ABSUELVEN A DOS OFICIALES QUE EN EL 95 NO DETUVIERON A BERNARDO PROVENZANOPor Lorenzo Baldo y Anna Petrozzi – 17 de Julio de 2013
Palermo. En un aula repleta hasta lo inverosímil fueron suficientes unos pocos segundos para declarar absueltos a Mario Mori y Mauro Obinu de la acusación de favorecimiento agravado a Cosa Nostra por no haber capturado a Provenzano en el ’95. A partir de hoy comienzan a contarse los 90 días en los que la Corte de la IV Sección Penal (Presidente Mario Fontana, Conjueces Wilma Mazzara y Annalisa Tesoriere) tendrá que dar la motivación de una sentencia de absolución que como mínimo es ilógica. “El hecho no constituye delito” dice el expediente leído por el Dr. Fontana que a continuación dispuso la transmisión de las actas que contienen las declaraciones de Massimo Ciancimino y del Coronel Michele Riccio a la Fiscalía, “ya que es de su competencia”, para la evaluación de eventuales delitos. Por lo tanto “La omisión de la activación” de todas las investigaciones y “la omisión de la comunicación” a la magistratura habrían ocurrido pero sin que las mismas constituyan un delito.
¿Pero cuál es la compatibilidad entre esta fórmula y el hecho de poder incriminar a Riccio y a Ciancimino? Si por ejemplo la omisión hubiera sido cometida por el mismo Riccio, Mori y Obinu tendrían que haber sido absueltos “por no haber cometido el hecho”. Si en cambio la omisión no hubiera existido entonces tendrían que haber sido absueltos “porque el hecho no subsiste”. Por lo tanto, si en este caso específico la conducta de omisión existió – pero no estuvo presente el dolo de favorecimiento - ¿porqué se transmiten las actas con las declaraciones de Riccio? Este es el punto fundamental que hasta el momento no se explica racionalmente. Habrá que esperar la motivación de la sentencia, y quién sabe si tal vez se pueda leer entre líneas que probablemente el dolo es hijo de una “causa de justificación” relacionada con una razón de Estado. Más allá de las meras especulaciones lo que queda es la amargura por una absolución que inevitablemente provocará reacciones en cadena en el proceso judicial sobre la negociación entre el Estado y la mafia, específicamente en relación a algunos testigos que con sus declaraciones contribuyeron a levantar el velo que se encontraba sobre esa zona gris que ha contaminado durante décadas enteras la vida democrática de nuestro País.
“Respeto la sentencia, pero no comparto ningún pasaje. Es obvio que la impugnaremos”, declaró en caliente el Fiscal Nino Di Matteo. “Estamos amargados – afirmó por su parte Vittorio Teresi –. Ahora se trata de entender los puntos de vista de quienes, como el Tribunal, han analizado los documentos. En todos los procesos judiciales se puede ganar y se puede perder pero las motivaciones son importantes. Hay que ver el razonamiento que hicieron los jueces para considerar que Riccio y Ciancimino no son creíbles, lo explicarán en las motivaciones”. “Este proceso judicial es la demostración de que el Estado no se procesa a sí mismo – declararon algunos exponentes del movimiento de las Agendas Rojas de Salvatore Borsellino presentes en el aula -. Esperábamos que pudiera ocurrir, pero esta vez tampoco ocurrió”. En espera de leer las motivaciones queda comprobado que hay un Estado que está determinado a silenciar, por todos los medios, a todos aquellos que hayan tenido el valor de decir la verdad. A ellos y a los valientes magistrados instructores de este proceso judicial va todo el agradecimiento de la parte sana de nuestro País que hoy en el aula gritó “¡vergüenza!”
Nota:
* En octubre del 1995, el grupo especial de los Carabinieri, ROS, fue informado que Provenzano se encontraría con otra persona cerca del pueblo de Mezzojuso (Palermo). Pero la orden de la operación policial para arrestarlo nunca fue dada por los altos cargos del Ros. Provenzano fue arrestado 11 años más tarde en el 2006).
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