Médicos Sin Fronteras abre en Sierra Leona el primer centro para gestantes
Las mujeres son rechazadas por ser muy infecciosas durante el parto
MARIBEL MARÍN Madrid 29 ENE 2015
Adama, de 18 años, ha ganado la batalla al ébola. Contra todo pronóstico. El 8 de enero, cuando ingresó en el centro que Médicos Sin Fronteras (MSF) tiene en Kissy, un suburbio de Freetown, la capital de Sierra Leona, ni siquiera podía hablar. Su debilidad era extrema. Y había un elemento más que invitaba a pensar que iba a caer víctima del virus: estaba embarazada de veinte semanas y la tasa de mortalidad de las gestantes es más elevada que la de la población en general. Pero Adama, que perdió el niño a los cinco días, ha roto una parte de las estadísticas y ya está camino de casa. En realidad, a la de unos familiares. Su marido y su padre murieron de ébola. Su casa está acordonada.
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- PABLO MEDINA