AGNESE BORSELLINO: LA FUERZA DE LA FIDELIDADPor Lorenzo Baldo - 5 de Mayo de 2013
“Todo lo que me escribes puede llegar a ser realidad. Ayuda a quienes te escuchen a conocer la verdad sobre este dramático despistaje, tan grave que sus autores merecen ser castigados y desenmascarados como aquellos que han armado las manos de los terroristas”. Era el mes de Octubre de 2010, cuando Agnese Borsellino respondía con estas palabras a una carta que le fuera enviada por el ex “picciotto” (soldado de la mafia), Vincenzo Scarantino, en la que se encontraba un explícito pedido de perdón. “Querido Vincenzo – escribía la viuda de Paolo Borsellino -, te honra el hecho de que hayas advertido la necesidad de pedirme perdón, es un sentimiento que acepto”. Sin embargo en su carta la señora Agnese preguntaba cuáles eran los motivos por los cuales Scarantino – considerado en todo sentido como un falso arrepentido – le pedía perdón, cuál “rebelión” había tenido su conciencia, cómo había estado involucrado en el atentado de Via D’Amelio y cuáles eran las personas que lo habían “hecho callar” y que lo habían “amenazado” después de la masacre. “¿Según tu opinión, qué instituciones tenían interés en despistar las investigaciones y porqué?” le preguntaba la viuda del Juez asesinado al ex secuaz de la banda de la “Guadagna”. “Comienza una nueva vida revelando todo lo que sabes a los magistrados de Caltanissetta – continuaba -, los tiempos han cambiado, es de la única forma que te sentirás un hombre libre; cuenta toda la verdad dando pruebas válidas con fines procesales, un verdadero hombre tiene que poseer en todo momento de su vida el valor de sus propias acciones, ya sean malas o buenas, no te rindas ante las dificultades, es de la única forma que te curarás definitivamente de la depresión y honrarás la memoria de un hombre santo como indudablemente fue mi marido Paolo”.
Releyendo estas palabras el amor cristiano y sobre todo la pretensión de la verdad que la señora Agnese encarnaba vuelven a tomar vida. Y es como si esta mujer que tenía una fe inquebrantable volviera a hablarnos. Hasta el último momento en el que pudimos estrechar su mano vimos cómo su espíritu transcendió un sufrimiento humano indescriptible. En el silencio más sagrado de su casa percibimos muy fuerte la vibración de la presencia de su marido, casi como queriéndola acompañar día a día en lo que fue un via crucis que comenzara en la tarde de aquel 19 de Julio de hace 21 años. De la misma manera su sonrisa y su mirada nos devolvieron la imagen de una mujer cuya vida seguirá siendo un ejemplo para todos nosotros, como un impulso para seguir adelante siempre buscando la verdad.
Durante el velatorio del Juez Borsellino, el, en ese entonces Ministro del Interior se acercó a la señora Agnese para decirle que el Estado estaba a su disposición. La viuda del magistrado respondió con firmeza y decisión al Ministro: “El asesinato de mi marido es una declaración de guerra contra mi ciudad. Si hay guerra, que sea una guerra: envíe a los militares para vigilar el territorio y para defender a los objetivos que están en riesgo”. A una distancia de más de veinte años esa guerra sigue en curso y los objetivos que están en riesgo están cada vez más aislados de un Estado-mafia que el mismo Paolo Borsellino había identificado perfectamente.
A cada uno de nosotros no nos queda más que hacer nuestra la batalla de esta extraordinaria mujer para mantener con vida la promesa de Antonino Caponnetto pronunciada el día del funeral de Borsellino. “Querido Paolo – dijo conmovido el ex Jefe del Pool Antimafia – la lucha que has llevado a cabo hasta tu sacrificio tendrá que convertirse en la lucha de cada uno de nosotros. Esta es la promesa que yo te hago, solemne como un juramento”.
Querida señora Agnese, ahora se encuentra finalmente junto a su marido, libre. Proteja a los justos que llevan adelante la obra de justicia de Paolo Borsellino y vele por cada uno de los hijos de esta tierra que sueña con verla “maravillosa” así como él la soñaba.