del territorio. “Podemos liberar a la sociedad del empobrecimiento si luchamos junto a los pobres” dice Don Franco “las casas de asistencia con las que sueño son casas en las que estén juntos los jóvenes con los discapacitados, tenemos que poner a la economía al servicio de las personas más débiles de la sociedad”. El sacerdote misionero transmite la necesidad de sentir la indignación de la cual luego nace el valor para afrontar los males del mundo. Transmitirles a los jóvenes la importancia de volver a la tierra, a la agrigultura de la Pacha Mama. “También trabajamos en Sudamérica” continúa Don Franco “para ayudar a que su esperanza se concrete y ahora sueño con una Europa diferente. Con una agricultura social abierta a los más débiles, a los prisioneros, a los discapacitados, a los drogadictos, a los depresivos. El desarrollo agrícolo es un gran desafío para estos Países europeos. ¡Tenemos que promover actividades de inclusión para crear perspectivas, construir centros vitales para recibir a los carenciados, tenemos que hacer una red, tenemos que hacer una red!” El entusiasmo de Don Franco contagia a quienes los escuchan. Pero se siente llamado a responder a las palabras pronunciadas por el Fiscal durante la mañana con respecto al silencio de la Iglesia en cuanto a los graves hechos mafiosos ocurridos en la historia antigua y en la reciente. Expresa su esperanza en el nuevo Papa Francisco, Don Franco, pero continúa: “Todo lo dicho en el Evangelio es revolucionario y nosotros somos traidores del Evangelio” dice al hablar del “Escándalo de la Cruz” como él define la Crucifixión de Cristo, un deicidio del cual la Iglesia y sus fieles tienen que redimirse imitando al Evangelio.
Los verdaderos sacerdotes se reconocen por sus obras y por la humildad, pero al mismo tiempo fuerza y valor que los caracterizan, como a Don Franco y al Padre Cosimo Scordato, este último un sacerdote de la comunidad de San Saverio, en el barrio de Albergheria, a pocos pasos de aquí, que se encuentra presente entre los jóvenes que escuchan. El mensaje de estos verdaderos servidores de Cristo termina siempre con el gran optimismo dictado por esa fe que lleva a creer y a trabajar por un mundo mejor que tiene que llegar.
Es cierto. Quienes hayan leído atentamente el Evangelio pueden darse cuenta de que se trata de un texto que habla de un hombre revolucionario que vino al mundo hace 2000 años. El mayor revolucionario de la historia de todos los tiempos. Una persona que desea progresar en su evolución no puede no enamorarse de este maravilloso Hombre de Galilea porque fue Él el ejemplo vivo de los valores que el hombre tendría que personificar para poder construir una sociedad feliz sostenida por los valores supremos de Justicia y Verdad. Porque solo con base en estos valores puede nacer y vivir el verdadero Amor.
Es por ello que sacerdotes o laicos, creyentes o no creyentes, que viven imitando el Evangelio son considerados revolucionarios, no podría ser de otra manera. No es compatible, en esta sociedad, el “tranquilo vivir” con las enseñanzas del Evangelio.
Giorgio Bongiovanni, hombre marcado por una profunda experiencia místico-espiritual, hoy se encuentra presente en este evento, en calidad de periodista antimafia. Y más precisamente Director de la revista Antimafia Duemila. Y así como los sacerdotes en su misión exaltan el sagrado valor del amor y de la misericordia de Cristo, él exalta el de la Justicia, que igualmente está muy presente en el Evangelio. “Soy optimista” comienza diciendo Giorgio Bongiovanni “porque aquí con nosotros, en esta sala de la biblioteca, se encuentran dos sacerdotes de Cristo, Padre Cosimo y Don Franco, que nos recuerdan la presencia de Jesús Cristo, hijo de Dios, el Mesías. Yo soy cristiano y por ello creo que Él mantendrá la promesa de Su segunda venida a la Tierra para establecer un nuevo reino de paz, hermandad, amor y justicia. Pero también sé que antes de esto tendremos que pasar por un gran sufrimiento, una gran tribulación y tenemos que saber conquistar esta paz, hermandad y amor”.
