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LIDERES-REPUBLICANOS-OBAMA NEGOCIA CONTRARRELOJ PARA EVITAR EL “CIERRE” DEL GOBIERNO
Hoy se debe aprobar el presupuesto. Si no, se cancelarán servicios públicos.
Por Marcelo Raimon - Washington. Especial Para Clarin
Los turistas que visitan la ciudad de Washington se quedarán con las ganas de ver a los pandas gigantes, miles de soldados cobrarán solamente la mitad de sus salarios y muchos más estadounidenses deberán olvidarse de recibir pronto sus cheques de reembolso de impuestos, pero la pulseada alrededor del presupuesto federal para el año fiscal 2011 entre el presidente demócrata Barack Obama y la oposición republicana en el Congreso es más una batalla ideológica que un tire y afloje sobre las operaciones gubernamentales, muchas de las cuales pueden cesar a partir de la medianoche de hoy.
La última vez que ocurrió esto fue a finales de 1995 cuando, bajo la administración de Bill Clinton y con una Cámara baja liderada por el republicano Newt Gingrich, el gobierno quedó sin presupuesto en dos oportunidades (primero por 5 días y luego 21 días).
Reuniones entre Obama y su equipo, y entre representantes demócratas y republicanos se están desarrollando a todas horas en la capital norteamericana, con el objetivo declarado de ver cuánto se puede recortar el presupuesto federal. Los republicanos, que ahora tienen mayoría en la Cámara de diputados, arrancaron pidiendo una merma de gastos de gobierno por más de 60.000 millones de dólares, bajo la presión del movimiento conservador Tea Party, y luego bajaron sus pretensiones hasta unos 40.000 millones. En las reuniones de ayer, los demócratas se estiraron hasta 35.000 millones. Con los comicios de noviembre del 2012 –cuando Obama se jugará la reelección para otro mandato de cuatro años– cada vez más cerca, los republicanos lograron convertir la guerra por el presupuesto en un enfrentamiento político a los ojos de los votantes: la oposición quiere recortar en especial en los fondos para Medicare y Medicaid, los planes de asistencia sanitaria para los ancianos y para los más pobres, los programas más odiados por los sectores conservadores estadounidenses.
Activistas del Tea Party montaron manifestaciones para protestar contra los impuestos que –a su juicio– mantienen a perezosos empleados federales y sostienen planes de salud para pobres y para mujeres que quieren abortar y, de paso, celebraron el posible “shutdown”, el cese de las actividades del gobierno federal que tanto detestan.
Si el acuerdo no llega en las próximas horas, muchas actividades del gobierno se cancelarán, como el funcionamiento de los parques nacionales y los museos, ciertas operaciones de recolección de basura, los pagos para militares y empleados federales, el despacho de cheques de reembolso de impuestos y el procesamiento de pasaportes, visas y otros trámites.
La ciudad de Washington, donde tiene base la mayoría de los organismos federales, será donde peor impactará el “shutdown”, y eso alcanza también al sistema del Smithsonian, la cadena de museos gratis de la capital, de la cual también depende el Zoológico Nacional. En su sitio de internet, el National Zoo buscó tranquilizar a los norteamericanos: “si el gobierno federal cierra sus operaciones el viernes, el zoológico estará cerrado el sábado y hasta que la situación se resuelva, pero estén seguros de que nuestros animales serán alimentados y atendidos”.
ANTECEDENTES
Ya sucedió con Clinton. Si hoy no se logra el acuerdo presupuestario, el Gobierno de los Estados Unidos dejará de contar con los fondos para llevar adelante sus operaciones y se verá obligado a cerrar sus oficinas, como sucedió en 1995 y 1996, sobre el final de la primera presidencia de Bill Clinton. En esa oportunidad, los republicanos, liderados por Newt Gingrich, controlaban la Cámara de Representantes y hubo un cierre parcial del Gobierno. Esa medida provocada por la oposición fue leída en ese momento, según los especialistas, como una extorsión para debilitar a los demócratas. Eso luego colaboró con la reelección de Clinton, también en 1996.
¿QUÉ PODRÍA SUCEDER?
El cierre total o parcial del Gobierno por falta de fondos para salarios y servicios provocarían el cierre de oficinas estatales y perjudicarían a los tribunales judiciales, que continuarían hasta agotar los fondos.
De los 4,5 millones de funcionarios públicos podrían quedar licenciados los cumplan tareas “prescindibles”.
Los fondos que provienen de la Casa Blanca, destinados para investigación y educación serán sensiblemente recortados.
Los sueldos de congresistas y empleados parlamentarios podrían ser recortados.
Las embajadas cumplirían con trámites de urgencia y no emitirían visas en forma regular.
08/04/11
http://www.clarin.com/mundo/Obama-negocia-contrarreloj-evitar-gobierno_0_458954172.html

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