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georges almendrasJair Bolsonaro y Sergio Moro confrontados: ¿juicio político del Presidente en puerta?

Por Jean Georges Almendras-30 de abril de 2020

A partir de una denuncia formulada por el ex ministro de Justicia Sergio Moro, respecto a la intervención política de la Policía Federal, que habría hecho el Presidente brasileño Jair Bolsonaro (para proteger a sus hijos) hizo que un juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) radicara la denuncia correspondiente y en consecuencia un juez (el doctor Celso de Mello) dio un plazo de 60 días para que la Policía Federal (PF) ponga en práctica una instancia de interrogatorio a Moro en torno a sus acusaciones, lo que constituye literalmente, el inicio de una investigación dirigida al primer mandatario y que podría derivar en la apertura de un juicio contra el Presidente o en contrario en una directa acusación contra Sergio Moro, por falso testimonio. Lo cierto es, que ahora, en medio de la pandemia que azota al mundo (y al Brasil, de manera severa) Jair Bolsonaro, presidente de ese país, se encuentra bajo la lupa de la justicia, desatando una serie de especulaciones y además, la división del pueblo, puesto que un porcentaje lo apoya en su gestión de gobierno y rechaza el proceso judicial, mientras que otro porcentaje de brasileños y brasileñas, apoyaría la eventualidad de un juicio político.

Las agencias internacionales -en las últimas horas- dieron a conocer que una vez que Sergio Moro materializó su renuncia apeló a los medios de comunicación, en particular la televisión haciendo público un intercambio de WhatsApp con Bolsonaro en el cual el jefe de Estado parece ejercer presiones pare el remplazo del jefe de la PE, trascendiendo además (en medios de prensa brasileños) que el ex juez y ex Ministro de Justicia dispone de grabaciones de discusiones con Jair Bolsonaro.

En otro orden, el juez que ahora viene entendiendo en el caso, Celso de Mello ha dicho al periodismo: “Los crímenes supuestamente practicados por el Presidente de la República parecen tener íntima conexión con el ejercicio del mandato presidencial” lo que permitiría habilitar la investigación.

La lupa de la Justicia del Brasil tiene como principal cometido esclarecer si Bolsonaro cometió un eventual delito de falsedad ideológica, coacción, prevaricación u obstrucción de Justicia, entre otros delitos.

En este contexto se informó que tomó intervención el Fiscal General Augusto Aras a quien se le deberán entregar las conclusiones de las investigaciones y que en el caso de que Aras halle elementos que respalden la denuncia formal contra Bolsonaro por delitos comunes, corresponderá a la Cámara de Diputados autorizar que la investigación sea llevada a cabo por el STF, materializándose la separación de Bolsonaro del cargo de Primer Mandatario si acaso hasta que se dicte el fallo.

De llegarse a este punto, de hecho significaría el “impeachment” (un juicio político por "crímenes de responsabilidad” en el cumplimiento de sus funciones”) que aprobaría la Cámara de Diputados pero que llevaría a cabo el Senado, tal como aconteció en el caso de Dilma Rousseff en el pasado año 2016.

Cabe consignar que Sergio Moro, uno de los ministros estrella por su rol en la megaoperación anticorrupción denominada “Lava Jato”, presentó su renuncia después de que Bolsonaro destituyera al jefe máximo de la PE, el máximo órgano de investigación que depende del Ministerio de Justicia.

Los descargos de Bolsonaro en relación a todo este asunto se dieron a conocer públicamente, expresando que él podía elegir a quien quisiera en la policía afirmando enfáticamente que “el nombramiento es mío, la prerrogativa es mía y el día que tenga que someterme a cualquiera de mis subordinados, dejo de ser presidente de la República”.

En el otro extremo de la compleja confrontación Sergio Moro aseguró que Bolsonaro le dijo varias veces que quería a alguien dentro del cuerpo que fuera “su contacto personal, a quien pudiera llamar, de quien pudiera obtener información, informes de inteligencia”

Conocida toda esta situación, en el ámbito de la población brasileña, la confrontación resultó inevitable. Según los medios, el 48 por ciento de los brasileños rechazaría el proceso con fines de destitución, mientras que un 45 por ciento lo apoyaría. Las encuestas señalan que un seis por ciento de los entrevistados optó por ponerse en una posición neutral, sin pronunciamiento alguno.

¿Jair Bolsonaro está viviendo acaso una situación que indefectiblemente visibilizaría su autoritarismo con frisos de criminalidad? ¿Una situación, en alguna medida prevista? ¿Una situación que se relaciona estrechamente con el perfil de un personaje que desde el mismo momento que llegó a la Presidencia sembró tsunamis de descontento y de incoherencias a diferentes niveles? ¿Era de esperar toda esta situación con Jair Bolsonaro? Tal parece que sí, pero aguardaremos lo que resuelve la justicia.

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*Foto de Portada: www.diariodecuba.com

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