EL PAPA FRANCISCO A LOS MAFIOSOS: “CONVERTÍOS”por Lorenzo Baldo - 21 de marzo 2014 (Fotos y Video)
El encuentro del pontífice con los familiares de las víctimas de la mafia en la jornada de la memoria y del compromiso. Don Ciotti: “No dejemos solo a Nino Di Matteo!”
Roma. Empieza la primavera. Y como todos los años, en este día de marzo, don Luigi Ciotti reúne a cientos de familiares de víctimas de la mafia para recordar y continuar juntos un compromiso en común. Esta vez es una ocasión particular: el fundador de la Asociación Libera ha organizado el encuentro con el papa Francisco. En la iglesia de San Gregorio VII la emoción es palpable. Don Luigi se acerca a padres ancianos, a los hijos y a los hermanos de muchas víctimas de la mafia. Para cada uno tiene una sonrisa, una caricia, un beso, una oración.
Entre las muchas asociaciones que están presentes está la de los familiares de las víctimas del atentado de Punta Raisi el 23 de diciembre del 1978, así como la asociación nacional familiares víctimas de la mafia presidida por Sonia Alfano, hija de Beppe Alfano, que está sentada entre los bancos junto a su familia. Y son los más de 900 nombres de todos estos mártires “los verdaderos protagonistas”, nombres de hombres, mujeres, niños que “nos duelen dentro de nuestras conciencias”.“No siempre la Iglesia ha demostrado atención hacia las víctimas de las mafias y al fenómeno de la criminalidad organizada –subraya don Ciotti-, no han faltado, de hecho, excesos de prudencia y de subestimación, pero por suerte ha habido también mucha luz: el grito profético de Juan Pablo II en el Valle de los Templos y la exhortación de Benedicto XVI en Palermo, cuando nos pidió: “no cedáis a las sugestiones de la mafia, que es un camino de muerte. Las mafias, la corrupción, la ilegalidad, la violencia asesinan la esperanza y son estas esperanzas quebradas o sofocadas las que queremos compartir hoy”.
“Pensábamos encontrar un padre, nos hemos encontrado con un hermano, hermano Francisco”, agrega el
presidente de Libera. “Gracias. Gracias por habernos recibido. Es un momento que hemos esperado y deseado mucho. Las personas que están aquí tienen historias y referencias diferentes, pero tienen en común la necesidad de verdad y de justicia: una necesidad que para muchos aún está viva. Representan sólo una parte de los familiares de las víctimas de las mafias que son muchas, muchas, muchas más”.“Es una lista larga –dice con pesar- y en esta lista están también 80 niños, como Domenico Gabriele, el pequeño Cocò (Giuseppe Iannicelli) y el otro día, Domenico (Petruzzelli, ndr)”. Le escucha con los ojos que le brillan la hermana de Simonetta Lamberti, asesinada en el 1982 a la edad de 11 años. “Hay personas que se han encontrado por casualidad en medio de un tiroteo –prosigue-, hay muchos justos, personas que están de parte de los que ayudan a buscar la verdad, personas libres y leales que no se han dejado doblegar por las dificultades”.
“Querido papa Francisco –dice el presidente del Gruppo Abele-, el 70 % de los familiares de las víctimas de la mafia no conoce la verdad, o quizás la conoce sólo en parte. Pienso en Attilio Manca, Antonino Agostino, Ilaria Alpi y Miran Hrovatian”. No falta un sentido llamado para apoyar a los jueces que están en primera línea amenazados por la mafia. “¡No tenemos que dejarles solos a los magistrados más expuestos – añade con fuerza- digo un nombre entre muchos otros: Nino Di Matteo! Un estruendo de aplausos se eleva de inmediato. Algunos representantes de los familiares de las víctimas empiezan a leer los nombres de las víctimas.
Está también Rosaria Costa, la viuda del agente de escolta de Giovanni Falcone, Vito Schifani. Su grito de entonces “os perdono pero arrodilláos” vibra todavía hoy en la Catedral de Palermo, como si los funerales de hace 22 años por las víctimas del atentado de Capaci se repitieran al infinito. Hoy esta mujer está aquí después de haber hecho una nueva vida y de haber vencido un tumor. Se acerca al altar y lee algunos nombres, después agradece a Jesús por haberla sostenido en todos estos años. Y esa misma fe que mueve las montañas da vida también a Angelina Manca, la madre de Attilio, el joven urólogo de Barcellona (Sicilia) asesinado en el 2004, entre los nombres que lee está también el de su hijo, por un instante su mirada se pierde entre las navadas de la iglesia, pero después termina la lectura con una leve sonrisa. Sentado al lado de don Ciotti el papa Francisco escucha, completamente absorto. El último en leer es el ex Procurador de Turín Giancarlo Caselli el cual, con profunda convicción, concluye con una “firme promesa de compromiso” hacia todas las víctimas cuyo nombre ha sido recordado, así como hacia aquellos que son aún desconocidos. Un larguísimo aplauso sella esta promesa mientras 
todos los familiares de las víctimas de la mafia se ponen de pie, algunos están visiblemente conmovidos.Toca al papa Francisco tomar la palabra. Se espera con ansia su intervención. Después del agradecimiento inicial dirigido a los familiares presentes por el “testimonio” que han dado, llega el mensaje, tan esperado, dirigido a los mafiosos: “¡Por favor cambiad de vida, convertíos, dejad de hacer el mal!”. “Convertíos –repite papa Bergoglio- para no terminar en el infierno, es lo que os espera si seguís por este camino. Tenéis un padre y una madre, pensad en ellos. El poder, el dinero que tenéis ahora de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos es dinero ensangrentado, es poder ensangrentado y no podréis llevároslo a la otra vida”.
“El deseo que siento es de compartir con vosotros una esperanza: que el sentido de responsabilidad poco a
poco venza sobre la corrupción en todo el mundo y debe empezar en las conciencias y a partir de ahí sanar las relaciones, las elecciones, el tejido social de forma tal que la justicia reemplace la inicuidad”, remarca para terminar papa Francisco. Entre los familiares que después se acercan al pontífice para intercambiar algunas palabras está también Vincenzo Agostino, padre del policía Antonino Agostino, asesinado en el 1989 junto a su esposa Ida Castelluccio. Su rostro, marcado por tanto dolor y enmarcado por una larga barba blanca, resalta entre todos los demás, su llamado de justicia y verdad no conoce barreras y llega hasta el Papa. Antes de concluir esta vigilia de oración don Ciotti entrega al pontífice la estola de don Peppe Diana. El abrazo virtual de todos los presentes sella este encuentro especial, profundamente deseado por el fundador de Libera. La cita es para mañana, en Latina, para la décimo novena edición de la jornada de la memoria y del compromiso.http://www.antimafiaduemila.com/2014032148565/primo-piano/papa-francesco-ai-mafiosi-convertitevi.html
Fotos de la Vigilia de la oración