Por Saverio Lodato – 4 de julio del 2019
Las escuchas de Palamara aún no han terminado. Por supuesto, causan sorpresa.
Fueron necesarias varias semanas para descubrir hoy, en el periódico "Il Fatto Quotidiano", que incluso la expulsión de Nino Di Matteo de la "comisión de atentados" de la Fiscalía Nacional Antimafia olía a "azufre". No hay nada mejor, desde el punto de vista literario, que decir que apestaba. Y cómo apestaba.
Y apesta, en general, esta entrega en cuotas de lo "hablado" por Palamara, ya que el buen hombre, en sus conversaciones, tenía el troyano incorporado, una bestia fea que deja escapar todo de inmediato, sin descuentos ni demoras. Así nos enteramos, y sólo hoy, que fue Giuseppe Pignatone, que estaba a cargo de la Fiscalía de Roma, quien le informó en momentos insospechados de la investigación de Perugia en su contra.
¿Es cierto? ¿No es cierto? Bah.
Veremos. Leeremos.
Leeremos, con gran interés, sobre todo las crónicas de los analistas de esos periódicos que hoy acusan el golpe de las revelaciones publicadas por el Fatto. En este punto de la tragedia, fangosa, pero tragedia al fin (la magistratura saldrá de ellaa, sin embargo, la dará vuelta), el nombre de Pignatone, en boca de Palamara que lo lanza con fuerza al juego, no puede dejarse caer en la nada. Y esto incluso los analistas de Pignatone lo entienden por sí mismos. Por lo menos eso se espera. Pero hay otras presiones. Vamos a ver.
Palamara se lamenta – puntualmente interceptado; otra historia, sin embargo, es durante cuánto tiempo se mantuvo esta grabación en los cajones – porque Federico Cafiero de Raho, el fiscal antimafia, incluyó a Di Matteo en la comisión que investiga las masacres del '92 -'94.
Plantearemos la extrañeza de esa disposición a su debido tiempo.
Extraña, por contradictoria.
Un gol en contra anotado apuntando contra el arquero de su equipo.
¿Pero cómo?
De hecho, fue de Raho quien creó la comisión desde cero, confiándola a la dirección de Di Matteo. Con fundamentos en que conocía tanto la materia como a los protagonistas de la tratativa Estado-mafia.
¿Y después? Y después es expulsado, con la acusación de haber revelado secretos en su participación en un episodio de "Atlantide" en La7, por iniciativa de Andrea Purgatori, en ocasión del aniversario de la masacre de Capaci. Disculpas, justificaciones, explicaciones, llámenlo como quieran, que hacían agua por todas partes y que hacen agua todavía hoy.
Se sabe lo siguiente: que Nino Di Matteo recurrió la medida; que 120 magistrados de toda Italia han dicho por escrito que Di Matteo debe ser reintegrado a su lugar; y que más de cien mil italianos siguen firmando la petición de solidaridad lanzada aquí.
Estas son las posibles vías de una respuesta democrática y eso está muy bien.
Sin embargo, demasiadas preguntas exigen respuestas.
¿Qué "sentimiento común" (en el poder judicial, se entiende) expresó Palamara lamentándose de la decisión de De Raho de nombrar a Di Matteo?
¿Qué tiene que ver Palamara con las masacres y la Tratativa Estado-mafia?
¿Qué significa? ¿Alguna vez se han ocupado de ello?
Y de Raho, por pura coincidencia, está en sintonía con Palamara. Qué maravilla.
Pero ¿se consultó a los fiscales que investigan las masacres y quienes quizás – es solo una hipótesis – hablaron a favor de Di Matteo o pidieron su cabeza?
Quizás sean pensamientos maliciosos. Pero hay que admitir que cuando se asiste a una vergonzosa entrega en cuotas de lo "hablado", no es fácil dormir profundamente.
¿Y no saldrá eso de lo otro?
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