Bongiovanni habla de la Ley que gobierna el universo que es la ley de causa y efecto, citando algunos pasajes del Evangelio en los que Jesús Cristo habla de este concepto. “En la Tierra existen alrededor de 4.000 millones de pobres, quizás más”. Continúa: “¿Pero porqué tenemos 4.000 millones de pobres? Porque falta Amor. ¿Pero porqué falta Amor? ¿Porqué hay odio y violencia que nacen de la sed de poseer. ¿Pero porqué esta sed de poseer? Porque en la Tierra falta un valor fundamental que es la justicia. En la Tierra hay ejemplos extremos de amor, que van de los santos hasta los mártires del cristianismo, de la antimafia, etc... Por lo tanto en la Tierra hay pobreza porque hay injusticia”. Bongiovanni les explica a los jóvenes que siempre es importante comprender las causas de un problema para poder eliminar los efectos. Entonces si se establece que la causa de este grave problema de nuestra sociedad es la injusticia tenemos que trabajar y luchar para que la justicia sea respetada, comenzando por nuestros Gobiernos”. El periodista recuerda que ningún Gobierno pone como primer punto de su agenda el tema de la justicia, que por lo general queda relegado a los últimos puestos. “¿Pero porqué justicia? Les pregunta a los jóvenes “porque justicia significa igualdad, justicia significa que ya la palabra rico o pobre es un grave acto de racismo, de marginación” continúa Bongiovanni destacando que “todos somos responsables del hecho que en el mundo el 2 % de las personas cuenten con el 80 % de toda la riqueza mundial. En el mundo existen cien familias que poseen una riqueza de miles de millones de euros; 100 millones de personas... que cuentan con un patrimonio equivalente a decenas de millones de euros, 800 millones de personas que cuentan con un patrimonio de millones de euros. Por lo tanto estamos hablando de 100 millones y algo más de personas que poseen el patrimonio mundial. Luego hay alrededor de 2.000 millones que pertenecen a la clase media, aquella en la que nosotros estamos insertos, más o menos, en el sentido de que tenemos una casa, calefacción, un coche, trabajo (para quienes aún lo tienen). El resto de la población mundial, alrededor de 4.000 o 5.000 millones de personas en el mundo vive en estado de extrema pobreza. Esto es precísamente porque las personas que he nombrado antes explotan el patrimonio de los recursos mundiales en desmedro de todas las demás. En este contexto podemos decir que las organizaciones criminales están compuestas por la gran minoría de la población mundial. Por ejemplo la mafia siciliana cuenta con 5000 afiliados y sin embargo esta gente tiene el poder de oprimir a 5.000 millones de personas. ¿Pero según vuestra opinión porqué es así? Es simple, porque tienen dinero, poseen la riqueza ilícita”.
Bongiovanni continúa subrayando que la ‘Ndrangheta tiene el monopolio mundial de occidente (no de oriente en donde hay otras organizaciones criminales) y que simplemente la ganancia de las mafias italianas de cada año equivale a 150.000 millones de euros (que corresponde a la ganancia de diferentes empresas multinacionales italianas), dinero en efectivo y en negro. “Con cifras de esta magnitud las mafias logran penetrar en las instituciones, en el empresariado, logran corromper a los ciudadanos comunes” afirma el director y luego continúa: “El fenómeno ya no es simplemente italiano, sino que es un fenómeno internacional. Las organizaciones criminales se han organizado mucho antes de la caída del muro de Berlín, mucho antes de que naciera la globalización, mucho antes de que naciera la unión europea, mucho tiempo antes de que naciera el euro, ellos ya habían creado una especie de confederación de mafias a nivel mundial”. Bongiovanni explica además que los poderes criminales, constituidos por las familias más ricas del mundo y por las mafias, gracias al dinero en efectivo que poseen “`pueden chantajear a Naciones enteras, a Gobiernos enteros y cuando no llegan a un acuerdo es allí cuando ocurren los atentados, las tragedias”. El director recuerda que todos los ciudadanos tenemos que ser partícipes de la vida política para poder cambiar las cosas, que tenemos que informarnos y dar nuestro voto (único instrumento democrático real con el que contamos) para hacernos representar por hombres transparentes y no corruptos: “Es cierto que tenemos que ayudar a los demás, estar al lado de los pobres, pero si no entendemos las causas del porqué hoy hay tanta cantidad de pobres en el mundo, podremos mejorar ligeramente solo el efecto pero si no vamos directamente a la causa, el problema persistirá por siempre. En este momento estamos siendo gobernados por una economía criminal, porque el 60 o 70% de la economía global es de naturaleza ilícita. Esto significa que los dueños de la economía mundial son criminales y por lo tanto ponen en práctica sus valores, la posesión, el egoísmo, el enriquecimiento, el abuso, etc. ¿Pero de qué se sirven para hacer esto? Además de las guerras y de los atentados en casos excepcionales se sirven generalmente de la política, de quienes tienen las instituciones en sus manos”.
