Pin It

07denunciante"ESTÁBAMOS ATERRADOS CON ÉL; YO NO QUISE FIRMAR Y NOS PRESIONARON"
2 de julio de 2011  PERFIL  Por E.S./F.O. 
Denuncia. Aquino explicó a la Justicia cómo Schoklender la forzó a suscribir un acuerdo vital.
—¿Por qué crearon una asociación civil para que les den viviendas?
—Los vecinos estaban de acuerdo en que era lo mejor para construir las 220 viviendas que nos tocaban. (tras el incendio de la villa). Ya el presidente del IVC, (Claudio) Freidin nos había recomendado hacerla.
—A partir de allí, firmaron en septiembre de 2007 un convenio para la construcción de las viviendas con Madres —Sí. En ese momento Schoklender fue al barrio a aclarar cómo era el convenio y nos dijeron que podíamos firmarlo si nos comprometíamos a terminar el trámite para la asociación. Un par de días después fue a un comedor del barrio y explicó que la asociación civil era necesaria. Y que el convenio lo firmó para que le dieran la plata. Después se contradijo: dijo que no hacía falta una asociación. Ya en ese momento no entendíamos nada y no queríamos seguir adelante.
—¿Qué ocurrió después?
—A mitad de marzo de 2008, me llamó Schoklender. No entendía ni cómo consiguió mi celular. Ya había recibido muchas amenazas. Me dijo que quería hablar sobre la asociación civil. Le dije que no la seguimos más porque usted dijo que no era necesaria, que no existe más, y me invitó a la Fundación para hablar. Al otro día fui con los papeles de la asociación civil en una bolsita y una carpeta con papeles del secundario en la mano. Sergio me pide los papeles y le contesto: “¿Para qué los quiere?” Me sacó los que tenía en la mano, se enojó conmigo y tiró la carpeta. Quedó re caliente.
—¿Y no volvió más a la Fundación?
—A los pocos días Marcelo Carrizo (revisor de cuentas de la asociación) me llamó llorando. Me dijo que Schoklender lo tenía encerrado en un aula de la Fundación y lo estaba amenazando con pasarle cualquier cosa. Le decía que yo lo había puesto como presidente de la asociación. Yo le juré que no era así y le pedí que no firme nada. Volvimos a la Fundación y, cuando entro, en una mesa Schoklender tenía todos los papeles originales de la asociación civil. Sabía que para conseguir esos papeles había que tener mucho poder. Me dijo que quería que la asociación siga funcionando y que no le importaba la plata que haya que poner. Le contesté que yo no iba a seguir. Estábamos aterrados con él. Trajo unos papeles que supuestamente eran para desligarnos. Yo no quise firmar, quería que estén los vecinos. Nadie quería firmar. Y nos presionaban.
—¿De allí fueron a una reunión en el barrio con los papeles?
—Sí, nos llevó Sergio en su auto. Cuando llegamos, le dijo a Pocho que ponga cuatro personas de seguridad detrás mío para que nadie se me acerque. A uno que quiso saludarme lo amenazaron. Schoklender explicó que tenía que firmar que la asociación no esté más en los convenios. Había murmullos, la gente no entendía. Le expliqué a los vecinos que se le entregaba todo a la Fundación y al Gobierno, y dije que no me parecía. Al ver esto, Schoklender se paró y dijo: “Miren gente, si vamos a andar dando tantas vueltas, yo la voy a hacer corta. Si Miriam no firma ahora, ya mismo se quedan todos sin trabajo y sin vivienda”. Terminamos firmando. De ahí, nos llevó a una escribanía (a certificar la firma). Yo no sabía que me habían truchado la firma antes, me entero meses después.
—¿Cómo se entera?
—Me llamaron porque la asociación civil estaba denunciada por incumplimiento en las viviendas. Yo pensaba que me había desligado del tema. Ahí me di cuenta de que había un convenio por el que se estaban construyendo las viviendas que no era el que había firmado. Se estaba dando por válido un convenio que no firmé. Si las viviendas se dejaban de construir, si se desaparecía plata, quedaba pegada. Hicimos la denuncia y nos presentamos, sin abogado, en la justicia.

http://www.perfil.com/ediciones/2011/7/edicion_585/contenidos/noticia_0051.html

REDACTORES

anna.jpgbgeorges.jpgbgiorgio.jpgbjuan.jpgblorenzo1.jpg
Copyright (c) 2009. Antimafia Dos Mil Argentina