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42tilcaraTILCARA Y SU CONTAMINANTE BASURAL
Lunes 09 de enero de 2012 | Publicado en edición impresa
Uno de los sitios más bellos y emblemáticos del país puede perder parte de su belleza ante la falta de control de la basura
La Quebrada de Humahuaca, en la provincia de Jujuy, conjuga una serie de atractivos naturales, culturales e históricos, como sus cerros multicolores y cadenas de pucarás (fortalezas indígenas), que dominan la zona, con lo que la provincia tiene una gran afluencia turística.
Como se recordará, en 2000 la Quebrada fue designada "paisaje protegido" a través de una ley provincial y posteriormente, en 2003, fue declarada por la Unesco Sitio del Patrimonio de la Humanidad, por ser "un lugar donde el hombre vive y transita con una enorme herencia cultural en medio de un paisaje natural extraordinario constituido a lo largo de 10.000 años de historia".
En la Quebrada de Humahuaca, está Tilcara, un lugar de una belleza deslumbrante, con un importante valor histórico y cultural. Sin embargo, hoy tiene uno de los basurales a cielo abierto más descuidados y peligrosos del país: cada día, un camión recolector municipal levanta los residuos de sus habitantes, los traslada a un kilómetro, hasta el lecho del río seco Huichaira, donde funciona el basural, y allí los descarga en forma descontrolada.
La basura no está sujeta a ningún proceso de disposición: ni se separan ni se valorizan sus componentes. Tampoco se compacta, ni siquiera se cubre el material: queda tal cual llega en el borde de las zanjas, bajo el intenso calor y dejando en los alrededores un mundo de moscas y roedores.
Los fuertes vientos de la tarde se encargan de repartir las bolsas y los plásticos provocando un indudable impacto visual en un sitio donde la identidad y la autenticidad deberían ser el modelo. Durante la noche, los residuos se rocían con combustible y se queman, lo que impregna el aire de toda la zona con un olor nauseabundo y nocivo para el medio ambiente y la salud de la población.
Durante la época de lluvias, entre diciembre y marzo, el río baja con fuerza y se encarga de llevar parte del basural hacia otros ríos y acequias de la zona.
Resulta lamentable que un sitio con un valor tan excepcional, que constituye un atractivo turístico fundamental se encuentre ante un desmanejo que excede el ámbito provincial: se trata de un atractivo de nuestro país y es un ícono de las bellezas naturales y culturales de la Argentina.
La inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial implica, sin perjuicio de la soberanía o la propiedad nacionales, que se trata de un sitio donde la comunidad internacional toda está interesada, y este privilegio implica la responsabilidad y la capacidad de protegerlos.
Quizás exista la confusión de pensar que la categoría es suficiente para mantener el interés de los visitantes. Nos guste o no, la gente comienza a sentir el hartazgo de los sitios que pierden sus atractivos esenciales porque los responsables subestiman el impacto ambiental que puede tener, por ejemplo, la falta de planificación turística, o la ausencia de un servicio básico como la disposición adecuada de los residuos, que, además de producir un perjuicio a nuestro patrimonio natural y cultural, incumple con las leyes de presupuestos mínimos de gestión ambiental y de gestión ambiental de los residuos domiciliarios.
En un mercado turístico en apariencia ilimitado, este tipo de hechos produce la vulgarización y el colapso del recurso y, consecuentemente, la falta de voluntad de conocer o regresar a un lugar.
Sería deseable que en lo inmediato se establezca un plan de control y disposición adecuada de la basura que se produce en Tilcara. Más allá de los beneficios en la salud de la gente y del medio ambiente, esto permitirá recuperar la higiene y la belleza de uno de los sitios más emblemáticos de nuestro país.

http://www.lanacion.com.ar/1438940-tilcara-y-su-contaminante-basural

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