Bongiovanni continúa explicando que, más allá de Berlusconi o de algún otro elemento, la mayoría de las personas que nos gobiernan no son personas criminales, pero que seguramente están comprometidas en las manos de un sistema criminal. El director se detiene para remarcar la importancia del proceso judicial que se está celebrando en Palermo, sobre la negociación Estado-mafia, que ha sido constantemente obstaculizado por los máximos exponentes de nuestro Gobierno, por la Iglesia, por la policía, por los carabinieri y hasta incluso por la magistratura. “Solo lograremos salir de los problemas de la pobreza, del abuso, de la desocupación, de las enfermedades, de la guerra y de la corrupción, cuando conozcamos la verdad”, afirma Bongiovanni “Nuestros sacerdotes nos enseñan que Jesús dijo ‘Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres, pero libres de verdad’. Si yo sé que quienes gobiernan nuestro País son personas transparentes puedo esperar en que se puedan eliminar la pobreza, la desocupación y tener un sistema social que sea más practicable, basado en la igualdad, pero si se que todavía somos gobernados por gente criminal y asesina seguiremos perdiendo todas nuestras batallas, podremos asistir a cientos de jóvenes, a miles, pero no resolveremos el problema y nuestro País no cambiará. Entonces tenemos que erradicar el cáncer que está en los cargos de mando, tenemos que saber en manos de quién está el Banco de Italia, quién es el Presidente del Consejo, quién compone los partidos mayoritarios y también los de la oposición, tenemos que hacer desaparecer de nuestras instituciones a las personas condenadas. Tenemos que actuar a nivel social, es nuestro deber, así como lo estamos haciendo, quienes hoy nos encontramos aquí esta tarde formamos parte de asociaciones humanitarias, pero tenemos que trabajar además para conocer la verdad de aquellos que nos gobiernan y tenemos que transmitir la información verdadera a los ciudadanos, apoyando a los magistrados que han sido aislados, como Nino Di Matteo. Pero ¿por qué quieren asesinar a Nino Di Matteo? Porque él, junto a los demás magistrados como Francesco Del Bene, que hoy está aquí presente, están realizando una investigación que es capaz de hacer caer a nuestro Estado y a todo el sistema relacionado con el mismo. Tenemos que luchar por la verdad porque solo conociendo la verdad podremos ayudar mejor a los pobres y si esta verdad nos hace mal porque involucra a mi padre, a mi madre, o a mi hermano, por amor a la verdad tenemos que afrontar la vergüenza y decir la verdad. Decir la verdad sobre nuestros gobernantes y sobre los altos cargos de nuestras instituciones hasta que logremos tener un Parlamento limpio, una magistratura limpia, instituciones transparentes, una Iglesia transparente en sus altos cargos. Solo en el momento que en nuestra sociedad se inculque el valor de la legalidad la pobreza será derrotada. A mi también me gusta el Dios de la justicia, aquel que cuando se enoja provoca el diluvio universal, aquel que cuando se enoja azota con cadenas a los mercaderes del templo, a mi me gusta amar a este Señor Jesús Cristo y ruego que regrese con Su justicia”.
Los mayores revolucionarios han cambiado el curso de la historia. Hombres considerados herejes porque eran imcomprendidos por su filosofía o por su genialidad creadora de grandes descubrimientos innovadores que podrían llegar a abrir las conciencias de la gente. El nuestro siempre ha sido un País de grandes contradicciones, un País capaz de dar a luz a grandes santos y al mismo tiempo a mentes diabólicas, de educar a grandes hombres para luego tener el coraje de asesinarlos con sus propias manos.
En una fría mañana de invierno, en Roma, el 17 de Febrero de 1600, un gran filósofo de la región de la Campania, considerado culpable de herejía por la Santa Inquisición, fue quemado vivo en la hoguera, en la plaza de “Campo dei Fiori”. Un hombre que se oponía a las formas perversas del poder de aquel tiempo, a la hipocresía católica, al oscurantismo dogmático, un hombre que había abierto nuevas fronteras de pensamiento en toda Europa, inspirando una nueva filosofía. Una mente libre que obstaculizaba el control de las conciencias pretendido por el poder temporal de la Iglesia de aquel tiempo. Un gran revolucionario que aceptó esa muerte con tal de no traicionar la Verdad, esa verdad que ya estaba en el corazón de muchos jóvenes estudiantes que cambiarían los acontecimientos futuros.
“Nos guste o no, somos nosotros la causa de nosotros mismos. Naciendo en este mundo, caemos en la ilusión de los sentidos; creemos en lo que parece. Ignoramos que somos ciegos y sordos. Entonces se nos viene encima el miedo y nos olvidamos que somos Divinos, que podemos modificar el curso de los acontecimientos”.
Giordano Bruno
Sonia Alea
Palermo (Italia)
27 de Febrero de 2014

* Tangentopoli:
http://www.antimafiadosmilargentina.com/index.php/italia/corrupcion/6203-veinte-anos-de-manos-limpias

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